Tres obras de los autores euskaldunes Inazio Mujika, Karlos Linazasoro y Juan Garzia, publicadas en castellano
02/05/2006
Karlos Linazasoro es el autor de la antología de cuentos 'Depósito ilegal' (foro Zaldiero)
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La editorial Alberdania ha creado la colección Alga con el objetivo de acercar al público castellanohablante libros originalmente publicados en euskera. En el arranque de este nuevo proyecto se han traducido tres obras de Karlos Linazasoro, Juan Garzia e Inazio Mujika respectivamente, que obtuvieron gran éxito en su publicación en euskera. Las obras, en sus títulos en castellano, son 'Depósito ilegal', 'Sombra de sombras' y 'Tiempo de cerezas'.Son obras muy diferentes entre sí pero que tienen algo en común: haber salido de la pluma de reconocidos autores y haber obtenido muy buena acogida tanto en el mercado como en los círculos literarios euskaldunes. Incluso alguna de ellas está traducida parcialmente al inglés, pero sólo ahora son accesibles en castellano.
Depósito ilegal es una breve antología de textos de Karlos Linazasoro (Tolosa, 1962), extraídos de sus libros Ipuin errotikoak y Ez balego beste mundurik. La traducción ha corrido a cargo de Gerardo Markuleta. Jorge Giménez, editor de Alberdania, definió en la presentación de la obra a Linazasoro como «un humorista radical, incluso cuando aborda las cuestiones más trágicas». El propio Linazasoro se reconoció a sí mismo como «alguien que vive en un estado de perplejidad permanente, y mis cuentos son reflejo de lo que soy».
La 'inquietante' mirada de Juan Garzia
De Juan Garzia (Legazpia, 1955), Alga ha publicado en castellano Sombra de sombras, título en castellano de la traducción que Manu López Gaseni ha hecho de Itzalen itzal, originalmente publicada en 1993. Se trata de once narraciones que conducen al lector a través de la Italia medieval y renacentista y que, en palabras de Giménez, «muestran la mirada de Garzia, inquietante, más que inquieta, de fabulador casi siempre disconforme con el aspecto convencional que muestra la realidad circundante».
Juan Garzia señaló sobre su obra que existe una afinidad temática entre las narraciones. «Son una especie de variaciones, cambiando la armonía, sobre el mismo tema», dijo. «Cada vez que alguien se encuentra conmigo», bromeó, «se siente en la necesidad de decir algo sobre Borges, aunque yo escribí el libro antes de mis lecturas exhaustivas sobre él. Pero, aparte de que él es un gran autor y yo no, hay una diferencia: él es un clásico, en el sentido de que se cree lo que está narrando, y yo, en cambio, dudo de lo que cuento».
«Un western sin vaqueros»
Tiempo de cerezas es la traducción que en este caso el propio Jorge Giménez ha realizado de Gerezi denbora, de Inazio Mujika (Donostia, 1963). Es una novela ambientada en la Guerra del 36, en la que Mujika proyecta «una mirada muy humanizadora sobre los personajes y los hechos», destacó Giménez. Mujika, por su parte, aclaró que «no es una novela sobre la Guerra, sino sobre las personas expuestas a condiciones extremas de violencia y su capacidad de aparcar su ideología para ayudar a un semejante, por ejemplo».
Parte de un hecho recogido por Alberto Onaindia en Hombre de paz en la guerra: un sacerdote recurre a un amigo de la infancia para tratar de rescatar al arzobispo de Valladolid, apresado por la CNT en Donostia. No obstante, tampoco es «una novela de mensaje fundamentalmente», destacó Mujika, sino «un western sin vaqueros, una novela de aventuras con ritmo cinematográfico». De hecho, el autor acababa de hacer un guión para un filme con Joxan Muñoz y quiso aplicar las mismas técnicas a la novela.
El mercado básico, en la propia Euskal Herria
Los tres autores coincidieron tanto en agradecer el trabajo de los traductores como en mostrarse satisfechos de que su obra se publique en castellano. «Esto va a contribuir a que se nos conozca un poco más, y eso es importante», dijo Garzia. Se refería al mundo castellanoparlante en general, pero particularmente al más inmediato, «a la gente que vive cerca de nosotros, que sabe que escribimos, pero que no nos ha leído nunca, porque no sabe leer en euskara», añadió Linazasoro. En este sentido, Giménez indicó que el mercado básico de estos libros está en la propia Euskal Herria, aunque cuentan también con 200 puntos de distribución en el resto del Estado.