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Los inmigrantes se integran a través del uso del euskara; Según cifras del Gobierno Vasco, cada curso el número de hijos de emigrantes aumenta un 40% (en Gara)

20/12/2004

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La integración plena de los inmigrantes pasa por el conocimiento y uso del euskara. Eso fue al menos, lo que sostuvo la profesora de la Mondragon Unibertsitatea Amelia Barquin durante las jornadas de educación e inmigración organizadas recientemente por SOS Racismo en Bilbo. En este sentido, destacó los beneficios que logran las personas inmigrantes a través del conocimiento de nuestra lengua.

Bilbao, Euskal Herria. Según estimaciones realizadas por el Departamento de Educación de Lakua, cada curso el número de hijos de personas inmigrantes aumenta un 40% en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en. Se calcula que el número de alumnos podría llegar a los 72.000 en 2010, si bien en la actualidad se sitúa en los 10.041.

Ante este imparable fenómeno social, y con el objeto de realizar una reflexión sobre la relación existente entre la educación, los inmigrantes y las segundas lenguas, SOS Racismo celebró unas jornadas en Bilbo, en las que se analizó, entre otros muchos aspectos, cómo van a repercutir las decisiones que las personas procedentes de otros países tomen en el terreno lingüístico.

Amelia Barquin, profesora de la Mondragon Unibertsitatea, señaló que el objetivo de la sociedad vasca debe ser lograr la integración de este colectivo, si bien indicó que para ello es necesario conocer la lengua del lugar al que se llega. Sin embargo, en Hego Euskal Herria se da un hecho que no ocurre en otros países del mundo, ya que además de estar dividida en diferentes territorios administrativos, existen dos lenguas oficiales: el euskara y el castellano, siendo ésta última la predominante.

Tal y como explicó Amelia Barquin, la plena integración pasa por el conocimiento y el uso de las dos lenguas, a lo que añadió que «creemos que quien no conoce una de ellas, y está claro que normalmente ésta será el euskara, pierde el acceso a una parte sustancial de la riqueza cultural de este país».

No obstante, señaló que ésta es una afirmación abstracta, ya que cuando los inmigrantes pasan al mundo real, se encuentran con una serie de circunstancias que no hay que olvidar. Entre ellas, destacó el hecho de que el euskara no sea una lengua normalizada. «En muchos lugares, los inmigrantes verán que es una lengua que apenas se usa en la calle. Si los propios autóctonos no la hablan, es difícil que el inmigrante perciba la necesidad de aprenderla», apuntó. A todo ello, añadió que los inmigrantes hispanohablantes no ven la necesidad de aprender euskara para llevar a cabo su vida cotidiana, ya que con el castellano les es suficiente para moverse por Araba, Bizkaia, Gipuzkoa yNafarroa.

Los que no son hispanohablantes, entre tanto, percibirán la necesidad de aprender el castellano en la mayor parte de los lugares. Según expuso Amelia Barquin, sólo en municipios como Ondarroa tendrán la urgencia de aprender primero el euskara, lo cual le llevó a concluir que para estos no hispanohablantes, el castellano es la opción que resulta más evidente.

Por eso, precisamente, la profesora de Mondragon Unibertsitatea consideró que lo que habría que hacer es fijar todos los esfuerzos en los hijos de los inmigrantes, ya que según subrayó, «es a ellos a los que debemos impulsarles al aprendizaje de la lengua. El objetivo debe ser que los padres sientan simpatía por el euskara, para que así sus hijos lo aprendan. Lograr esto no es sólo trabajo de los inmigrantes; también los autóctonos tenemos por delante un gran esfuerzo. Todavía no hemos conseguido esa simpatía de todos los autóctonos monolingües. Habrá que lograr atraer, interesar, gustar y seducir a estas personas, además de facilitar todo lo posible el aprendizaje, poniendo todos los recursos disponibles en ello».

En este sentido, afirmó que «hay que valorar si estamos transmitiendo a los inmigrantes el mismo mensaje que sí ha llegado a muchos monolingües autóctonos, es decir, que comprendan que es importante que los hijos aprendan euskara en la escuela, algo que además se verá recompensado en el terreno laboral. La integración plena en este país pasa por el conocimiento y el uso del euskara».

Sea como fuere, lo cierto es que son muchos los niños inmigrantes que no están aprendiendo euskara. Las consecuencias de esta realidad, según apuntó Barquin, son que si un niño deja la escuela sin saber bien las dos lenguas oficiales de Hego Euskal Herria, este niño no tiene las mismas oportunidades que los demás. Además, constató que el hecho de que los hijos de los inmigrantes se matriculen en el modelo A, acarreará el que las personas procedentes de otros países se concentren en cierto número de escuelas ­la mayoría públicas­, con lo cual «se entra en un proceso de guetización y desprestigio».

LOS MODELOS CASTELLANOS; LOS PREFERIDOS POR LOS INMIGRANTES

I. V. Los datos de matriculación que se ofrecen anualmente dejan al descubierto una serie de circunstancias de las cuales habría que extraer las conclusiones pertinentes. Así, mientras en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa el número de hijos de autóctonos matriculados en el modelo A es cada vez menor, entre los hijos de inmigrantes esta cifra asciende al 50%. Por tanto, es claro que la elección de los padres inmigrantes no es igual que la de los padres nacidos aquí.

En el caso de Nafarroa, casi el 100% de los hijos de los inmigrantes está escolarizado en el modelo G. Según explicó Amelia Barquin, la zonificación del euskara en el herrialde y el hecho de que muchos inmigrantes se hayan instalado en el sur, en la llamada “zona no vascófona”, no justifica cifras tan extremas. De hecho, la situación llega al punto de que, en pueblos del Baztan, los niños inmigrantes llegan a ser transportados diariamente a Elizondo o Doneztebe para asistir al modelo A.

En Euskal Herria hay más de 75.000 inmigrantes

Según los últimos datos que se conocen, en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa hay más de 75.000 personas inmigrantes. En 2003, en Nafarroa vivían un total de 35.000 inmigrantes, un 7% de su población. De ellos, 15.000 no tenían permisos de residencia o de trabajo. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, entre tanto, en abril de 2004 había 39.800 inmigrantes, de los cuales 11.000 carecían de papeles. Este colectivo supondría, por lo tanto, un 2% de la población total de estos tres herrialdes. Esta realidad exige realizar los máximos esfuerzos posibles para lograr su integración plena entre nosotros.

(publicado el 20-12-2004 en el diario Gara)


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