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Boise, EEUU. “Uno de los objetivos de este verano es que los niños aprendan la lengua de signos”, apunta la directora. “Es una herramienta de comunicación, diferente y entretenida, y por ello creemos que será algo positivo”. 

Además de esto, las tres maestras que trabajan en estos momentos en la Ikastola −María Prado, Oihana Andion y la propia Mara Davis− tratarán también de enseñarles cosas ”del día a día”, como los métodos de transporte.

Este verano cuentan con 25 niños de entre dos años y medio y seis. “En estos momento estamos a tope”, apunta Davis. La gran mayoría son de ascendencia vasca, pero no todos, hay seis que no tienen relación directa con el País Vasco. 

“Es algo muy bonito para nosotros. La gente sabe que tratamos a los niños en un ambiente familiar y con mucho cariño y por eso los manda aquí. Además también se introducirán en el euskera y, hoy en día, los padres son más conscientes de la importancia de poder desenvolverse en más de un idioma”. 

Estas escuelas de verano comenzaron el 16 de junio y se prolongarán hasta el 16 de agosto, tras lo cual las maestras prepararán el programa para el curso próximo.