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Tandil, Argentina. Una propuesta distinta ofreció el pasado 8 de diciembre la colectividad vasca de Tandil a su comunidad. Distinta en relación a las costumbres de hoy día, pero similar a los festejos que la euskal etxea realizaba medio siglo atrás. De hecho, y según explica su lehendakari, Esteban Kain, “la idea fue volver a dar vida a aquellas viejas romerías vascas que se hacían antes, saliendo a la calle y a la plaza”.

 
El programa comenzó sobre las 17hs con la recepción de las delegaciones. Hacia las 19hs, los tamborreros se reunieron frente a la sede del centro, donde junto a dantzaris y acompañantes cubrieron toda la cuadra. Desde allí desfilaron hasta la peatonal, donde se quedaron unos momentos para ofrecer los sonidos típicos de Donostia a los vecinos de la ciudad. “Al llegar a la plaza, vimos que estaba completamente llena. Estaban todos los asientos ocupados, y gente parada a los costados también”, hizo saber el presidente de la casa vasca. 

[Y el coro anfitrión Gure abestiak interpretó parte de su repertorio frente a una plaza colmada de gente (foto EE)]

La plaza de la glorieta se convirtió en el escenario de la tamborrada y del recital del coro. Entre una actuación y otra, Esteban Kain tomó el micrófono para saludar a los presentes. La Delegada en funciones Elvira Cortajarena, llegada hasta Tandil expresamente para participar del festejo, también dirigió unas palabras al público. 

 
Dantzaris de cinco euskal etxeas ofrecieron sus bailes en el escenario de la plaza, entre ellos, los jóvenes del centro vasco de Mar del Plata, del centro de Necochea, los de Ayacucho, Laprida y los locales. Cada grupo presentó una coreografía y para el cierre bailaron, todos juntos, ‘Fandango’.