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Dicen que son las pequeñas cosas diarias las que alegran y convierten la vida en gratificante. De esa opinión son al menos quienes, tras años de espera, han podido por fin adquirir en Boise (Idaho, EEUU) las primeras cajas y botellas de sidra vasca que han comenzado a llegar de manera regular al mercado norteamericano. Han sido 130 las cajas de sidra vasca que esta primera vez ha importado la compañía Basque Country Imports que comanda en la capital idahoense el lekeitiarra Justo Sarria.<br><br>

A Jenny, una vasca norteamericana que vivió a inicios de los 90 por un año en Donostia-San Sebastián, le aflora la sonrisa cuando le preguntamos por la llegada de la sidra a su hogar californiano. Ella, como otros muchos vasco-americanos, conoció la sidra en Euskal Herria, en caseríos de Astigarraga y Hernani. De vuelta a EEUU, compartir una botella de sidra ha sido un lujo del que en muy contadas ocasiones, sólo con la llegada de amigos de Euskadi, ha podido disfrutar... hasta ahora, en que merced a esta iniciativa de Justo Sarria y su compañía Basque Country Imports, ha tenido ocasión de hacerse con algunas botellas, que prevé administrar: consumidas algunas en las fiestas, guarda las restantes para momentos especiales.<br><br>

Según comenta Justo Sarria, nuestra sidra, la sidra como ésta que hemos comenzado a traer de Zapiain, en Astigarraga, no es muy conocida aquí. Los estadounidenses conocen otros tipos de sidra, pero su paladar no está todavía acostumbrado a la sidra natural vasca; de momento, la estamos dando a conocer y hemos enviado ya varias cajas de Idaho a Washington y California, y también a Nevada. Los compradores hasta la fecha han sido miembros de la comunidad vasca. En Boise, para muchos de ellos, ha sido como una sorpresa de Navidad, puesto que, después de salvar diversos obstáculos, el primer container con sidra no llegó hasta el mismo día 24 de diciembre. La cara se le iluminó a más de uno.