Buenos Aires, Argentina. Organizado por FEVA, el fin de semana del sábado 24 y domingo 25 de mayo tuvo lugar en Buenos Aires un Taller para monitores y monitoras de txikis de Centros Vascos. El encuentro, que se extendió desde las 9 de la mañana del sábado hasta la tarde del domingo, se desarrolló en la sede del Centro Laurak Bat porteño. Contó con la participación de medio centenar de monitores de 25 euskal etxeas de Argentina, 11 talleristas experimentados, algunos de ellos formados en el ámbito de las instituciones vascas y otras, en espacios profesionales. De su mano, los y las monitoras pudieron acceder a herramientas y técnicas para el desarrollo de su tarea. Se valieron para ello del teatro, los cuentos, las canciones, la tamborrada, la pelota y juegos de todo tipo: tradicionales, de mesa y online. El espacio fue una gran ocasión para intercambiar experiencias e información acerca de las fuentes de recursos didácticos. La dirección y coordinación del evento estuvo a cargo de Gabriela Mendia.
Aprendizaje mutuo
Entre los asistentes hubo quienes trabajan con txikis desde hace largo rato, pero también quienes se preparan para ello. Es el caso de Cecilia Canz de Buenos Aires, quien se desempeña como profesora de euskera con adolescentes en el Colegio Euskal Echea; en breve comenzará a desarrollar su labor con los txikis de Euskaltzaleak de Buenos Aires. “El taller me gustó muchísimo", ha señalado a EuskalKultura.eus. "Trabajamos todo tipo de actividades, también las que suponen mover el cuerpo, como la paleta, por ejemplo. Y tuvimos acceso a un montón de material, cómo usarlo y sacarle jugo. Además, nos dio la oportunidad de conocer experiencias exitosas, pero también las fallidas, y aprender de ello”, concluye.
El trinquete del Laurak Bat fue uno de los escenarios en los que desarrollaron las actividades del Taller
También Gabriela Mendia comparte con este boletín su impresión de lo vivido el fin de semana. En su opinión, “Es conmovedora la buena disposición de las y los participantes, tanto de los talleristas, que dijeron sí inmediatamente a la convocatoria, como de los y las monitoras, gente de todas las edades, que se movilizó largos kilómetros, desde Comodoro Rivadavia hasta Concordia, para compartir dos días de trabajo voluntario, que interactuaron con alta motivación, curiosidad y respeto mutuo”.
Sin celulares
El encuentro presentó además un especial desafío. Como correlato a pensar en infancias con menos pantallas, decidieron no ingresar los teléfonos a las actividades, y más aún, evitar su uso en las comidas. La prueba no solamente se superó satisfactoriamente, sino que reconocieron los beneficios que les trajo la decisión. “Hubo mayor interacción, se conocieron más, lo que refuerza el entusiasmo y las ganas de encontrarse para compartir, para saber más sobre lo que hacemos y aprender de los otros”, señala la coordinadora del Taller..