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Londres, Inglaterra. La tamborrada vasca se inició a las doce del mediodía y duró hasta casi las ocho de la tarde. Cada hora, los sones de Sarriegi eran interpretados durante quince minutos. Los visitantes no familiarizados se mostraban perpejos ante esas gentes ataviadas de esa manera, dándole una vez tras otra al tambor y al barril. Los más retrataban con sus cámaras de video y de fotos y preguntaban qué era aquello, de dónde venían y en qué consiste la tamborrada donostiarra.

El tiempo no acompañó del todo, puesto que por la tarde llegó a llover seriamente, si bien eso no amedrentó a los integrantes de la tamborrada, que se mostraron felices de tomar parte en el evento y del impacto que su presencia produjo entre el público. Junto a los tamborreros vascos, exhibiciones de flamenco, caballos de Menorca y otras actuaciones de diferentes comunidades autónomas se desarrollaron en esta céntrico emplazamiento londinense, en una feria que registró, según cita la organización, más de medio millón de asistentes.

En anteriores ediciones, la banda sonora de la caseta y la presencia vasca en la feria había contado con dantzaris y trikitilaris, que este año cedieron el puesto a esta característica manifestación festiva, inicialmente donostiarra, pero que se halla hoy presente en numerosas otras ciudades y localidades vascas.