Sabrina Otegui. Susana Siccardi es argentina, de la ciudad de Maipú, y profesora de inglés y de euskera. Estudió Filología Inglesa en la Universidad de Mar del Plata y trabajó como docente de inglés en Euskal Herria. Posteriormente se acercó al idioma vasco en el marco del programa Euskara Munduan. Hoy, desde Mar del Plata, imparte clases de euskera por Zoom a estudiantes de Estados Unidos, y fueron precisamente ellos quienes la invitaron a participar en Jaialdi 2025 de Boise. Durante su estadía, además de disfrutar de esta magna fiesta de la diáspora vasca, Susana pudo conocer personalmente a sus alumnos. La irakasle cuenta a EuskalKultura.eus cómo fueron sus días en Estados Unidos.
- Empezaste tu carrera como profesora de inglés pero te has convertido en profesora online de euskera que enseña en inglés.
Estudié Filología Inglesa en la Universidad de Mar del Plata y más tarde me formé en la enseñanza de segundas lenguas en Londres, y continué estudiando y trabajando tanto en Donostia como en Argentina. Con el tiempo, en 2020, llegó la posibilidad de sumarme al programa Euskara Munduan, donde comencé a estudiar euskera. Completé la formación en el Barnetegi Maizpide de Lazkao junto a compañeros de distintas partes del mundo.
- Y empezaste a dar clases online de euskera a alumnos de Estados Unidos.
Siempre estuve vinculada a la vida vasca a través del Centro Vasco. Mientras trabajaba en Donostia como profesora de inglés conocí a unos matrimonios de Boise y eso me acercó a la comunidad vasca de ese país. Durante la pandemia, cuando comenzaron a ofrecerse cursos online, vi que el Basque Museum de Boise buscaba irakasles y me animé a postularme. Como hablo inglés y euskera, la integración fue natural. Y así comenzó una experiencia que me sigue dando muchas satisfacciones.
- ¿Cuántos grupos tenés?
Actualmente son siete cursos, la mayoría de nivel inicial. Al ser vía Zoom, se conectan desde distintos puntos del país, pero siempre a través del Basque Museum de Boise. Mi background principal tiene que ver con la enseñanza de inglés como segunda lengua; a eso me he dedicado por más de treinta años. Y ahora pongo todo ese bagaje al servicio de la enseñanza del euskera como segunda lengua. La metodología es la misma: cambia la lengua, pero lo hago con la misma pasión.
- Ahora pasaste de una relación virtual a conocerlos personalmente. Entiendo que ellos tuvieron mucho que ver con tu viaje a Boise…
¡Sí! Y fue un regalo inolvidable. Uno de mis alumnos, Chris Borunda, de California, organizó una colecta entre todos para que yo pudiera viajar. Fue un regalo maravilloso que me sorprendió muchísimo. Gracias a ellos pude participar del Jaialdi y no solo eso; después de la fiesta, visité a algunos en sus propias ciudades. Pude encontrarme en persona con diecinueve alumnos durante la fiesta. Compartimos días enteros de desayunos, cenas, celebraciones… Es muy emocionante ver cómo lo que comenzó en una pantalla se convirtió en abrazos reales y amistad. Y es que la tecnología nos ha acercado mucho, tanto durante la pandemia como ahora; pero el encuentro cara a cara fue otra dimensión. Más allá del aprendizaje, se crearon lazos de amistad. Cuando ellos planean un viaje a Euskal Herria, por ejemplo, les ayudo con la organización del viaje y trato de que vivan experiencias reales en euskera. Es una relación que va mucho más allá de las clases. Y de verdad, siento que fue un gesto de enorme generosidad que nunca olvidaré.
- En Argentina tenemos grandes fiestas vascas, pero el Jaialdi de Boise 2025 creo que rompió récords: la cantidad de asistencia de distintos lugares, la calidad de espectáculos y artistas, el seguimiento desde Euskal Herria… ¿qué fue lo que más te impactó?
Muchas cosas, especialmente lo relacionado con el euskera. Vi, por ejemplo, que allí se conserva sobre todo entre las generaciones mayores, y eso me conmovió. Pero lo más especial, sin duda, fue el tiempo compartido con mis alumnos: desde la mañana hasta la noche, celebrando juntos. Sentí que la comunidad que construimos superó la distancia. La enseñanza de una segunda lengua está muy ligada a la lengua materna del alumno, y es un tema del que se podría hablar mucho. Para mí, enseñar idiomas no es solo un trabajo. Un idioma es identidad, es cultura, y también un puente entre personas. Cada lengua que aprendemos nos abre a nuevas formas de ver el mundo y nos acerca más los unos a los otros. Eso es lo que siento en cada clase y por eso sigo haciéndolo con pasión.
La irakasle maipuense reunió algunos de los momentos más lindos en Estados Unidos en este video