Encuentran en Donostia a los herederos de Antonia Ordozgoiti, que dejó 210.000 euros sin testar en Canadá
06/11/2006
Antonia Ordozgoiti Urrutia nació en Tolosa, Gipuzkoa en el año 1912
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Un e-mail enviado al ayuntamiento de Leitza destapaba hace unas semanas el asunto: un banco alemán buscaba a los herederos de Antonia Ordozgoiti Urrutia, fallecida hace dos años en Canadá. A su muerte, Antonia dejó sin testar 300.000 dólares (210.000 euros), a los que ahora buscaba dueño el Hoerner Bank a través de su representante el abogado John Frith. Tras varios días de búsqueda, en los que la noticia se ha publicado en diversos medios, creando cierta expectación, Frith ha confirmado a EuskalKultura.com que ya se ha hallado a los herederos, residentes en Donostia-San Sebastián. Ha finalizado la búsqueda de los herederos de Antonia Ordozgoiti Urrutia, emigrante vasca residente en Canadá que dejó a su muerte una herencia suma de 210.000 euros sin testar. En las últimas semanas el abogado John Frith, con base en la ciudad española de Toledo y representante del banco alemán Hoerner Bank, ha realizado varias gestiones para tratar de localizar a los herederos de Antonia. La curiosa noticia ha despertado expectación en diversos medios, siendo recogida en periódicos radios y medios de internet. Pero la búsqueda ha llegado a su fin. En conversación con EuskalKultura.com el abogado ha confirmado que los herederos de Antonia Ordozgoiti han sido localizados. Por respeto a la intimidad de la familia el abogado ha declinado ofrecer más datos, aunque sí ha aclarado que los herederos residen en Donostia-San Sebastián.
Antonia Ordozgoiti Urrutia nació en Tolosa el 2 de enero de 1912. Su madre, Magdalena, nacio y vivió en Leitza, desde donde se desplazó a Tolosa. Magdalena fue madre soltera y al nacer Antonia fue registrada con los apellidos de ella. Un año después del nacimiento de Antonia, Magdalena se casó con el tolosarra Manuel Benito Mugica Abalia. Manuel Benito reconoció a Antonia como su descendiente, pero la niña mantuvo los apellidos maternos.
Al fallecer Antonia en Canadá sin dejar herederos las primeras pesquisas del abogado se dirigieron a Leitza, localidad en la que residió su madre, y hacia los posibles hijos del matrimonio entre Magdalena y Manuel Benito y sus posibles descendientes. Finalmente la búsqueda ha dado resultado, aunque lo que por el momento se desconoce es la experiencia vital de esta vasca de la Diáspora, que la llevó a morir sin herederos y dejando una pequeña fortuna sin dueño.