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Se exhibe ya en Bilbao el «Pecio de Urbieta», el barco más antiguo descubierto hasta la fecha en el Cantábrico

04/03/2006

El pecio se exhibe en el Museo Marítimo de Bilbao, de donde en el transcurso de dos años pasará al Museo de Arqueología, hoy en construcción
El pecio se exhibe en el Museo Marítimo de Bilbao, de donde en el transcurso de dos años pasará al Museo de Arqueología, hoy en construcción

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Han pasado ocho años desde que unos operarios que trabajaban en el cauce de la ría de Gernika hallaran los restos de una nave del siglo XV. El descubrimiento de Urdaibai fue el inicio de una apasionante aventura: la recuperación y posterior inicio de un complicado proceso de restauración del que se presenta como el barco más antiguo del Cantábrico. Los restos de la nave, de la que ­sólo se conserva una cuarta parte,­ se exhiben desde hace unos días en el Museo Marítimo de Bilbao, en una muestra que es también un viaje a la vida marítima de la Euskal Herria de la Edad Media. Así lo cuenta Gara.
«Estamos ante la finalización de uno de los proyectos más ambiciosos acometidos por la Diputación Foral de Bizkaia, una extraordinaria aventura que comenzó en el verano de 1998 con el hallazgo de unos restos arqueológicos». Así presentó la pasada semana la diputada foral de Cultura, Belén Greaves, la exposición pública del conocido como «Pecio de Urbieta», el barco más antiguo descubierto hasta la fecha en el Mar Cantábrico.

Concluidos los trabajos de restauración, el Museo Marítimo Ría de Bilbao exhibe el famoso pecio, o lo que queda de él, ya que sólo se conserva la parte que quedó sumergida en el barro, a unos cuatro metros de profundidad. Por ello, la exposición se completa con una serie de fotografías que ilustran la forma en que se ha llevado a cabo el proceso de extracción y posterior restauración y con unos paneles en los que se recrea cómo era la vida marítima en el puerto de Gernika durante la Baja Edad Media.

Transportó mineral de hierro

El pecio hallado en el paraje guerniqués de Urbieta se ha convertido en uno de los referentes de la arquitectura naval de la Europa Atlántica, tanto por su antigüedad, como por su técnica constructiva, el «tingladillo». Según explicó ayer el arqueólogo de la Diputación, Iñaki García Camino, la técnica empleada en su construcción es originaria de Escandinavia y entró por el litoral aquitano.

Mediante tablas de roble solapadas, se construyó una pinaza de 12 metros de eslora y 4 de manga, movida con remos y vela. «La embarcación tuvo una larga vida y sufrió varias reparaciones. Al principio debió hacer navegación de cabotaje, y con el paso de los años se dedicó a viajes más cortos. Sabemos que lo último que transportó fue mineral de hierro», confirmó García Camino.

Abandonada en la ría hace 500 años

La nave fue abandonada hace 500 años en Urbieta, en la orilla de la ría, cerca del astillero y del puerto de Gernika. Después, se fue hundiendo en los lodos del fondo de la ría y esto ha permitido que se conserve hasta nuestros días. El lateral expuesto a la intemperie, sin embargo, sufrió un proceso de deterioro que provocó su desaparición.

El pecio fue descubierto en 1998, en el transcurso de las obras de dragado de la ría. Tras excavar la zona, fue preciso emplear una grúa de 200 toneladas, con la que se arrancó el barco del barro en una sola pieza. Era la primera vez que una intervención de este tipo se acometía en Europa, según aseguran los responsables forales.

Una reconstrucción «única en Europa»

La Diputación Foral de Bizkaia ha corrido con los gastos de recuperación del pecio, para lo que constituyó un complejo equipo de profesionales e investigadores. Primero, los restos extraídos fueron sumergidos en una gran tina rellena de una solución de agua desmineralizada con cera líquida, donde permaneció tres años.

Llegó después la reconstrucción, que conllevó un exhaustivo estudio arqueológico con el fin de identificar el lugar que ocupaban las piezas sueltas, ahondar en las técnicas constructivas y conocer la forma de ensamblaje de las cuadernas y el casco. En la exposición se explica, mediante fotografías, cómo ha sido este complejo proceso y se muestran algunos cuadernos de dibujo y el instrumental utilizado en las excavaciones.

Pieza de un «alto valor científico y patrimonial».

La diputada de Cultura señaló que el hallazgo y recuperación de este barco ha suscitado «una gran expectación» en el colectivo internacional de historiadores y arqueólogos especialistas en el mundo marítimo. «Tiene un valor científico y patrimonial muy alto, ­añadió el arqueólogo de la Diputación­. Este tipo de restos nos proporcionan muchísima información sobre la época, nos dicen aquello que no viene en los documentos escritos, en los que nunca se hablaba de las embarcaciones».

Por su parte, el director del Museo Marítimo, Patxi Garay, recordó que en los tiempos de esta embarcación, «los marinos eran, además, comerciantes y guerreros. Faltaban treinta años para el descubrimiento de América y cuarenta para que los vascos fueran a Terranova».


TRANSPORTABA HIERRO DESDE ENKARTERRI HASTA URDAIBAI

Bilbao, Bizkaia. Los estudios arqueológicos llevados a cabo por un equipo de la Diputación sobre el pecio de Urbieta concluyen que, al menos en sus últimos años, la embarcación se dedicó a transportar mineral. Al parecer, la barcaza llevaba hierro desde los ricos filones de mineral de Las Encartaciones hasta las ferrerías del Urdaibai, conectando dos comarcas de Bizkaia determinantes en el desarrollo económico de la época.

«Este barco no hizo travesías muy largas, pero su vida fue muy activa ­detalló el arqueólogo Iñaki García Camino­. Sus dueños lo repararon y reformaron una y otra vez. En su último viaje, transportó el hierro, probablemente desde Portugalete hasta Gernika. Desde Gernika, el mineral se transportaba en mulas y carros hasta las ferrerías de la zona alta del valle, donde era convertido en barras de hierro y lingotes para, de nuevo a través del mar, llegar a los puertos de Flandes e Inglaterra, donde el hierro vizcaino era muy apreciado».

Pero el pecio de Urbieta fue utilizado también para otros fines. «Sabemos que se usó también para la pesca del besugo, del arenque y de la sardina», dijo el arqueólogo. Este experto indicó, además, que la embarcación de Urbieta estaba preparada para albergar a siete tripulantes: el patrón, los marineros y los mozos. «Con toda esta información hemos recreado gráficamente la vida en el puerto de Gernika. Los detalles tienen su apoyo documental en los restos hallados en otras excavaciones, como por ejemplo en la iglesia de San Antón de Bilbao, donde se descubrió una antigua lonja portuaria».


PASARÁ AL FUTURO MUSEO DE ARQUEOLOGÍA

Bilbao, Bizkaia. El pecio de Urbieta reconstruido estará expuesto en el interior del Museo Marítimo Ría de Bilbao (sito en el Muelle Ramón de la Sota) durante dos años. A partir de entonces, su destino será el futuro Museo de la Arqueología, que se está construyendo en las calzadas de Mallona, en el Casco Viejo bilbaino, a pocos metros del Museo Etnográfico Vasco. El director del Museo Marítimo, Patxi Garay, mostró ayer su alegría por poder exhibir esta «joya», que constituye «un premio» para el centro.


(publicado el 28-02-2006 en Gara)


Enlaces relacionados

Página web del Museo Marítimo Ría de Bilbao
www.museomaritimobilbao.org

La noticia en la página web de la Diputación Foral de Bizkaia
En www.bizkaia.net



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