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El promotor de la enseñanza y la cultura vasca Jesús Atxa recibe de manos del presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, el premio Manuel Lekuona 2003

09/05/2004

Jesus Atxa Agirre (foto Euskonews)
Jesus Atxa Agirre (foto Euskonews)

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El euskaltzale y promotor de la enseñanza en lengua vasca Jesús Atxa recibió ayer de manos del presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, el premio Manuel Lekuona 2003 con el que Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos reconoce la labor de toda una vida y un talante ejemplo de "convivencia entre todos los vascos". Jesús Atxa vivió entre 1936 y 1945 en América --en Colombia, donde estudia Filosofía y Letras y en Venezuela-- de donde retornará para continuar su ahora reconocida labor en la enseñanza del euskera y la promoción de la cultura vasca.
Según informa Diario de Noticias, la entrega se produjo en un solemne acto al que acudieron miembros de Eusko Ikaskuntza, altos representantes políticos entre los que se encontraba Miguel Sanza, familiares y amigos del homenajeado. Atxa recogió el premio tras un discurso en el que, mayoritariamente en euskera, recordó con humor las duras condiciones en las que comenzó la apertura de ikastolas en Navarra, aunque valoró los frutos que a la postre ha dado la proliferación de estas.

El único aplauso que interrumpió la intervención de quien fuera durante catorce años director de la ikastola San Fermin de Pamplona, fue el que ofreció el público tras escuchar en castellano el agradecimiento "sincero" de Atxa a la presencia en el acto del presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, que "quiero creer que no es sólo un gesto de su sincera adhesión a un homenaje sino también una manifiesta voluntad por transformar las estrechas carreteras de Navarra en autovías del euskera".

Por su parte, en su intervención Sanz valoró con la "sinceridad más absoluta" la biografía de Atxa y sus esfuerzos en pro de la lengua y cultura vascas, que aseguró "constituyen hoy una de las raíces de nuestra identidad y del patrimonio común de esta tierra abierta, libre, plural y a veces complicada, que es Navarra", recoge Diario de Noticias.

En esa línea, el presidente del Ejecutivo foral señaló al homenajeado que "podrán separarnos ideas, convicciones e incluso procedimientos, pero el euskera, al menos en lo que a mí respecta, no será elemento de desunión y mucho menos de confrontación".

Además de los frutos de su trabajo, Sanz valoró el talante de Atxa, "gran ejemplo humano de constancia permanente, de perseverancia y convicción profundas, de generosidad y entrega a los demás, especialmente a través de su labor educadora y de divulgación cultural, que ha enriquecido notablemente a nuestra sociedad".

En el acto, amenizado por la coral San Fermín, dirigida por Fermín Iriarte, Javier Retegui, presidente de Eusko Ikaskuntza, entidad convocante del galardón, incidió en los frutos obtenidos por la labor de Atxa a lo largo de toda una vida "desde una convicción de prioridad para la cultura vasca, enmarcándola en una gran capacidad de interlocución con todas las sensibilidades políticas, buscando soluciones y poniendo la defensa del euskera por encima de ideologías".

Por todo ello, se dirigió a Atxa para asegurarle que "hombres y mujeres como tú podrán hacer posible la convivencia entre todos los vascos y el fortalecimiento de nuestra milenaria cultura".

Jesús Atxa Agirre (Aretxabaleta, 1920) realizó sus estudios primarios en Durango en el colegio San José de la Compañía de Jesús. Con el estallido de la guerra civil se trasladó a Bélgica con el propósito de continuar sus estudios e ingresar en la orden jesuita, para lo que, al inaugurarse un nuevo noviciado en Bogotá, se trasladó al continente americano. En Colombia abandonaría esa idea y se licenciaría en Filosofía y Letras en la Universidad Javierana. Más tarde pasaría a residir en Caracas, capital de gran actividad en cuanto a vida vasca se refiere en aquel momento, hasta que en 1945 decide regresar al País Vasco.

Reside primeramente en Elorrio, trabaja en la Caja de Ahorros Vizcaína y dirige el coro parroquial de esa localidad. Tras pasar brevemente por un trabajo en el sector del metal, pasa a impartir clases de euskera en la escuela cooperativista de Elorrio. El 1964 se traslada a BIlbao y trabaja en Edili, entidad cultural que se ocupa de la promoción del euskera. A partir de ese momento Atxa se involucrará a fondo en la labor euskaltzale. En 1970 José Cortés, a la sazón secretario de la Institución Príncipe de Viana y pionero en el movimiento educativo euskaldun en Navarra, le ofrece la dirección de la ikastola San Fermín de Pamplona, puesto que ocupará hasta su jubilación en 1984.

Jesús Atxa fue uno de los principales promotores de las Federaciones de Ikastolas de Bizkaia y Navarra. La Federación de Ikastolas de Bizkaia le rindió el año pasado homenaje como uno de sus miembros fundadores y Eusko Ikaskuntza y la sociedad navarra le otorgan ahora este reconocimiento. Jesús Atxa es asimismo académico de honor de Euskaltzaindia, está casado y es padre de cuatro hijos, de los cuales tres trabajan en ikastolas, y tiene siete nietos.

Eusko Ikaskuntza instituyó el premio Manuel Lekuona en 1983, cuando se otorgó al propio escritor e historiador Lekuona. Creado al objeto de reconocer la trayectoria de toda una vida al servicio de la cultura vasca, entre las personas que lo han recibido hasta la fecha se hallan Odón Apraiz, Jorde de Riezu, Carlos Santamaría, Bernardo Estornés Lasa, Iratzeder, Eugène Goyhenetche, Francisco Salinas, Jorge Oteiza o José María Jimeno Jurío.

Enlaces relacionados

Página web de Eusko Ikaskuntza
www.eusko-ikaskuntza.org

Boletín Asmoz eta Jakitez que da cuenta de la concesión del premio
Jesus Atxa Agirre, 2003ko Lekuona Saria (pdf)

Entrevista a Jesus Atxa Agirre
Sin las ikastolas el euskera no habría vivido (euskera/español)


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