Tres Arroyos, Argentina. Es costumbre arraigada en Argentina y otros países latinoamericanos celebrar la finalización de la estructura del techo de un edificio en construcción con un asado juntando a los trabajadores y a quienes encargaron el trabajo. El "asado de techada" es un ritual y una forma de festejar el avance de la obra y de agradecer a quienes participan en ella. Es un hito que queda en la memoria de quienes disfrutarán del cobijo de la casa... Así fue también en este caso, para los socios y socias del Centro Vasco Hiru Erreka de Tres Arroyos, que este pasado mes festejaron la conclusión del techado de lo que será el sector del salón principal de su futura Euskal Etxea.
Y es que la obra de erigir la sede es en muchas ocasiones todo un reto, y una operación continuada en el tiempo, que cada año avanza en función de la economía, más o menos lentamente, siempre mirada al frente —beti aurrera—, con una argamasa principal de mucho cariño y compromiso. En Tres Arroyos, tras 25 años de trabajo de difusión de la cultura vasca, el sueño de la sede propia va tomando forma. Esta fase contempla un salón, con capacidad para 110 personas, con baños, amplia cocina, biblioteca, que será también sala de reuniones, un pequeño almacén y, en un espacio semicubierto, un fogón, asadores y parrilla. Aun con las ideas claras, la escasez de recursos obliga a ir quemando etapas cachito a cachito.
Render del proyecto de la fachada de la sede de Hiru Erreka cuando esté concluida
Un grano no hace granero…
Socios, vecinos y amigos de la institución, y amigos de esos amigos, aportan su "granito de arena" o en este caso su "bolsa de cemento", para que la construcción avance. Y es que “En abril asistimos a una charla del Centro en el Museo Mulazzi en la que se rescató la figura del gran filántropo e inventor vasco local Juan Bautista Istilart. Se relató de qué manera conseguía motivar e implicar a los vecinos en las numerosas iniciativas benéficas que fundó y en las muchas obras que realizó. Aquella charla nos sirvió de inspiración para la campaña de donación que pusimos en marcha”, cuenta Myrian Hojbjerg Izurieta, referente de Hiru Erreka, a EuskalKultura.eus.
No hay una suma mínima para colaborar en la construcción, pero fijamos como importe de referencia para la donación el precio de una bolsa de cemento, unos 12.000 pesos [al cambio de hoy, 8,28 euros]. Quien quiera realizar su aporte y ayudarnos con la sede puede transferir el dinero a la cuenta bancaria de Banco Provincia, con el alias HIRU.ERREKA.SOCIO. La cuenta está a nombre del lehendakari de Hiru Erreka, Horacio B. Jaureguibehere, y del socio Oscar A. Souto, ambos miembros de la Subcomisión del proyecto de construcción de la sede de Hiru Erreka.
Zorionak, enhorabuena por el nuevo paso, eta aurrera, Hiru Erreka!