La Plata, Argentina. Cuatro instituciones que trabajan en la transmisión y preservación de la memoria se dieron cita el pasado viernes 9 de mayo en la capital bonaerense para compartir un espacio de reflexión sobre cuatro hitos históricos que marcaron al mundo: el levantamiento del gueto de Varsovia, el Bombardeo de Gernika, las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, y la última dictadura cívico-militar argentina. Bajo el título “Nuevos desafíos en la transmisión de la memoria de los pueblos”, la charla-debate fue un encuentro entre las comunidades judía, vasca, japonesa y argentina para mantener viva la memoria, afirmar la identidad y reflexionar colectivamente ante los desafíos del presente. La actividad, una iniciativa de la Biblioteca Matxin Burdin de Euzko Etxea de La Plata, se llevó a cabo en el Centro Literario Israelita y Biblioteca Max Nordau, de la ciudad, y contó con una nutrida concurrencia.
El evento comenzó pasadas las 19 hs., con las exposiciones de Eduardo Rezses, por el Centro Literario Israelita y Biblioteca Max Nordau; Irene Cafiero y Emanuel Placenti, por el Centro de Estudios Japoneses, UNLP; Sandra Raggio, por la Comisión Provincial por la memoria, y Néstor Nicolás Arrúa, por Euzko Etxea y la Cátedra Libre de Pensamiento Vasco, UNLP. Le siguió un Debate, con la participación del público asistente, en el que se abordaron cuestiones como los desafíos actuales en la trasmisión de la memoria y, particularmente, en relación con las juventudes y las consignas y/o alternativas de trabajo, de acuerdo a sus intereses actuales. El cierre fue con un espectáculo musical, a cargo de la cantante lírica Irene Cafiero, del Centro de Estudios Japoneses, y del Coro Neshamá y Max Nordau Klezmer Band.
Con la obra de Picasso en la pantalla, Néstor Arrúa se dirige a la audiencia
“Resultó muy interesante ya que ofreció la posibilidad de reflexionar desde cada espacio sobre la memoria colectiva y los desafíos a futuro”, explica a EuskalKultura.eus Néstor Arrúa. “En nuetro caso, la memoria del Bombardeo a Gernika nos interpela hoy por la unidad manifestada de los que luchaban en el bando republicano, donde anarquistas, trotskistas, comunistas, socialistas y liberales, más el Partido Nacionalista Vasco confluyeron, no sin debates y conflictos”. Gracias a la obra de Picasso, Gernika es hoy la representación de la lucha antifascista contra la barbarie. “Por eso, en tiempos de Trump y los gobiernos de derecha nacionalistas en Europa, o el gobierno populista conservador de Milei, es necesaria una memoria antifascista” concluye el representante vasco.