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Por Pedro Javier Arriaga Aguirre
Socio y presidente de Eusko Etxea de Caracas

Como todos los viernes por la noche se reúne en nuestra Eusko Etxea un grupo de socios habituales quienes aprovechan esas frescas tardes-noches del Txoko donde tratan de compensar la semana ajetreada y algunas veces asfixiante característica de la vida de Caracas, conversando sobre la vida cotidiana: trabajo, deportes, política, del Centro y de los mas variados temas.

El viernes pasado el Dr. Mikel Zamakona y su esposa Karmele nos sorprendieron gratamente --y sin ningún aviso previo-- preparando una degustación que deleitó nuestros paladares y dio pie a iniciar conversaciones culinarias que nos mantuvieron debatiendo hasta bien entrada la noche.

Los platos presentados con sumo gusto y con la ilusión de la sorpresa a sus amigos por Mikel fueron una deliciosa tortilla de papas a lo Zamakona, un cremoso, fuerte y exquisito queso de Cabrales que le fue regalado a nuestro anfitrión por los hermanos Romano del Restaurante La Huerta, quienes lo traen directamente de Asturias; unos pimientos tipo Padrón fritos, que afortunadamente no cumplieron el dicho "Pimiento de padrón pequeño pero matón", no saliendo ninguno muy picante, además de chorizo de Guijuelo y lomo de Jabugo.

Al final todos agradecimos a los Zamakona por tan grata sorpresa para nuestros paladares y permitirnos disfrutar de una sabrosa noche en el Txoko de nuestro Centro Vasco.

Momentos como éste, más de sentir y compartir que de meditar y calcular, hacen que se refuerce esa voluntad vasca de adhesión y pertenencia que no precisa de palabras y ocasiona que nos reafirmemos en la necesidad de existencia y permanencia de Eusko Etxea en Caracas y en el firme deseo de que ese legado perdure para nuestros hijos, como antes hicieran nuestros Aitas y Amas para con nosotros.