Coincidiendo con la Feria de Durango, Euskalkultura.com publica las obras del certamen Gernika por la Paz (y III)
07/12/2007
Arbol y Casa de Juntas de Gernika
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Coincidiendo hoy con la tercera de las jornadas de la 42 Feria del Libro y Disco Vasco de Durango --la más importante de entre las organizadas en el País Vasco--, en la que EuskalKultura.com participa con su propio stand, dedicado a la Diáspora, publicamos hoy el poema 'Roble de Gernika', de María Virginia Rubio, de Trenque Lauquen, tercera de las obras premiadas en el certamen literario 'Gernika por la Paz', organizado en Argentina por las euskal etxeas 'Zazpirak Bat' de Rosario, 'Kotoiaren Lurra' del Chaco, 'Urrundik' de Paraná, 'Euskal Etxea' de San Nicolás, y 'Gure Etxea' de Santa Fe con ocasión de cumplirse este año el 70 aniversario del bombardeo de la villa foral vasca. Gernikako Haritza, Roble de Gernika.María Virginia Rubio siempre quiso recuperar aquella parte de su historia familiar que la vinculaba con el pueblo vasco. Así fue que como este año comenzó a tomar clases de euskera en la euskal etxea y a través de su profesora, Nieves Castillos, se enteró del certamen literario. De esta manera, también empezó a vincularse con la comunidad vasca de Trenque Lauquen y a asistir cada vez más a los eventos organizados por el centro. Su objetivo, cuenta a EuskalKultura.com, es poder conectarse con la parte vasca de su familia, con otros descendientes de sus bisabuelos Mayo Yasalde, oriundos de Iparralde.
Los trabajos literarios de Rubio tanto en narrativa como en poesía se han destacado en numerosos concursos en distintas provincias argentinas. En la actualidad, la escritora, además de su tarea docente, --es profesora de lengua-- se desempeña como secretaria del centro de escritores de Trenque Lauquen.
ROBLE DE GERNIKA
Por María Virginia Rubio
Ni el paso del tiempo,
ni el bombardeo implacable
ni la desmemoria obligada
pudieron borrar el recuerdo y tu historia
Tu noble madera y tu copa añosa
a todos recuerdan verdad dolorosa.
Bombas inclementes
nublaron el cielo
y ahogaron los gritos
de heridos y muertos.
Era primavera
la vida eran brotes
en tus ramas altas,
en tu savia joven
Muerte y destrucción poblaron el suelo
antes trabajado de casas y huertas.
Pero no caíste,
Símbolo en el tiempo,
corazón tan vasco,
generoso y tierno.