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Un kaiku de su amona, que la donostiarra Oihana Pardo utilizó durante años, también en su estancia en Shanghai, es el origen de Amarenak, el innovador proyecto de diseño con el que esta arquitecta ha dado el salto a la moda. "Cuando quise comprar uno nuevo víi que eran de mala calidad o muy fólcloricos, como de disfraces", cuenta. Por eso decidió ponerse manos a la obra y diseñarlo ella misma y, ya de paso, mejorar su calidad y modernizarlo. Los diseños están a la venta en la web de Amarenak. 

Donostia-San Sebastián. Un kaiku reinterpretado, con nuevos colores, paño de gran calidad y formas nuevas, es lo que propone la donostiarra Oihane Pardo con los kaikus Amarenak. Se trata de un proyecto innovador que ha merecido el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, dentro de un programa de apoyo a jóvenes emprendedores. 

Oihane Pardo es arquitecta, y en EuskalKultura.com la conocimos en la Euskal Etxea de Shanghai, ciudad en la que ha vivido durante tres años. Allí, ofreció una charla sobre la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi y su labor durante la guerra civil, un tema que ha estudiado a fondo su padre, el historiador Juan Pardo San Gil. "No vivía en Shanghai, sino en Kunshan, una ciudad cercana en la que hay muchos vascos trabajando. Era curioso, vivir en la otra punta del mundo, pero rodeada de vascos. De hecho, hablamos euskera, inglés o chino", cuenta. 

El kaiku de la amona

En su estancia en China la acompañó el kaiku de su abuela, una de sus prendas preferidas. "Lo usaba muy a gusto, es un abrigo muy cómodo y elegante", explica. Cuando llegó el momento de retirarlo, Oihana buscó uno parecido, pero sin éxito. "Los nuevos no eran tan buenos: las telas eran de peor calidad, o eran muy folclóricos, como disfraces". Frustrada, decidió coger aguja e hilo y hacerse uno a su gusto. El nuevo kaiku tuvo tal éxito entre sus amistades que Oihane comenzó a plantearse hacer más.

Con esa idea en la cabeza, Pardo regresó a Donostia, y comenzó a dar forma al proyecto. Amarenak ha tenido muy buena recepción y ha contado con ayudas, entre ellas una de la Diputación Foral de Gipuzkoa. El diseño corre a cargo de Oihane, y los kaikus están elaborados por costureras guipuzcoanas. "Yo quería que el paño de lana también fuera local, pero no he podido encontrarlo en Euskal Herria, por lo que me he tenido que ir hasta Castilla, donde dí con una familia que la elabora de manera artesanal", explica.

De generación en generación

La calidad de lana encarece el precio del producto, pero, como explica Oihane, son prendas hechas para durar varios años, para pasar de generación en generación, como ocurrió con el kaiku de su abuela.

Un vídeo explicando el proceso: 

Quienes deseen ver y comprar uno de ellos, puede hacerlo desde la web de Amarenak. 

Los kaikus también están disponibles en tiendas de Donostia como Vuelve Marcela, Arteuparte y en Tolosa en GKO Gallery.