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Córdoba, Argentina. “Una verdadera unión de euskera, danza y música deleitó a los asistentes y arrancó aplausos y muestras de entusiasmo y adhesión entre quienes nos acompañaron en el concierto de 'Baietz' el pasado 3 de julio en Lautaro Bar”, comenta Elba Mocoroa.

“De esta manera vemos que sigue vivo el compromiso con la lengua ancestral; continúan, a pesar de las dificultades, los sonido del euskera de la mano de 'Baietz' y de las personas que asumieron la responsabilidad de su estudio y difusión”, afirma en una nota hecha llegar a nuestro boletín la ex vice presidenta de la euskal etxea de la capital cordobesa.

Se trató de un encuentro agradable y vivo que impregnó el mencionado establecimiento de la capital de la provincia mediterránea de mano de los aires interpretados por esta formación compuesta por Gaspar Jaurena, Noé Fernández Brizuela, Franco Sagheso, Agustín Alonso y Fernando Zabalza.

[Los dantzaris del 'Txotx' Dantza Taldea también fueron protagonistas del recital]

Para comenzar, se abordó con alboca un repertorio que recorrió desde las obras más tradicionales a otras originales como Oinez, compuesta por el propio Gaspar Jaurena.

La txalaparta acompañó al txistu en una versión de la Sagar Dantza del Baztán y como solistas los jóvenes músicos exploraron la tímbrica de la madera y el metal. A continuación la xirula y el ttun ttun trajeron aires de Iparralde a través de melodías de Baja Navarra y Zuberoa.

En el marco del bicentenario de la patria, el quinteto cordobés interpretó también una chacarera titulada 'Baietz', con los instrumentos tradicionales vascos construidos en la mayoría de los casos por ellos mismos.

Cabe destacar además, que entre los presentes se encontraban miembros del 'Txotx' Dantza Taldea, que sumó sus pasos y coreografías en piezas como la Txilibrinen Jota y Porrusalda o Lantzeko Inauteria (Carnaval de Lantz).

“Fue una verdadera fiesta en la que sentimos el apoyo y cariño de la gente. Viven el euskera y la cultura vasca en los ámbitos cordobeses que les abrieron sus puertas”, concluye Mocoroa.