euskalkultura.eus

diáspora y cultura vasca

Noticias rss

Bieter y Cenarrusa, los 'Cossiga' de Idaho amigos del PNV. El articulista hace su particular lectura en torno a las relaciones entre el PNV y la Diáspora de EEUU, en este medio digital conocido por su españolismo antiabertzale (en El Semanal)

01/09/2004

PUBLICIDAD

Por M. Ortega

En el año 2002 intentaron promover el "Joint Memorial" favorable al derecho de autodeterminación del País Vasco aprovechando sus lazos privilegiados con los nacionalistas vascos.

1 de septiembre. La querencia de los sectores nacionalistas vascos más clásicos por conseguir influencia a través de los órganos de gobierno de Estados Unidos no es nueva. Esta relación, surgida por la iniciativa del presidente del Gobierno vasco durante la Guerra Civil española, José Antonio Aguirre, se forjó en los años de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

Al poco del estallido de la segunda contienda mundial, Aguirre puso tierra de por medio y se refugió en Estados Unidos mientras el grueso de sus colaboradores quedaban en Europa. El "lendakari" pensaba que podía obtener ventajas si conseguía interesar a Washington con una colaboración a su favor de las redes nacionalistas vascas. Además, contaban con movilizar para su causa a los "amerikanoak", los descendientes de vascos llegados a Estados Unidos en el siglo XIX y que actuaron como pioneros durante la marcha hacia el Oeste. La mayor parte de este núcleo de población se asentó en el Estado de Idaho, donde se centraron en la actividad ganadera.

Muchos de estos "amerikanoak", a pesar de no contar con implicaciones políticas, combatieron en las filas del Ejército estadounidense. En el Pacífico, y antes del empleo de indios, el cuartel general de Nimitz utilizó durante la batalla de Guadalcanal una red de transmisiones en euskera, que permitió operar a las tropas sin que los japoneses consiguiesen descifrar las claves, como ha señalado Daniel Arasa en Los españoles en la Guerra del Pacífico. Asimismo, también hubo exiliados vascos procedentes de España que ingresaron en las Fuerzas Armadas de EEUU y lucharon en el Pacífico. Un ejemplo fue el de Antón Brouard, hermano del futuro dirigente abertzale Santiago Brouard.

La colaboración del nacionalismo vasco con el Departamento de Estado a través de la OSS, el antecedente de la CIA, se centró en Europa, especialmente en la frontera francoespañola y en el interior de Francia. Después de 1945 las promesas estadounidenses sobre una intervención en España se fueron diluyendo pero Aguirre, promotor de un lobby pronacionalista gracias a los esfuerzos de Antón Irala y Jesús Galíndez (que, posteriormente, sería ejecutado por los servicios secretos del dictador dominicano Trujillo), se adecuó a los nuevos tiempos y centró a sus espías en la captación y control de los movimientos del resto de grupos de la oposición antifranquista.

Idaho, la Arcadia feliz del nacionalismo vasco

Con la llegada de la democracia y el control del Gobierno autonómico del País Vasco por parte del PNV la población de origen vasco en Estados Unidos volvió a ser un objetivo preferente. Al igual que el resto de la diáspora vasca presente en Hispanoamerica, pero con mayor importancia por lo que representan los EEUU. Así, se potenció la creación de un Centro de Estudios Vascos en la Universidad de Nevada, por citar un ejemplo.

Pero sobre todo ha sido Idaho donde el PNV ha intentado estrechar los lazos con la comunidad vasca. Dos de las cabezas más visibles del lobby nacionalista vasco en ese Estado son Pete Cenarrusa y Dave Bieter. A pesar de su diferente adscripción política –uno es republicano, el otro demócrata– ambos fueron promotores del Joint Memorial, un documento favorable a la "autodeterminación" del País Vasco que consiguieron hacer votar en las cámaras estatales. La influencia de Cenarrusa, secretario del Estado de Idaho, fue determinante para ello. De hecho, intentó convencer al expresidente Carter para intervenir en el asunto, pero éste se abstuvo ante la posición contraria del Departamento de Estado.

La iniciativa de Cenarrusa y Bieter fue acogida favorablemente en los medios nacionalistas y consiguió una fuerte repercusión por la reacción del gobierno español. Washington tuvo que intervenir al sentir invadida una de sus atribuciones, la política exterior. Falló, además, que el Joint Memorial apareciese en el año 2002, después de los atentados del 11-S y la inclusión de Batasuna en la lista de organizaciones terroristas.

Sin embargo, eso no evitó que el "lendakari" Ibarreche corriese a felicitar a ambos políticos. Pete Cenarrusa mantenía buenas relaciones con el PNV, que le había concedido, junto al expresidente italiano Francesco Cossiga, uno de los Premios Sabino Arana en su edición del año 2000. En cuanto a Dave Bieter, entonces miembro de la Cámara de Representantes estatal, no tuvo inconveniente en acoger al director del diario Egunkaria, Martxelo Otamendi, en su propia casa cuando éste viajó hasta Idaho para seguir "in situ" el desarrollo de la iniciativa. El congresista, actualmente alcalde de Boise, ha hecho de sus raíces vacas un referente político al descubrir que apelar a las mismas le proporciona buenos réditos electorales.

(publicado el 01-09-2004 en El Semanal Digital de Madrid)


« anterior
siguiente »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia