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Donostia-San Sebastian. La Filmoteca Vasca presentó ayer un balance de sus actividades el año pasado, en el que entre otros aspectos, se dio cuenta del volumen de archivo de la entidad, que supera ya los cinco millones de metros de cintas de distintos formatos. A lo largo de 2007, instituciones y particulares aportaron 167 cortometrajes, dos mediometrajes y 185 largometrajes. La recepción de filmaciones amateurs ha sido constante a lo largo de los treinta años de historia de la Filmoteca Vasca, según destacron sus responsables.

La Filmoteca realizó sin embargo un llamamiento directo a los particulares que tanto en Euskal Herria como en la Diáspora guardan archivos familiares, como las viejas grabaciones en Super-8, para que sigan haciendo llegar estos materiales a la fundación. Aunque se trate de grabaciones de fiestas y acontecimientos familiares, las cintas presentan a menudo información histórica y antropológica, mostrando diversos aspectos de la vida de los vascos en distintas épocas. ‘Esas filmaciones nos permiten conocer cómo era Euskadi en esa época, cómo vestían, cómo eran las celebraciones, cómo eran las calles, los coches... Además, muchas veces nos encontramos que se aprovechaba la cámara y entre escenas familiares se filmaban también acontecimientos de su pueblo, y aparecen así documentos históricos’, explicó Mikel Arregi en la presentación.

Digitalización de fondos

La Filmoteca digitalizará estas grabaciones y entregará copias en DVD de las mismas a sus dueños, mientras el material original queda en depósito en la entidad. La digitalización es uno de los procesos más ambiciosos que ha acometido la Filmoteca Vasca en el 2007, año en el que se han digitalizado 400 horas de material material histórico documental sobre Euskadi y cine vasco. Sus responsables confían realizar otro tanto este año.

En su memoria de 2007, la Filmoteca Vasca destaca también dos restauraciones de películas. La primera, Gente de mar (1957), es un documental sobre la pesca de la anchoa en el puerto donostiarra. La película había perdido color, pero se logró solucionar el problema con una restauración digital. La segunda es Bilbao (?), con imágenes insólitas de chabolas tomadas en los años 60 en los terrenos que actualmente ocupa el museo Guggenheim.