No es usual que los Centros Vascos de Estados Unidos se manifiesten ante actos y acciones que ocurren en Europa. La política del Old Country no figura en su agenda. Esto se aplica sobre todo a los clubes vascos del Oeste, con una mayoría de miembros formada por vascos de nacionalidad norteamericana, muchos de ellos de segunda, tercera o cuarta generación, cuya máxima preocupación reside en asegurar para sus hijos el mantenimiento en América de sus tradiciones y su identidad cultural vasca.
Desapego por la política europea y apego a sus raíces y su cultura vasca, ésas son las premisas en que se tradicionalmente se han movido las asociaciones vascas norteamericanas, que hacen suya la costumbre de que, en el seno del club o centro vasco, la política y el mundo que la rodea sean históricamente un tema tabú. Por extensión, situaciones y problemas culturales de la Euskal Herria europea que impliquen un pronunciamiento o la adopción de posturas críticas para con los gobiernos y la institucionalidad europea establecida han sido también, salvo excepciones, proscritas de los centros vascos.