Superfiesta: Miles de aficionados tiñen Bilbao de rojo y blanco para festejar el triunfo del Athletic femenino, campeonas por tercera vez consecutiva de la Copa de la Reina (en Deia)
Superfiesta: Miles de aficionados tiñen Bilbao de rojo y blanco para festejar el triunfo del Athletic femenino, campeonas por tercera vez consecutiva de la Copa de la Reina (en Deia)
27/04/2005
PUBLICIDAD
Xabier Ferrero Bilbao. El Athletic femenino logró ayer su victoria más especial. Las tricampeonas se salieron y ganaron de calle. Homenajearon y fueron homenajeadas. El suyo fue un homenaje para todos los públicos, sentido y muy compartido. No llovió pero la afición se mojó y respondió. Cerca de 7.000 personas envolvieron a las txapeldunak en un mar de sensaciones con una tormenta de exclamaciones de admiración y cariño en su paseo triunfal por las calles de Bilbao.
El homenaje tuvo su primera parada en la Diputación Foral de Bizkaia, donde alrededor de 3.000 personas esperaron a las campeonas y prorrumpieron en aplausos a su llegada. El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, tuvo palabras de elogio hacia las rojiblancas. «Nos sentimos orgullos de lo que habéis sido capaces de conseguir con muchas dificultades, sin contratos multimillonarios, pero con mucha ilusión», señaló. La capitana del Athletic, Tzibi Juaristi, entregó al presidente de la institucional foral una camiseta rojiblanca con la firma de toda la plantilla. Las homenajeadas pulsaron la temperatura ambiental y saludaron desde la balconada.
La comitiva salvó en un camión descubierto la distancia entre el edificio foral y el Ayuntamiento y el público se entregó a su paso entre claveles y vítores. La convocatoria conoció su momento álgido a su llegada a la Casa Consistorial. «Ojalá continúe la racha, pero no os olvidéis del entorno porque la segunda parte del Athletic es de Bilbao. El Athletic es un hijo de la Villa», comentó el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que también recogió otra camiseta rojiblanca. Las chicas de oro repitieron la escena de la Diputación y saludaron desde la balconada, entre la algarabía general y la compañía del león Joseba Etxeberria. Y todo con una posdata final: el doblete y su celebración en una gabarra mixta con la Copa del primer equipo.