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Ayacucho, Argentina. Según explica el noticiero local Notas Gráficas de Ayacucho, una importante cantidad de público participó el pasado martes al anochecer en la sede del Centro Vasco en el acto de entronización de esta advocación vasca de la Virgen. Los asistentes disfrutaron de la apoyatura musical del Coro del Centro Vasco Gure Etxea de Tandil, dirigido por Martín Tubariño, que interpretó una selección de piezas de su repertorio vasco, junto a un tema religioso preparado al efecto.

[Martín Tumbarino, director del Coro del Centro Vasco Gure Etxea de Tandil, que intervino realzando la ceremonia (foto Notas Gráficas)]

La entronación de la imagen de la Virgen de Arantzazu fue posible gracias a la donación llevada a cabo por el matrimonio formado por el hernaniarra tandilense Isidro Legarreta y su mujer María del Carmen Dindart, quienes trajeron la estatua de 'Arantzazuko Ama' desde el propio Santuario de Arantzazu, en los montes de Gipuzkoa, en el País Vasco, en un viaje que realizaron a aquella tierra en junio de 2008.

[Fermina Marriezcurrena, del Centro Vasco Euskal Odola de Ayacucho, junto al lugar habilitado para albergar a la Virgen (foto Notas Gráficas)]

Por su parte, el Centro Vasco de Ayacucho aceptó de buen grado la donación, preparando una pequeña casita de madera dotada de un cristal, obra del artista local Julio Ibarra, para acoger la imagen de modo permanente. Lamesa, de El Taller, donó por su parte la placa que figura sobre un tronco, que servirá en lo sucesivo como base de apoyo a la estatua de la Virgen.

Existe en diversos lugares de América Latina una significativa devoción por la Virgen de Arantzazu, vinculada al menos en sus inicios a personas vascas o a colectividades vascas locales. En Argentina, en varios de estos lugares esa devoción se ha renovado --en Victoria (Entre Ríos), San Fernando, Arrecifes o Luján (Pcia. Buenos Aires)-- o incluso han nacido nuevos focos, como en el caso de los Centros Vascos de Chivilcoy y Villa Mercedes, que veneran ya en su interior réplicas de la estatua original de Nuestra Señora de Arantzazu, a las que se suma ahora el Centro Vasco 'Euskal Odola' de Ayacucho.