euskalkultura.eus

diáspora y cultura vasca

Noticias rss

Monsieur Sarkozy et(a) gure Olantzero: jugando con Iparralde. El articulista compara las figuras de Nicolás Sarkozy (ministro francés que retrasa una y otra vez su llegada a Euskal Herria) y el Olentzero, y sus aportes a Iparralde (en Gara)

18/12/2003

PUBLICIDAD

Por Igor Ahedo - Doctor en Ciencias Políticas

Los días venideros, Iparralde será objeto de la visita de dos ilustres personajes. Esperada es la cita del ministro del Interior, para que responda a las demandas de la ciudadanía, expresadas por activa y por pasiva por sus representantes en el Consejo de los Electos. La sorpresa, sin embargo, estará en la fecha de su llegada, incontables veces pospuesta por compromisos más urgentes a los que el Gobierno de Sarkozy debía dar salida: nuevas leyes contra la inmigración, circulares sobre el 'bien vestir' de las jóvenes francesas, ilegalizaciones de símbolos religiosos (normalmente de los otros) en los centros educativos públicos, fiascos varios en Córcega... Pero, tan esperada como la visita, también es la respuesta que probablemente se dé a conocer; y no por que se anhele saber qué es lo que está dispuesto a conceder, sino precisamente porque ya se sabe qué es lo que dirá.

Hace poco más de un año, como decíamos, los representantes de Iparralde manifestaron sus deseos cara al año (y al nuevo proceso descentralizador) que se avecinaba. Como niños y niñas ingenuas, los cargos electos, capitaneados por Lamassoure, pedían en su carta de Navidad que el Gobierno concediese a Iparralde una Cámara Agrícola, la modificación del artículo 2 de la Constitución para posibilitar la oficialización del euskera, una respuesta a la demanda sobre el departamento Pays Basque y mayores poderes para la universidad vasca.

Pasaron las navidades y estos representantes observaban desesperados cómo sus botas seguían tan vacías como en noviembre. El Gobierno y su descentralización habían pasado de largo por Iparralde. Como siempre, los regalos y las prebendas eran para otros. Por esta razón, para protestar por el olvido de sus esperanzas navideñas, acudieron a París. Volvieron con las manos tan vacías como habían llegado, pero con nuevas ilusiones... Pronto vendrá Sarkozy a nuestras tierras a anunciarnos qué es lo que ha pensado concedernos, decían. Alentados por el 'vendrá, verá y dará', pedían más tiempo a quienes pensaban que éste ya se había agotado en Iparralde; a quienes consideran que este territorio tiene que ponerse en marcha para evitar la desaparición del euskera, de la agricultura, de la economía. Los meses han pasado y se han ido cerrando más fábricas, la vida en el baserri no ha mejorado y el euskera, a pesar de los impulsos y los deseos renovados de la sociedad, agoniza.

Todos y todas, cargos electos y ciudadanía de Iparralde, saben por boca del mandatario del Interior que, a falta de cañas para pescar, la respuesta del Gobierno sería repartir caramelos... Dulces, eso sí, pero que no quitan el hambre. La estrella de su visita sería el euskera. A falta de modificaciones legislativas, la Administración se comprometía a poner en marcha un organismo encargado de la promoción y dinamización de esta lengua. Pero Sarkozy, ocupadísimo, posponía una y otra vez su audiencia dadivosa. Por esta razón, los electos decidieron poner en marcha esta estructura al margen del Gobierno. Para que cuando viniese, los deberes ya estuviesen hechos.

Y parece que ya viene, en estas fechas entrañables, para contentar con sus regalitos a los y las habitantes de Iparralde. Quizá nos sorprenda... ¡Ojalá la Navidad le enternezca y se decida a olvidarse de las presiones de Madrid, del rancio aroma jacobino que sigue impregnando muchos despachos de París, y piense que, después de 204 años, ha llegado la hora de responder a la protesta de Garat, concediendo un departamento Pays Basque! Sería un buen comienzo del año para esta sociedad tan madura, que tiene que repartir sus fuerzas entre políticas de desarrollo que le permitan salir del abismo y demandas de institucionalización que le posibiliten ser reconocida, simplemente ser.

Pero me temo que no. Por esta razón es tan importante la estancia del segundo de los ilustres personajes que se acercarán por estas tierras. Este no vive en un despacho rococó, no se mira en un espejo de oro reforzando su ego, no tiene traje de Armani, no vive de promesas incumplidas... y, sobre todo, nunca falta a su cita. El Olantzero es nuestra propia imagen, a la vez tierna y grotesca, de quienes prefieren su trabajo de carbonero a las medallas, de quienes no tienen tiempo de acicalarse, de quienes prefieren una Euskadi despeinada pero bonachona, y no engominada y altanera.

El Olantzero es desde hace mucho el símbolo de la esperanza de esta tierra, demasiado sacudida. Muchos y muchas, mayores y niños, seguimos esperando año tras año que la magia permita que nuestros deseos se cumplan. Como he dicho, no promete; es el mensajero de la esperanza. A diferencia de otros oportunistas, no espera la llegada de la nueva era (bien sea en forma de hijo de carpintero, bien sea en forma del 'hombre (y mujer) nuevo', bien sea en forma de pavo de madera) para ofrecer sus regalos. El Olantzero es su preámbulo. Simplemente la anuncia. Por eso, el mensaje del Olantzero es tan humano (humanista diría yo) como simple. Está en nuestras manos que los deseos se cumplan. En nuestras ilusiones, y no en otro lugar, está la magia.

En eso está la ciudadanía de Iparralde desde hace meses. Batera sabe que ningún ministro ha cumplido su palabra para con la tierra de Matalaz y Xalbador. Batera sabe que las esperanzas se han hecho realidad al andar: desde las ikastolas a las cooperativas, pasando por las maskaradas y las pastorales. Ningún decreto las ha cobijado y, sin embargo, están ahí... latiendo, dando vida a la ilusión por una nueva etapa.

Por eso es tan importante esta visita, mucho más que la otra. Uno concede (cuando lo hace), otro da fuerzas para que nosotros y nosotras construyamos nuestro futuro, pero siendo dueños de nuestro presente. Uno es caduco, propio de tiempos feudales; otro es preludio, propio de tiempos mejores. Uno es el símbolo de la frustración; otro es el símbolo de la esperanza.


(publicado el 18-12-2003 en el diario Gara)


« anterior
siguiente »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia