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La catedral renace en Tudela; Hoy se abre al culto, tras cuatro años de obras y una notable intervención, la restaurada seo de la capital ribera (en Diario de Navarra)

15/07/2006

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[La Capilla del Espíritu Santo y su sacristía muestran bien a las claras las magnitudes y las difícultades de la restauración de la catedral de Tudela, que los responsables de Cultura del Gobierno foral no dudan en calificar como la intervención más importante en el patrimonio histórico que jamás se ha dado en Navarra y que hoy se reabre al culto]

Jesús Rubio/Iruña-Pamplona. «Además de restaurar y proteger esos elementos, había que poner muebles para el ajuar, consolidar un muro, restaurar un retablo que era la suma de otros dos y hacer que todo quedara expuesto con coherencia y que además fuera útil», explica el arquitecto que ha dirigido la obra, Javier Sancho, como ejemplo de las dificultades.

La capilla no sólo estaba en malas condiciones de conservación, que incluían partes de la cubierta podridas, sino que también ocultaba sorpresas: unas yeserías policromadas que habían sido escondidas bajo capas de cal. El resultado de las obras ha sido una capilla que ha recuperado «su color, sus dorados, su estilo barroco», añade el consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas. «Nadie la conocía así».

Cuatro años de trabajo, de abril de 2002 a julio de 2006. Una inversión de 9.131.300 euros. Siete proyectos arquitectónicos. La intervención de distintas instituciones: la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, que ha promovido las obras, el Gobierno foral, que ha aportado la mayor parte del dinero, y la Fundación Caja Navarra, que ha colaborado con un millón de euros.

Todas estas cifras resumen en cierta manera la transformación que ha sufrido la catedral tudelana, que «ha recuperado la luminosidad que tuvo en su día» y que «ha recuperado su tono de belleza, su diversidad», a decir de Juan Ramón Corpas.

El de la seo tudelana ha sido un trabajo que ha ido creciendo conforme avanzaba. Lo que se pensó como una restauración del interior del templo y de algunas de sus estancias anexas acabó transfigurando casi todo el edificio: su pavimento, sus cubiertas, sus piedras, sus ornamentaciones…

«Hay cosas que no se ven: el saneamiento, las conducciones de agua, el arreglo de las estructuras en mal estado, la calefacción… Y cosas que se ven. Las dependencias de la cabecera no eran visitables por su estado, y ahora se han descubierto», añade el consejero de Cultura.

Desde el comienzo los responsables de la obra sabían que tenían un gran trabajo allí. «En algunos partes había suciedad de años, otras estaban deterioradas por el paso del tiempo, las reparaciones de las estructuras se habían ido haciendo según el gusto de cada época, y se había perdido el sentido del contexto, de la ornamentación inicial», explica Javier Sancho. «Además, una catedral de culto requiere ciertas condiciones de temperatura, iluminación, sonido».

Problemas de humedad

Por si fuera poco, el examen del templo mostró rápidamente sus problemas internos, las humedades que se filtraban tanto desde las cubiertas como desde el suelo. Por eso, se han cambiado casi todas las cubiertas. «Se han reparado más de 1.000 metros cuadrados de cubierta de muy diferentes tipos. Algunas eran pequeñas, pero tenían problemas muy delicados de evacuación de agua», dice Sancho.

Como a lo largo de todo el trabajo de restauración, las labores en los techos descubrieron sorpresas: dejaron a la vista, entre otros elementos hasta ahora ocultos, celosías mudéjares en los ventanales de la cabecera de la catedral o modillones en los ábsides meridionales, además de que se han descubierto ventanales que dejan que la luz entre más libremente.

Para acabar de solucionar los problemas de humedad, se estudió la piedra de la catedral, de la que se han cambiado unos 30.000 kilos de las bóvedas. «Al mismo tiempo, se han realizado muchas reparaciones en los muros, se han restaurado contrafuertes, aleros… todos esos trabajos no formaban parte del planteamiento inicial», explica el director de la restauración.

Desde hoy, los tudelanos podrán admirar bellezas desconocidas en un edificio que conocían bien. Los fieles podrán seguir su culto con mucha mayor comodidad, en unas naves y capillas dotadas de calefacción, mejor iluminación y sonido más claro. Pero la nueva catedral, dicen el consejero Juan Ramón Corpas, debe conseguir aún más. «Es un símbolo de la ciudad, que ha de generar riqueza. Hay que lograr que se divulgue».

(publicado el 15-07-2006 en Diario de Navarra)


LA CAPILLA DEL ESPIRITU SANTO

[Una capa de cal impedía apreciar el interior y la portada de la capilla, así como las tallas de yeso, que se limpiaron con bisturí]

J.R.S./Iruña-Pamplona. La restauración de la capilla del Espíritu Santo ha sido probablemente el trabajo más complejo. Desde el principio se vio el mal estado de las cubiertas, que tuvieron que ser restauradas. Además, tanto el interior y la portada de la capilla como las tallas de yeso que la ornamentan habían sido recubiertas con cal a principios del siglo XX, y no se apreciaba ni su decoración pictórica ni muchos detalles.

El zócalo tenía dos recubrimientos distintos y un banco empotrado y presentaba desperfectos por humedad. En las yeserías se limpió la capa de cal con bisturí, y se fijó la policromía allí donde estaba separada del soporte. Se reconstruyó el volumen en las faltas en cornisas y otros elementos de articulación arquitectónica, se sellaron las grietas y fisuras, se fijaron los yesos sueltos de mayor tamaño, y se picaron y rehicieron los que estaban degradados por filtraciones. Después se le reintegraron los colores.

En el zócalo se eliminaron las capas de repinte, se repuso el rodapié de yeso y se completaron las lagunas en la ornamentación original. El pavimento, que era de tarima, se levantó con piedra caliza pulida y con un despiece propio de época barroca.

También se restauraron el retablo principal de la capilla y los dos laterales. Para el central se ha recuperado y restaurado el sagrario original, que se encontraba desmontado y reaprovechado en un expositor sobre un altar de factura posterior.

La sacristía de la capilla del Espíritu Santo es una pieza pequeña que acumula restos de épocas muy diversas, cuya presentación los técnicos han procurado compaginar. Muestra ahora un paño del muro exterior de la mezquita, antes oculto, en el que se aprecia el aparejo musulmán y la huella de un contrafuerte. En este lugar se construyó en época medieval una capilla de la que ahora ha quedado a la vista el haz interno de la portada de paso al claustro.

Se conservan varios restos de pintura mural medieval sobre la portada y tres de los muros, incluido el de la mezquita, se han consolidado y restaurado. Una vez restaurado, se ha repuesto en su lugar el retablo que allí se conservaba, y se han colocado nuevos muebles y aguamanil.

(publicado el 15-07-2006 en Diario de Navarra)


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