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Autoridades navarras asistieron a la beatificación de la tafallesa Ascensión Nicol, la primera de Benedicto XVI

16/05/2005

Tapiz con la imagen de la nueva beata navarra desplegado en la Basílica de San Pedro el pasado sábado para la ceremonia (fotoEfe)
Tapiz con la imagen de la nueva beata navarra desplegado en la Basílica de San Pedro el pasado sábado para la ceremonia (fotoEfe)

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En presencia de una nutrida delegación navarra, Ascensión Nicol Goñi fue beatificada el pasado sábado en una ceremonia concelebrada entre varias decenas de sacerdotes por los tafalleses José Manuel García de Eulate y Javier Ecay, presidiendo en representación del Papa Benedicto XVI el cardenal Saraiva Martins a quien acompañaban el arzobispo de Pamplona Fernando Sebastián y el obispo de Siracusa (EEUU) James Michael Moynihan. La de Ascensión Nicol y la religiosa norteamericana Marianne Cope han sido las dos primeras beatificaciones llevadas a cabo en el Pontificado de Benedicto XVI.
La tafallesa Ascensión Nicol Goñi y la estadounidense Marianne Cope se han convertido en las dos primeras beatas del pontificado de Benedicto XVI. Ambas fueron elevadas a los altares en una solemne ceremonia presidida el pasado sábado en la Basílica de San Pedro por el cardenal portugués José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ya que el Papa Benedicto XVI ha decidido restringir su presencia en las ceremonias vaticanas y su primera decisión ha sido la de no celebrar las beatificaciones y ocuparse sólo de las canonizaciones.

Asistió a la misma una nutrida representación foral integrada entre otros por el arzobispo de Pamplona Fernando Sebastián; el consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra Javier Caballero; la alcaldesa de Tafalla Maite Mañú Echaide y los miembros de su corporación José Carlos Lerga Esquiroz, Luis Valero Erro, María Rosa Celaya Fernández y Marisa Urdin Valencia, acompañados de sus respectivos cónyuges, así como una representación de dominicas misioneras de la casa de la congregación en Barañain.

Representación de la diócesis navarra

Concelebraron la misa varias decenas de sacerdotes, entre los que se encontraban los tafalleses José Manuel García de Eulate y Javier Ecay. Junto al altar, el cardenal Saraiva Martins estuvo flanqueado por Fernando Sebastián y por James Michael Moynihan, obispo de Siracusa (Estados Unidos).

Ellos fueron los encargados de resumir los méritos de las nuevas beatas. El arzobispo de Pamplona recordó que Ascensión Nicol Goñi nació en Tafalla 1868, que en 1885 tomó el hábito dominicano en Huesca y que en 1918 fundó en Perú las dominicas misioneras del Santísimo Rosario, que hoy cuentan con 138 comunidades en 22 países de los cinco continentes.

Monseñor Moynihan destacó las fechas y los rasgos principales de la vida de Marianne Cope, nacida en 1838 en Heppenheim (Alemania), que tres años después emigró con su familia a Estados Unidos, que ingresó en la Tercera Orden Franciscana y que continuó la obra del Padre Damián con los leprosos de Molokai.

Emotiva ceremonia, con gran ovación final

El prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos leyó a continuación la carta apostólica con la que Benedicto XVI ha inscrito a ambas religiosas en el libro de los beatos, y los retratos de las dos mujeres fueron desplegados junto al altar principal, a ambos lados del baldaquino de Bernini. Una gran ovación recorrió en ese momento el interior de la basílica, en la que se apretaban peregrinos de todas las latitudes.

En la homilía, el cardenal Saraiva recordó que las dos beatas entregaron sus vidas al servicio de la Iglesia, de los pobres, de los enfermos y de la juventud. «La Beata Ascensión del Corazón de Jesús [el nombre de religiosa de la Madre Nicol] es una de las grandes misioneras del siglo pasado», explicó en castellano. «Desde joven concibió su vida como un don al Señor y al prójimo. Se dejó llevar, sin reservas, por el dinamismo de la caridad. Su trabajo generoso, amplio y eficaz dejó una huella profunda en la historia misionera de la Iglesia».

El 24 de febrero, día de la nueva beata

Añadió el cardenal que la vida misionera de la religiosa navarra abundó en sacrificio, renuncia y frutos apostólicos. «Tuvo el temple de luchadora intrépida e infatigable, así como una ternura materna capaz de conquistar los corazones».

De Maria Anna Barbara Cope, conocida popularmente como Marianne de Molokai, destacó la labor que realizó con los leprosos en la isla de Molokai, en el archipiélago de Hawaii. Y subrayó que las dos beatas hablan el lenguaje de la verdad y del amor, «el único capaz de abatir barreras de culturas y razas y construir la unidad de la familia humana». La ceremonia, que se inició a las 17.00, terminó algo después de las 19.00 horas.

El Papa ha establecido que la Iglesia Católica festeje a Ascensión Nicol el 24 de febrero (día de su muerte) y a Marianne Cope, el 23 de enero.


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En la web peruana de las Misioneras Dominicas del Rosario


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