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Olavarría, Argentina. Miguel Boado no solo es socio sino que se ha convertido con los años en un pilar del Centro Vasco de Olavarría. Aunque descendiente de vascos –cuenta en su árbol genealógico con los apellidos Bergara y Urbina–, no fue sino a través de sus hijas, quienes comenzaron a bailar en el cuerpo de dantzaris, que se acercó al Gure Etxe Maitea. Allí comenzó a colaborar en distintas actividades, destacando especialmente en la cocina.

Al preguntarle sobre cómo surgió la idea de peregrinar a Luján, Boado compartió con Euskalkultura.eus una experiencia personal: “Hace unos años mi madre tuvo un problema serio de salud y yo le hice la promesa a la Virgen: si ella se ponía bien, iría caminando hasta la Basílica".

“Algo similar sucedió", continúa, "cuando en 2019 en el Centro Vasco soñábamos con participar de la Semana Nacional Vasca pero no teníamos un grupo de dantzaris completo. También me encomendé a la Virgen. Las dos veces obtuve respuesta y por eso, he realizado la travesía más de una vez”.

Para recorrer los 360kms de distancia que hay por carretera entre Olavarría y Luján, Miguel Boado necesitó nueve días y varios pares de alpargatas. La ikurriña flameando lo acompañó en cada paso, incluso cuando al llegar a destino ingresó en la Basílica.

[Miguel Boado entrando a la Basílica de Luján, patrona de Argentina (video MB)]

Saladillo y un llamado a los vascos

A lo largo del recorrido Boado fue haciendo noche en distintas ciudades. Hacia la mitad del camino llegó a Saladillo donde no había disponibilidad hotelera por lo que buscó ‘refugio’ en la Euskal Etxea. “La gente del Centro Vasco Itxaropen no solo me recibió, sino que me dio lugar donde dormir ahí mismo en la sede. Llegué un día en el que estaban preparando una paella para vender y me puse a trabajar con ellos”, explica.

Finalizada la peregrinación y ya de vuelta en Olavarría, Miguel Boado no tiene más que palabras de agradecimiento para quienes lo animaron en este proyecto, especialmente al Gure Etxe Maitea, desde donde le facilitaron las condiciones para emprender el recorrido.

“Es una hermosa experiencia que me gustaría compartir con otros vascos. Por eso quiero invitar a aquellos que se animen a repetir la peregrinación el año que viene. Quien esté interesado solo tiene que llegar hasta Olavarría; en cuanto a los costos del resto del viaje, trabajaremos durante el año para juntar fondos como hemos hecho ahora”, comenta.

Quien desee sumarse a la peregrinación de Miguel, ikurriña en mano, no tiene más que comunicarse con la Euskal Etxea vía cuenta de Facebook: Centro Vasco Olavarría Gure Etxe Maitea.