Un árbol genealógico de siete metros presidió la Primera Reunión de la Familia Salsamendi en Rauch, Argentina

Los descendientes argentinos de Miguel Antonio Salsamendi, nacido en 1846 en Bidania, Gipuzkoa, y María Dolores Sarasti, natural de la vecina Asteasu, se reunieron por primera vez el pasado sábado, en la localidad argentina de Rauch. La jornada, en la que se dieron cita cerca de 200 personas, resultó muy emotiva. La ilusión de los presentes ante el encuentro con los numerosos familiares fue grande, casi tanto como el árbol genealógico presentado en la fiesta: una larga lista de más de siete metros en la que todos, desde los mayores hasta los más pequeños, pudieron ubicar su nombre.

Cerca de dos centenares de miembros de la familia Salsamendi Sarasti se reunieron el pasado sábado en Rauch, provincia de Buenos Aires, para celebrar el Primer Encuentro de esta extensa familia vasco argentina. La jornada comenzó con una ofrenda floral en el cementerio local, seguida por una misa en recuerdo de los fundadores de la saga: el bidaniarra Miguel Antonio Salsamendi y su esposa María Dolores Sarasti, natural de Asteasu, y demás familiares fallecidos. A medida que llegaban los participantes, se les fue entregando un cartelito con su nombre, el de su padre/madre, abuelo/abuela y bisabuelo para el caso de los bisnietos, facilitando así la identificación de cada uno y el encuentro entre las distintas ramas de la familia, informa a EuskalKultura.com Silvia Salsamendi, una de las impulsoras y organizadoras del encuentro.

Cada tarjeta presentaba un color diferente, representativo de cada una de las trece ramas, una por cada hijo que tuvo el matrimonio Salsamendi Sarasti. Estos colores se basaban en la clasificación del árbol genealógico de la familia, que fue presentado a los asistentes por primera vez en este encuentro. El asombro y la ilusión que causó el árbol fueron notables, en parte por la longitud del mismo --más de siete metros-- pero también por que en él se hallaban identificados, además de los antepasados de la familia, todos y cada uno de los asistentes. Todos, desde el asistente más chico hasta la persona de mayor edad pudieron así ubicar su lugar dentro de la gran familia (con nombres, fechas de nacimiento y matrimonio). [En la imagen de la izquierda uno de los asistentes busca su nombre en el largo árbol familiar (foto Silvia Salsamendi)]

En la presentación del encuentro una de las organizadoras saludó a los presentes, agradeciendo su colaboración a todas las personas que aportaron datos para elaborar el árbol y a los que colaboraron en la organización de este primer encuentro. A continuación, un miembro de la familia pronunció unas palabras, haciendo referencia a la trayectoria del matrimonio Salsamendi Sarasti como inmigrantes y fundadores de la familia y destacando valores como el esfuerzo y el ejemplo de su tesón. El encuentro se aprovechó para identificar y fotografiar a todos los miembros, tanto por familias como por generaciones. [En la imagen de la derecha, Nelly Marcuci, la asistente de mayor edad --85 años--, sostiene en sus rodillas a Joaquín Falabella, el más pequeño de la reunión -- 7 meses--. Ambos viven en la ciudad de Rauch (foto S. Salsamendi)]

Regalo del árbol genealógico

A lo largo de la reunión un frondoso album de fotos y documentos antiguos circuló de mano en mano, permitiendo a los asistentes compartir la documentación y fotografías familiares reunidas durante el proceso de investigación genealógica. Asímismo se presentó un libro de firmas, en el que todos los presentes pudieron dejar su huella. Al finalizar el encuentro cada primo recibió una carpeta con el árbol genealógico. La jornada contó también con una actuación de los dantzaris del Centro Vasco Gure Txokoa de Rauch, que interpretaron cuatro danzas vascas, previa presentación y descripción de cada baile. Los más pequeños se sumaron alegremente al baile, comenta Silvia Salsamendi.

[En la imagen superior algunos de los asistentes al Primer Encuentro de la familia Salsamendi Sarasti. La reunión contó con participantes llegados de Rosario, Buenos Aires, Las Flores, Azul, Rauch y Tandil. La emoción de reencontrarse después de tantos años fue muy grande y ya se planea la posibilidad de organizar un nuevo encuentro el año que viene (foto S. Salsamendi)]

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