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Fin de semana vasco americano en Bakersfield. El Centro Vasco de esa localidad californiana celebra su 60 aniversario y el 30 de NABO. Artículo de Gloria Totoricagüena (en Gara)

30/05/2004

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Bakersfield acoge los treinta años de la NABO

Por Gloria Totoricagüena. Los vascos de los Estados Unidos han mostrado siempre su capacidad de organización desde que crearan la primera euskal etxea de Nueva York, en 1905. Cada comunidad ha mostrado su preferencia hacia la otra gente de los siete territorios y ha formado organizaciones de ayuda, clubes sociales, redes comerciales y redes de información de empleo, turismo y pensiones por y para los vascos.

En febrero de 1973 la organización Idaho Basque Studies Center, Centro de Estudios Vascos de Idaho (Boise), ­una entidad creada gracias a una beca otorgada por la National Endowment for the Humanities y dirigida en Boise por el Dr. Julio Bilbao­, reunió a las organizaciones vascas y representantes de sus comunidades en Idaho, Nueva York, Oregón, Nevada, Utah y California. Ese mismo año, concretamente los días 9 y 10 de marzo de 1973, Julio Bilbao, Al Erquiaga y Nicasio Beristain, todos ellos de Boise, con la ayuda de los profesores William A. Douglass y Jon Bilbao de la Universidad de Nevada, Reno y de Janet Inda de Reno, organizaron el First Western Basque Convention en Reno, Nevada. Respondieron representantes de las comunidades vascas de Reno y Ely (Nevada); San Francisco y Bakersfield (California); Grand Junction (Colorado); Ontario (Oregón) y Boise (Idaho). Propusieron la idea de establecer una organización central para crear una federación de asociaciones vascas, siguiendo el modelo argentino de la Federación de Entidades Vasco Argentinas, FEVA. Tras varias reuniones y bajo la presidencia de Al Erquiaga, se creó la federación North American Basque Organizations, Incorporated, (NABO).

Las organizaciones vasco-norteamericanas se incorporaron oficialmente el 19 de abril de 1974, bajo las leyes del Estado de Nevada, con los siguientes objetivos: Potenciar y preservar las actividades y los intereses de los vascos; cultivar la amistad entre vascos y no-vascos; informar y educar públicamente sobre temas vascos; y mejorar las relaciones entre los vascos de los EEUU y los del resto del mundo. Esta organización ofrecería servicios a las asociaciones vascas en los EEUU que serían miembros de esta unión.

En sus 30 años de experiencia, NABO ha organizado cientos de actividades culturales y educativas con las distintas asociaciones a lo largo de los EEUU. No es un órgano que regula o controla a las asociaciones sino, al contrario, éstas pueden elegir participar o no. Cada miembro consigue su autofinanciación mediante la obtención de fondos y la venta de entradas a sus actividades. Subvenciones especiales de Eusko Jaurlaritza apoyan determinados proyectos singulares. Los vascos de California tienen mucha vinculación con sus parientes en Iparralde de modo que hay varios intercambios al año de pelotaris, grupos de baile y música vasca y de estudiantes. El Gobierno Foral de Navarra tiene varios programas para centros navarros (es necesario incluir el término «navarro» en la denominación de la organización para participar) pero como los vascos de los EEUU no distinguen entre vascos de Bizkaia, de Lapurdi o de Nafarroa, no hay ningún «Centro Navarro» ni ningún «Centro Vizcaino» ni un «Centro Labortano». Todos se denominan centros vascos, por lo que no hay ninguna relación oficial con el Gobierno navarro, aunque a la NABO le gustaría tratar con dicho gobierno y promover con él todo lo referente al territorio histórico.

Dado que las nuevas generaciones de vascos americanos poco tienen que ver con sus progenitores, las asociaciones ven fundamental educar a sus miembros sobre la emigración y la historia de los vascos en los EEUU y en Euskal Herria.

En cada una de las comunidades se aboga por la recuperación del conocimiento de la actualidad vasca y hay quienes creen que la última generación de jóvenes tiene un mejor conocimiento que sus padres, por haber viajado, leído y estudiado, sobre temas de historia, política, economía, idioma o cultura vascas. Internet les aporta esta información y los programas de la NABO fomentan su uso y difusión. Por ejemplo, cada euskal etxea tiene disponibles cursos de euskera que se realizan por internet. NABO también apoya los cursos de internet impulsados por el Centro de Estudios Vascos en la Universidad de Nevada, Reno, que realiza ofertas en inglés, euskera, castellano y francés (el alumno elige el idioma) y en los que cualquier persona del mundo puede matricularse.

