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Un agente vasco de emigración: Jean Vigné (Pascal Chastin, Deiaren blogetan)

2020/06/22

Las cartas halladas en un baúl de la casa que habitó Jean Vigné han permitido conocer la labor de este agente de emigración de Iparralde a finales del siglo XIX y principios del XX.

Lotura: Blogs Deia

Pascal Chastín (*). Durante la mayor ola de migración vasca hacia Sudamérica, a fines del siglo XIX, muchos agentes de emigración ejercieron su actividad tanto en Iparralde como en Hegoalde. En el valle de Soule (Xiberoa), así como en las demás provincias de Iparralde, agentes reclutaban migrantes, organizaban su transporte y, a veces, les colocaban en un puesto de trabajo en Buenos Aires, Montevideo u otros lugares del Río de la Plata. En los Archivos Nacionales en París figuran documentos relativos a 108 agentes franceses, de los cuales 21 estaban en Burdeos, 3 en Baiona y 5 en el interior del País Vasco norte.

Jean Vigné fue uno de ellos. Ejerció su actividad, como subagente en la zona de Atharratze y Maule, en Xiberoa. Si tenemos conocimiento de él ahora es porque, en 2015, el dueño actual de la antigua casa de Vigné quiso deshacerse de un baúl que contenía una mina de información.

La asociación Ikerzaleak, de Maule-Lextarre, cuyo objetivo es estudiar, proteger y promocionar el patrimonio de Xiberoa, tuvo acceso a los 49 registros del baúl. Jean Vigné hacía copias de todas las cartas que enviaba a sus corresponsales. Con el tiempo se han perdido algunos registros, pero pensamos que las 24.500 páginas existentes representan más de dos tercios de toda la correspondencia escrita por Vigné entre 1885 y 1925. Al igual que la mayoría de los agentes de migración, Vigné tenía otro oficio: era vendedor de artículos de viaje y ropa. Otros eran comerciantes, empresarios, capitanes de naves o agentes de compañías de navegación.

Jean Vigné nació en 1857 y murió en Atharratze en 1927. Su padre, Pierre Vigné, tenía en este pueblo un negocio de ropa (boinas, camisas, tejidos y artículos de viaje). El hermano de Jean, Alexis, era su socio en la empresa de emigración y tenía su negocio en Buenos Aires. En esa época, dos de sus hermanas residían ya en Argentina.

¿Cómo se hizo agente?

Sabemos que Vigné trabajó en el comercio de la emigración, al menos, desde 1885. Era, en cualquier caso, un subagente de un tal Charles Grison, otro agente de Atharratze. Los trámites para convertirse en agente principal de emigración, autorizado por el Gobierno francés, los comenzó a realizar en agosto de 1887.

Después del intercambio de una docena de cartas con varios ministerios y autoridades locales, obtuvo la autorización definitiva cuatro meses más tarde. Menos de un año y medio después, el 6 de mayo de 1889, renunció a su licencia. No se sabe exactamente cuál fue la razón principal. Lo que sí sabemos es que el Estado francés había decidido aumentar la fianza exigida a los agentes (pasándola de 15.000 a 40.000 francos de la época) y Jean Vigné quizás no tenía los 25.000 francos adicionales que se le exigían. Otra razón puede ser que había decidido marchar a Argentina. Después de su renuncia, siguió ejerciendo el oficio de sub-agente, bajo la tutela de un agente principal, de quien tenía una prócura (establecida por un notario), y así podía vender pasajes en nombre del agente principal. Y de hecho, en octubre del mismo año marchó a Buenos Aires donde vivió hasta 1895. Durante su estancia en Argentina, su hermano Alexis le sustituyó en el puesto en Atharratze.

¿En qué consisten esas cartas? 

Aunque todavía no hemos podido leer las 24.500 páginas de los registros de Vigné, ya sabemos que algunas cartas tienen que ver con su actividad comercial (pedidos de mercancías, de muestras de productos, pago de facturas€). Otra parte importante consiste en correspondencia familiar (entre Francia y Argentina). Por medio de esas cartas, hemos tenido conocimiento de muchos detalles de la vida en Atharratze y sus entornos, así como de la sociedad vasca en Buenos Aires.

Sin embargo, la mayor parte de las misivas están vinculadas con sus actividades como agente de emigración. En algunas de ellas, da informaciones prácticas a futuros migrantes que le han solicitado. En otras, reserva pasajes en los barcos o habitaciones en un hotel de Burdeos. A veces, se dirige a otros agentes de emigración, en el País Vasco o en Burdeos. Puede también pedir o dar consejos a sus socios en Buenos Aires o a amigos franceses o argentinos. El mayor número de las cartas tiene como destinatario a su hermano y socio Alexis. Ambos hermanos estaban casi siempre en uno y otro lado del Atlántico, sea en Atharratze o en Buenos Aires. Jean Vigné escribía de forma muy correcta tanto en francés como en castellano. Algunas cartas (menos del 1%) están escritas en euskera.

¿Cuántos viajaron con Vigné?

En las listas conservadas por Vigné figuran alrededor de 2.000 personas, de las cuales un 14% eran españoles (en iguales proporciones de Navarra y Aragón). Por edades, la mayoría eran jóvenes de 16 a 19 años, a continuación los comprendidos entre 20 y 24 y, finalmente, los de 25 a 29 años. Por supuesto, emigraron también personas de más de 30 años y niños, pero en menor cantidad. Un 50% de los migrantes eran varones, un 38% mujeres y un 12% niños de menos de 16 años.

¿En qué consistía el trabajo?

