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Tres Arroyos, Argentina. Los premios Patrimonio Tresarroyense, que llegan este año a su décima edición, fueron instituidos por el activo Centro Vasco Hiru Erreka para rendir tributo a personas anónimas, normales, que habitualmente pasan desapercibidas y que, sin aspavientos ni grandes alharacas, han llevado una vida de contribución a la comunidad, aportando como hijos, padres, vecinos y ciudadanos responsables sin esperar nada a cambio. Se trata de personas ejemplares, en el sentido más literal del término. En 2013, la persona galardonada realizó su contribución y su suma a la comunidad, entre otros lugares, desde el propio centro Hiru Erreka.

Nadie mejor que los responsables de elegir a los candidatos y a los ganadores para explicar los porqués de las decisiones. Y los directivos del centro Hiru Erreka expresan muy bien cuáles fueron los motivos que los llevaron a distinguir con el Patrimonio Tresarroyense 2013 a María Teresa Urdampilleta. Los motivos son de peso y reflejan, además, el espíritu del premio:

“Nacida en un típico hogar de familia agropecuaria, María Teresa Urdampilleta estudió como pupila en el colegio Nuestra Señora del Luján. Como maestra al principio y como profesora de matemática luego, pasó por las aulas de los tres niveles de enseñanza de la ciudad hasta su retiro, cosechando un sinnúmero de amigos entre colegas y alumnos.

Simultáneamente, hacia el año 1974 creó la librería ‘Artea’ donde no solo se vendían libros, sino que se asesoraba sobre diferentes temas a docentes y amigos. También el sótano fue sede de reuniones artísticas y encuentros literarios, consolidando un grupo de amigos que todos los sábados tenían en Artea su cita matutina.

[Familiares y amigos de la homenajeada se reunieron en la euskal etxea. La actividad se llevó a cabo dentro del programa del 129 aniversario de la fundación de la ciudad (fotoEE)]

María Teresa ha sido una gran emprendedora que no estuvo sola en su recorrido. Sus padres, don José y Satur, y sus hermanos y sobrinos siempre han estado presentes en los acontecimientos de su vida. Y sin duda fue esa capacidad de emprender proyectos la que la llevó a reunirse con quienes gestaron el centro vasco. María Teresa estuvo desde el comienzo en el Hiru Erreka, como fundadora, como socia y como directiva. Hoy es una figura sumamente importante por su accionar, su consejo oportuno y su ayuda permanente a cada uno de los grupos convirtiéndose en la amona (abuela) de los más jóvenes y txikis”.

La entrega del Patrimonio Tresarroyense tuvo lugar el pasado 24 de abril en la sede de la euskal etxea, en el marco de las actividades por el 129 aniversario de la fundación de la ciudad. Durante la ceremonia, amigos y familiares tomaron la palabra para referirse a la homenajeada y contar anécdotas y pasajes de su vida. Autoridades del centro vasco le entregaron el tradicional diploma y un ramo de flores, y las más pequeñas le obsequiaron una torta. “La torta fue como un símbolo de las meriendas que el año pasado Teresa les llevaba los días de clase a las txikis”, explican desde el Hiru Erreka.

Un espacio para la solidaridad

Terminado el acto por la entrega del Patrimonio Tresarroyense, representantes del centro vasco invitaron a los presentes a realizar una colaboración económica con el objetivo de recaudar fondos para la biblioteca de la escuela carenciada Virgen de la Carreta. El dinero recolectado fue entregado al día siguiente por Clyde Vizzolini, miembro de la institución vasca, a la directora y bibliotecaria de la escuela.