A comienzos del siglo XXI, tenemos en los EEUU 35 organizaciones vascas, miembros de la NABO. Por su parte, el grupo de Vancouver (Canadá) también es socio de NABO y puede participar en todos los eventos que organiza. La euskal etxea de Montreal también ha mostrado su interés en unirse a NABO. Además de relacionar a las organizaciones entre sí, NABO intenta promover los intercambios entre los vasco-norteamericanos, y con otros vascos de la diáspora y de los siete territorios. Hace intercambios con la Ikastola San Fermín de Pamplona, les manda profesores de inglés, y ellos nos mandan profesores de euskera, y con el Instituto Vasco de Educación Física, a cuyos profesores de juegos y deportes vascos recibiremos en el Udaleku. Hay también intercambios con grupos de dantzaris de Argentina, pelotaris de México, Venezuela y Cuba, y en los campeonatos del mus con vascos de 17 países.

Los encuentros internacionales de NABO también ofrecen, entre otras actividades, las famosas competiciones de pelota vasca, torneos de mus, y una colonia para los jóvenes vascos que se denomina Udaleku. Esta colonia incluye dos semanas de cursos intensivos para jóvenes de entre 8-18 años, en los que se tratan temas de historia, cocina vasca, euskera, mus, danza tradicional, acordeón, txistu, canciones y juegos y pelota vasca. Cada verano rota a una comunidad vasca distinta y los jóvenes (unos 100 participarán en Boise en 2004) viven y comparten dos semanas de convivencia. Hacen amigos vascos que ­según declaran­ «durarán toda la vida».

La NABO, en tanto que organización, vive actualmente una situación de transformación. Una organización que pretende fomentar una identidad étnica y que no esté en continua construcción correría el riesgo de morir. No es el caso de la NABO. Los delegados representan a todas las edades y a todas las generaciones de inmigrantes. Hombres y mujeres discuten juntos comités que abordan diferentes cuestiones. La federación vive una expansión cuantitativa y cualitativa. El intercambio con vascos de Argentina, Uruguay, Australia, Perú, Canadá, México o Euskal Herria es hoy tan fácil como manejar el ratón del ordenador.

A cualquiera que se interese por lo vasco se le ofrecen miles de páginas web. Las euskal etxea tendrán, por ello, que elegir entre las actividades a ofrecer y la NABO deberá de responder necesariamente a peticiones, ideas y proyectos diferentes. Cualquier organización es una creación de las personas, y en el caso de la NABO, los delegados tienen todo el poder para reformar la administración con votaciones y elecciones que se realizan anualmente. Los años venideros serán testigos del cambio de la dirección, y habrá ya muy pocos vascos de la generación emigrante que tengan cargo del liderazgo en la NABO. Hay delegados nuevos, recién elegidos por sus comunidades: profesionales, personas con formación universitaria de postgrado, ciudadanos que trabajan en varios comités profesionales y en sus comunidades en general. Traen otras ideas de qué debe ser la NABO y de lo qué podría ser. Su arquitectura será diferente a la que idearon sus padres y a la de quienes, en 1973, diseñaron la federación.

El papel y el objetivo de las euskal etxea de ayudar al emigrante a adaptarse y de educarle sobre la vida estadounidense se ha transformado, y hasta se ha invertido. Hoy día, las organizaciones ayudan a sus miembros a educarse sobre Euskal Herria, organizan viajes al país de origen y construyen puentes con las instituciones de los territorios vascos. NABO tendrá que hacer lo mismo. Tendrá que facilitar a sus organizaciones socios en sus nexos con otras organizaciones en la tierra madre. Necesitará modernizarse y expandir su modo de comunicar y añadir al euskera el castellano y el francés para poder tratar con las otras comunidades diaspóricas. ¿No dijo Barandiaran que lo único que nunca cambia es que todo cambia? Sus descendientes en los EEUU siguen sus palabras.

(publicado el 30-05-2004 en Gara)


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