Vigne tenía contactos muy frecuentes con sus colegas agentes. Todo indica que su colaboración con Charles Grison comenzó en abril de 1885. Hemos tenido conocimiento por los registros de otro agente vasco, Guillaume Aphéça, que el número de pasajeros enviados por este último disminuyó mucho en este año de 1885. La causa fue, probablemente, la irrupción en el negocio y en la misma zona de Vigné y Grison. La competencia entre agentes era feroz. Vigné cuenta que sus socios de Buenos Aires –su hermano Alexis y un tal Sardoy– recibieron, «de varios individuos del país» propuestas de pasajes muy por debajo de los precios vigentes. Ello les obligó a rebajar sus propios precios a 200 francos, lo que sólo les dejaría 10 francos de beneficio, «muy poco por tanto trabajo».

Es entonces cuando decidió romper el acuerdo que tenía con Grison y pedir la autorización para ejercer como agente principal. Así sólo tendría que pagar una comisión y no dos.

Vigné precisa en una de las cartas que los meses de mayor afluencia eran los de septiembre a noviembre. En esos meses, la reserva debía hacerse con más antelación que en el resto del año y el regateo era habitual.

¿Cuáles eran sus relaciones? Jean Vigné estaba presente en el mercado semanal de Maule. Aconsejaba a los futuros migrantes sobre los documentos que necesitaban: para los menores de 21 años, bastaba una autorización escrita de los padres (o del alcalde del pueblo si los padres ya se habían ido o fallecido). Para los menores de 26 años era necesario un documento que justificara que habían cumplido con el servicio militar. Algunas veces, algunos migrantes le sirvieron de correo portando cartas y paquetes para amigos y familiares.

Vigné se encargaba del viaje de los migrantes hasta el puerto de Burdeos. El gran viaje comenzaba con un trayecto en coche de caballos, seguido de varias horas de tren antes de coger el omnibus que, desde la estación de Burdeos, les llevaría hasta el hotel donde los migrantes pasaban la última noche antes de embarcar.

Vigné daba muy pocas precisiones a propósito del viaje transatlántico (como si fuera una simple rutina). La única travesía que cuenta en una carta para un amigo suyo es una que terminó en cuarentena en el lazareto de la isla de Martín García (en el Río de la Plata). Tuvo que pasar allí 20 días a causa de la presencia a bordo de un hombre enfermo de fiebre amarilla. Teniendo un pasaje de primera clase, tuvo que pagar por su alojamiento y comida durante la cuarentena, mientras que a los viajeros de segunda y tercera clase no les cobraron nada.

El apoyo en la Argentina

Una vez en Argentina, daba consejos sobre la mejor manera de colocar su dinero. Les sugería mantener informada a su familia en Francia; colocaba migrantes en las empresas de sus cuñados o de otros vascos ya radicados en Argentina y les ayudaba a gestionar la herencia de sus padres fallecidos en Francia.

También auxiliaba a insumisos cuando éstos tenían problemas con el ejército francés y ayudaba a migrantes para su repatriación (pasajes pagados por el Gobierno francés).

La gestión del ‘comercio’

Otra de las labores de Jean Vigné era gestionar fondos de un lado a otro del Atlántico. Muchas veces los inmigrantes ya establecidos en Argentina pagaban el pasaje de un pariente o amigo suyo en Buenos Aires a su hermano Alexis mientras que Jean debía pagar el pasaje en Burdeos. Otras veces, Jean concedía un crédito al migrante, que este devolvía después en el plazo previsto.

También gestionaba transacciones importantes con bancos (hasta más de 10.000 francos de la época, unos 50 pasajes en segunda clase). Sabía jugar bien con los cambios de valor de la moneda, en sus versiones oro y papel.

Cien mil migrantes

En los últimos años, se han conocido los registros de varios agentes de migración del País Vasco y de Bearn. Con los Aphéça (15.000 migrantes), los«Laplace (8.000) y, últimamente, los Vigné (2.000 migrantes), se conoce bastante bien cómo trabajaban los agentes de migración en el oeste del Pirineo francés. Sólo estos tres agentes representan una parte significativa del total (100.000) de los migrantes vascos del norte para Argentina.

En cuanto a Jean Vigné, no se conocen exactamente las razones por las cuales empezó como agente de migración: ¿por interés?, ¿por mero altruismo?, ¿por oportunismo?, ¿para vender más su mercancía (gorros, camisas, artículos de viaje)? Parece, sin embargo, que fue un hombre íntegro.

No puede rivalizar con otros agentes en cuanto a la cantidad de migrantes o la diversidad de origen (el 77% de los suyos procedían de su propio valle). Pero su correspondencia es imprescindible en cuanto a la abundancia de la información que proporciona. Jean Vigné se situaba en el centro de distintas redes sociales: la de los futuros migrantes, la de los migrantes instalados en Argentina y la de las familias diseminadas en los dos lados del Atlántico, que querían comunicarse, aunque muchas veces no sabían escribir, y lo lograron gracias a la ayuda de Jean Vigné. Con el estudio de todas estas cartas, esperamos obtener más información sobre las condiciones de la migración de Iparralde hacia la Argentina, información que, por la similitud del fenómeno migratorio en el norte y en el sur de Euskadi, será también válida para conocer el movimiento migratorio en Hegoalde.

Gracias a Jean Hocquet por facilitarnos fotos de su abuelo Jean Vigné y a Robert Elissondo de Ikerzaleak por autorizarnos el acceso a los registros de Vigné.

(*) Profesor de escuela primaria en el centro del Pirineo francés. Interesado desde hace años en la emigración de los pirenaicos hacia el Río de la Plata, inició su doctorado en 2017 en la Universidad de Toulouse Jean-Jaurès. Grupo de Investigación ‘País Vasco, Europa y América. Vínculos y relaciones atlánticas’.



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