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'Tierra Vasca' acabó Con Franco - artículo de Iosu Osteriz Aranguren, sobre un artículo de Urko Apaolaza; Buenos Aires y el boletín de ANV-EAE (en Diario Buenos Aires)

14/06/2005

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Por Iosu Osteriz Aranguren (ex-secretario general de ANV-EAE)

En fecha reciente (02.05.05) Gara publicó un artículo en euskara firmado por Urko Apaolaza, licenciado en Historia y periodista, bajo el título de Tierra Vascak Francorekin amaitu zuen, expresión tautológica que se refiere a que con la muerte del dictador se simultaneó la despedida de su publicación en el exilio del órgano de prensa de Acción Nacionalista Vasca-Eusko Abertzale Ekintza.

El periódico tuvo su continuación aquí desde 1977. Hay que agradecer a Urko Apaolaza ese recuerdo que dedica al órgano de Acción, sobre todo teniendo en cuenta que ese partido de la izquierda vasca, vasquista, abertzale, está muy ausente de la preocupación informativa de los medios de comunicación, prensa, radio, televisión, del oficialismo.

Y, obviamente, de los que nunca comulgaron con estas ideas. Ha habido algunos débiles requerimientos por parte de esos medios que no han llegado a buen término y los ofrecimientos por nuestra propia iniciativa no tuvieron tampoco un resultado positivo.

No es conveniente olvidar la Historia. Muchos olvidos son dolorosos. Ahora somos supervivientes.

En el interior y en el exterior se hizo “Tierra Vasca”. Estuvimos involucrados en su distribución clandestina. Nosotros lo hicimos. Ahora, cuando estamos en vísperas de pasar la última puerta, tenemos la sensación de que con nosotros se va un trozo de Historia.

Pello Mari Irujo, condenado a muerte por el franquismo, exiliado en Buenos Aires resucitó “Tierra Vasca-Eusko Lurra”. En la mesa de su cocina de la calle Constitución, en horas de la madrugada, se recopilaban las colaboraciones. Nos daba instrucciones para la correspondencia remitida desde Euskal Herria:

«El sobre con letra de analfabeto y un remite falso, de un pueblo poco sospechoso». Había «buzones» a nombre de Pedro Blanco o Pedro Marín para Buenos Aires.

Pello Mari contó en la capital porteña con la inestimable colaboración de Mikel Ezkerro, que no era afiliado, pero que estaba muy próximo a la ideología de ANV. Fue el báculo que lo sostuvo, sobre todo a partir de la muerte del primer director de “Tierra Vasca” José Olivares Larrondo Tellagorri. Algorteño, una de las mejores plumas del periodismo vasco.

A título anecdótico nos comentaba que su apellido Olivares tenía honda raigambre vizcaína ya que originariamente era Ullibarritz, transformado por el oído y la pluma del escribano venido de fuera.

Su hijo regresó a Euskadi vigente todavía la dictadura franquista. La organización del interior le pasaba el periódico enviado desde Iruñea. Uno de los envíos fue interceptado por la Policía, que le interrogó sobre quién o quiénes se ocultaban tras el ficticio nombre de «Felipe Arrieta».

Alegó su ignorancia y justificó su recepción en razón de su apellido. No nos evitamos el susto y el consecuente cambio de sistema.

El periódico, cuyas colaboraciones procedían del interior y del exterior, se pasaba a través de la línea pirenaica por los caminos del bosque y se repartía desde Iruñea hasta otros puntos.

Uno de los ramales llegaba a Eibar, ciudad resistente, vasquista y socialista.

“Tierra Vasca” se imprimía en COGTAL, Cooperativa Obrera de Trabajadores Gráficos Argentinos Ltda., cuyos talleres conocimos años después. «Todos estos son peronistas», nos decía Pello y añadía, «políticamente Argentina se ha debatido durante muchos años entre dos opciones perversas: el peronismo y el militarismo» y los interlocutores se salían por la tangente. «Señor Irujo usted es racista.

No nos deja un solo ‘blanco’ en el periódico, con lo cual trabajamos a destajo», se referían a que se aprovechaba hasta el último rincón de cada página.

Desde el exilio vasco en Europa y en América se colaboraba económicamente para que “Tierra Vasca” pudiera salir mensualmente.

El principal aporte económico se realizaba desde Caracas, la Venezuela de los petrodólares, en la cual residía el otro Irujo afiliado a ANV, Juan Ignacio. Hermanos de Manuel y de Andrés, quien regentaba la Editorial Vasca EKIN, también en Buenos Aires.

Con la desaparición física de Franco, “Tierra Vasca” volvió a cruzar el charco hacia estos pagos. Semanas después tuvo lugar la última reunión del Comité Nacional de Acción Nacionalista Vasca-Eusko Abertzale Ekintza en el exilio. Lo evocamos siempre que pasamos por la carretera de Donibane Lohitzune y miramos hacia un chalet en las inmediaciones del frontón.

De allí a la fallida «Transición» y a la legalización, a las elecciones y a que ANV tuviese el primer Teniente de Alcalde de su historia en Iruñea, capital de Euskal Herria, y concejales y representantes en otros lugares de Hegoalde.

Nadie es más que nadie. Es verdad. Y la Historia no comienza con uno mismo. Axioma que tendemos a olvidar. Hoy sigue existiendo ANV-EAE.

Pero hay que pensar también que aquella lúcida izquierda vasca ha inspirado o ha sido semilla de otras expresiones políticas de parecido tenor con uno u otro nombre.

En aquel periodo de 1930-1936 surgió ANV-EAE como partido vasquista, republicano, laico y socialista. En cada número de abril, “Tierra Vasca” saludaba con un «¡Viva la República Federal!». Soportó el encono de los sectores más conservadores de nuestra sociedad, que la veían como simpatizante de los bolcheviques.

Había también elementos procedentes del anarquismo vasco y sindicalistas de la CNT. Nunca se subió al carro del anticomunismo feroz consecuencia de la Guerra Fría. Tanto es así que el consejero Gonzalo Nardiz, cuando tras la Segunda Guerra Mundial los comunistas fueron expulsados del Gobierno Vasco en el exilio, expresó el único voto en contra. Es un trozo de Historia.

(publicado el 14-06-2005 en Diario Buenos Aires)


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