La Sociedad Coral de Bilbao recibió en Madrid la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes; Cecilio Gerrikabeitia recibió la distinción con un recuerdo a Guridi (en Deia)
La Sociedad Coral de Bilbao recibió en Madrid la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes; Cecilio Gerrikabeitia recibió la distinción con un recuerdo a Guridi (en Deia)
06/04/2006
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Jon Mujika/Madrid. «La historia obliga a echar la vista atrás, más en concreto hasta un 20 de abril de 1947, cuando Jesús Guridi ingresó como Académico de Número en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Sociedad Coral de Bilbao decoró con ilustraciones musicales su nombramiento». Así lo recordó ayer Cecilio Gerrikabeitia al recibir, en calidad de presidente actual de la propia Sociedad Coral de Bilbao, la medalla de Honor de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en una sesión solemne, celebrada en la sede de la calle Alcalá.
Desde los primeros minutos de la tarde, la Real Academia vivió momentos intensos. Mientras el director de la Coral, Gorka Sierra, afinaba los acordes del piano bamboleándose en la dirección para ajustar las cuerdas instrumentales a las vocales, los moralistas presentes vivieron unos momentos de gozo: la visita guiada por el impresionante museo de la Real Academia, con Mercedes González de Amezua como extraordinaria cicerone.
Una amplia expedición
Más de medio centenar de bilbainos, en una expedición encabezada por el alcalde de la villa, Iñaki Azkuna, acudieron a la cita que dio comienzo al filo de las siete y media de la tarde, momentos después de que el propio alcalde agasajase a la Academia con un cofre de libros de Juan Crisóstomo de Arriaga.
Fue el secretario general de la Academia, Antonio Iglesias, quien leyó el acta de concesión. El emotivo acto llegó a su cenit con la entrega de la Medalla de Honor y el diploma.
El presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Ramón González de Amezua, hizo entrega de las distinciones y dio paso al juego dialéctico entre el Académico Honorario, José Ángel Sánchez Asiaín y el propio presidente de la Coral, Cecilio Gerrikabeitia, quien recordó aquel paso de Guridi por la Academia y el concierto que la Sociedad Coral ofreció en el mismo escenario que ayer, hace más de cincuenta años.
Recordó Cecilio en sus palabras los seis estrenos mundiales de la Coral de Bilbao, su promoción de la ópera vasca de la mano de Guridi, la docencia de su propio conservatorio, y toda la labor realizada que, «sin duda alguna, ha influido para esta decisión». A la conclusión de su discurso, pidió prestadas las palabras de Teresa Berganza, para recordar que «si todas las artes son excelsas, sólo la música permite penetrar hasta lo más profundo el misterio del mudo, apoderarse de él, gozarlo y buscar consuelo a nuestras flaquezas y errores».
El acto fue abrochado por un concierto de la propia Coral, dirigida por Gorka Sierra y alentada por la voz de la soprano Olga Revuelta y el piano de Anus Cividian.