euskalkultura.eus

diáspora y cultura vasca

Noticias rss

Nuevos hallazgos convierten el yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia en el calvario más antiguo del mundo

10/06/2006

Una imagen del yacimiento de Iruña-Veleia
Una imagen del yacimiento de Iruña-Veleia

PUBLICIDAD

Eliseo Gil, director de la excavación en el yacimiento de Iruña-Veleia, cercano a la localidad alavesa de Langraitz-Nanclares de la Oca ha comparecido esta semana en una concurrida rueda de prensa para mostrar los últimos hallazgos de su equipo. Entre ellos se encuentra una representación de Jesús crucificado que se remonta al siglo III, tres siglos antes de la que hasta ahora estaba considerada la representación más antigua, y que fue hallada en las catacumbas de Roma. También se han hallado restos de una escuela, donde los alumnos aprendían escritura jeroglífica egipcia y cultura grecolatina, inclyendo textos clásicos como 'La Eneida'. El Diario Vasco recoge la noticia en el siguiente artículo.
La representación del calvario más antigua del mundo puede elevar al yacimiento romano de Iruña-Veleia, situado en las proximidades de la localidad alavesa de Nanclares de la Oca, a los altares de la arqueología internacional. La escena de Jesús crucificado en el monte Gólgota, junto a los ladrones Dimas y Jestas y dos figuras a sus pies que podrían representar a la Virgen y San Juan, fue realizada en el siglo III después de Cristo. Esto es, tres centurias antes de la que hasta ahora lideraba este peculiar ránking histórico y que fue grabada en las catacumbas romanas. En la parte superior de la cruz de la cerámica alavesa aparece escrito RIP (requiescat in pacem-descanse en paz), un epitafio que comenzó a utilizarse justo en la época en la que ha sido datada y que se sigue utilizando en nuestra cultura funeraria.

Así lo atestiguan las pruebas del carbono 14, el acelerador de partículas y otra serie de sofisticados análisis de laboratorio al que investigadores vascos, holandeses y franceses han sometido a la pequeña pieza de cerámica, de diez centímetros cuadrados, donde está grabado el calvario. El director de las excavaciones de Iruña-Veleia, Eliseo Gil, no alberga dudas de su autenticidad, según dejó claro ayer durante la presentación de los últimos hallazgos. 'Cuando lo descubrimos, nos quedamos anonadados', admitió el arqueólogo.

Época convulsa

La pieza no estaba sola, la acompañaban otras con dibujos de crucifixiones de dioses paganos y textos cristianos del tipo 'pater nostrum'. Son la prueba de que los cristianos se habían asentado en el País Vasco dos siglos antes de lo que se pensaba y abren la puerta a muchas otras hipótesis, 'que se formularán en años venideros', precisó Gil. 'Son testimonios importantes de una época convulsa, cuando el mundo pagano llegaba a su fin, pero al mismo tiempo se ordenaban las últimas grandes persecuciones contra el cristianismo, que un siglo después fue declarado religión oficial del Imperio Romano', agregó.

El experto compareció en una multitudinaria rueda de prensa para explicar al fin los detalles de un descubrimiento que ha tenido en vilo desde hace un año a buena parte de la comunidad científica y de los apasionados de la arqueología. Las inscripciones paleocristianas pertenecen a un conjunto epigráfico de 270 'graffitis' realizados sobre restos de cerámicas y huesos. Esta colección es la que realmente convierte a Veleia-Iruña en una ciudad romana capaz de codearse con las catacumbas romanas, Pompeya (Italia) y Vindolanda (Reino Unido). La importancia del tesoro que guarda en sus entrañas, según los expertos, así lo evidencia.

Tablillas de apuntes

Los pedazos de loza fueron utilizados como 'tablillas de apuntes' por niños y adultos de una familia influyente de la época y hablan de sus costumbres y de sus métodos de aprendizaje. La variedad de temas de la vida cotidiana reflejados convierten estos restos en 'únicos en el mundo romano'. El equipo de 16 expertos que dirigen Eliseo Gil e Idoia Filloy se topó con la ostraka -fragmentos de cerámica- en julio del pasado año, cuando ampliaban la excavación de la casa Domus Pompeia Valentina. Junto a uno de los patios hallaron una habitación de 57 metros cuadrados sellada por el derrumbe del techo de un piso superior y, por tanto, intacta. Lo que al principio pensaron que era 'basura doméstica' pronto se reveló como algo sorprendente.

Domus Pompeia era una de esas grandes villas gobernadas por una de las familias más influyentes del Imperio Romano en el norte de la Península. A lo largo de sus mil metros de planta -el doble que las mejores casas de Pompeya-, se disponían todo tipo de estancias, desde espacios comerciales y zonas para el servicio doméstico hasta un patio con su propia cisterna, un peristilo enlosado y ricos mosaicos. La vida bullía en esta residencia desde su construcción, a finales del siglo I después de Cristo.

Pertenecía a una rica familia veleiense (caristia) y bien relacionada con Roma. Cien años después fue testigo del esplendor de la ciudad de Iruña-Veleia, que llegó a tener censados entre 5.000 y 10.000 habitantes, lo que la convertía en una importante urbe romana de la época. Y se mantuvo activa en el agitado siglo III, en plena crisis del Imperio Romano. Entonces los herederos de Pompeia Valentina seguían gozando de un estatus privilegiado. En esa época habilitaron incluso una escuela doméstica o 'paedagogium' con un sencillo suelo de arcilla donde los niños de la casa, y quizás de otras, aprendían a escribir y dibujar sobre los restos de cerámicas y huesos.

Un maestro de origen egipcio

Los alumnos tenían un preceptor con cultura grecolatina, pero de origen egipcio, como han revelado los numerosos fragmentos con textos en latín que hacen referencia a la historia antigua egipcia o a sus divinidades. Los arqueólogos creen que el maestro inculcó a sus discípulos nociones de la cultura de sus ancestros y además les enseñó la escritura jeroglífica. Un dato importante, ya que para entonces hacía ya medio millar de años que en Egipto no se utilizaban este tipo de signos, reveló ayer la egiptóloga Montserrat Rius, que ha colaborado con el equipo alavés.

Su presencia en Álava es exótica, pero no única, ya que era habitual que los pedagogos, médicos y preceptores de las casas acomodadas fueran de origen oriental. El maestro enseñó a sus alumnos el abecedario latino y los números y les puso en contacto con textos clásicos como La Eneida. Además, con él aprendieron a hacer retratos de sus familiares, a pintar paisajes y escenas cotidianas. Lo que desconocen los investigadores es si fue el transmisor de la doctrina de Jesús o si el autor de las declaraciones de amor halladas entre los 'graffiti'. 'Ya iremos viendo lo que va dando de sí el estudio de todos estos documentos', resumió el catedrátido de Historia de la UPV, Juan Santos Yanguas. Las epigrafías han sido depositadas en el Museo de Arqueología de Álava, que se prepara para recibir las llamadas de la comunidad científica internacional.


Enlaces relacionados

Más datos sobre el yacimiento de Iruña-Veleia
En www.vitoriatoday.com

Museo de Arqueología de Álava
En vppx134.vp.ehu.es

Descubrimientos recientes en otro yacimiento, en Zarautz
Publicado en euskalkultura.com el 7 de junio de 2006


« anterior
siguiente »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia