José C. Paz, Argentina. Hace 25 años, la localidad bonaerense de José C. Paz y la villa vasca de Oñati oficializaron su hermanamiento con un acto celebrado en la Universidad Sancti Spiritus de la localidad gipuzkoana. El pasado sábado, 19 de julio, la comunidad paceña conmemoró el aniversario de aquel acontecimiento con una emotiva jornada que reafirmó los profundos lazos de solidaridad y cultura que unen a ambos pueblos. El evento contó con el acompañamiento de numerosos socios del Centro Vasco paceño Toki Eder, pilares en la gestión de las ayudas solidarias recibidas durante años en José C. Paz. entre ellos socios fundadores y ex directivos de la entidad, así como de una muy importante cantidad de representantes de instituciones culturales, sociales, comunitarias y educativas de la zona.
La solidaridad vehiculó el hermanamiento en el año 2000 entre José C. Paz y Oñati. Un libro que hace balance está en curso, de mano de uno de sus protagonistas, Juan Urteaga
Las actividades comenzaron por la mañana en la Plaza del Hermanamiento, un espacio que orgullosamente exhibe los escudos de Oñati y José C. Paz. Allí, frente al monumento, la directora del grupo de danzas de Toki Eder, Jennifer Cabezas, dio inicio a la ceremonia de homenaje bailando un sentido agurra. El grupo de dantzaris, por su parte, ofreció un fandango. El evento contó con la presencia de socios y directivos de la Euskal Etxea, así como del secretario de Cultura de la Municipalidad, Carlos Narváez, además, socio honorario de la entidad, quien dedicó unas palabras a la trascendencia de la firma original del hermanamiento, y a su ratificación en 2010. Las banderas, símbolo de la unión, fueron portadas con honor por Silvia Paco Romero, a cargo de la albiceleste, y Claudia Gastiazoro, de la ikurriña.
Charlas y testimonios
Rosario Mondaca, socia e integrante del Taller Literario, habló sobre los escudos de José C. Paz, Oñate y Euskal Herria
Por la tarde, la celebración se trasladó a la sede de Toki Eder. A las 17 horas, el salón principal lucía colmado por la presencia de socios, representantes de los centros receptores de las ayudas, autoridades municipales, miembros de aquella delegación pionera que firmó el hermanamiento, y representantes de la ONG Hermansoloña, de Oñati, cuyo incansable trabajo ha sido clave en la gestión de la ayuda solidaria a lo largo de estos años. Actualmente su presidente, José Antonio Urteaga, se encuentra abocado a la escritura de un libro que recogerá la historia completa de esta experiencia. A lo largo del encuentro se ofrecieron breves charlas en las que se realizó un repaso por los 25 años de esta experiencia y se profundizó en la rica historia de Oñati. Las socias Rosario Mondaca y Mirta Carta se refirieron a la simbología de los escudos de Oñati, José c. Paz y Euskal Herria. Por su parte, Alberto Fernández, del Museo José Altube, hizo una memoria del Hermanamiento, subrayando su significado e importancia para el Municipio de José C Paz y el Ayuntamiento de Oñati.
Un emprendimiento coral
El lehendakari de Toki Eder, Ezequiel Ugartemendia, leyó una carta de felicitación enviada por María Ángeles Oñederra, que reside en la actualidad en Gipuzkoa, un gesto que conectó directamente Oñati con José C. Paz. Le siguió Carlos Narváez, quien puso en valor la vasta labor conjunta desarrollada a lo largo de estas dos décadas y media. La labor solidaria fue destacada por María del Pilar Uribeondo, quien se refirió específicamente al apoyo a la construcción de molinos de agua en Abrapampa, Jujuy. El evento se enriqueció con algunas de las experiencias y los testimonios de quienes han sido parte de esta historia: Martín Castillo, Juan Alberto Etchanique, Ramona Insaurralde, Horacio Longo y Mariana Fernández Castelli, quienes compartieron sus vivencias. Claudia Gastiazoro expresó un profundo agradecimiento a los presentes por los 25 años de incansable trabajo solidario. La presidenta del Club de Artesanos José Altube entregó un presente al lehendakari de Toki Eder, sellando una jornada cargada de recuerdos. El evento culminó con un vino de honor y una merienda que propició el clima de confraternidad entre los presentes.