Edurne Pasaban, que aún se recobra de las congelaciones sufridas en el K-2, dispuesta a un nuevo desafío
21/12/2004
La montañera tolosarra Edurne Pasaban
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La himalayista tolosarra Edurne Pasaban ha anunciado ya su intención de acometer una nueva expedición, el próximo junio, a la montaña paquístani de Nanga Parbat (8.125 metros). Apenas tres meses después de ser operada y tras las amputaciones parciales que sufrió a consecuencia de la ascensión al K-2, Pasaban se muestra decidida a volver a la montaña y confirma que ya ha tenido una primera prueba con la nieve, en la que 'se ha sentido cómoda'. Durante una rueda de prensa ofrecida la pasada semana en Donostia, la montañera vasca sorprendía a los medios con el anuncio de que el próximo junio intentará el ascenso al Nanga Parbat, ochomil paquistaní conocido como 'la montaña de la muerte'. Para entonces confía en estar recuperada de las amputaciones a las que tuvo que ser sometida el pasado septiembre, causadas por la congelaciones sufridas en el ascenso al K-2. En la operación, le fueron amputadas las falanges distales del segundo dedo de ambos pies.
Las recomendaciones médicas tras una operación de estas características pasan por nueve meses de descanso y recuperación antes de afrontar de nuevo la alta montaña. En el caso de la montañera guipuzcoana, el plazo de reposo es el mínimo necesario, pero aun y todo Pasaban confía estar en plena forma para junio del 2005. Estos días ha tenido su primer contacto con la nieve y ya ha comenzado a 'hacer algo de deporte y a entrenar un poco'.