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'Ekain nos ayuda a comprender que el hombre siempreha tenido capacidad para emocionar'; Jesús Altuna, homenajeado ayer por compañeros e instituciones vascas (en El Diario Vasco)

09/03/2006

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Teresa Flaño. La Sociedad de Ciencias Aranzadi rindió ayer homenaje a uno de sus miembros más destacados, Jesús Altuna, que fue presidente de esta entidad y director del departamento de Arqueología Prehistórica. Se trata de un reconocimiento a la labor desarrollada a lo largo de su vida y se ha aprovechado que la revista que dirige, Munibe, está a punto de llegar a los cuarenta años de publicación para editar un número especial. Alumno aventajado de José Miguel de Barandiaran con quien compartió muchas investigaciones, Altuna se encuentra inmerso ahora, entre otras muchas actividades, en el trabajo de la réplica de Ekain y en la publicación de los diarios de su maestro.

-La revista Munibe llevaba funcionando como un foro donde se publican trabajos de investigación arqueológica desde 1949 y usted está al frente de ella desde hace casi 40 años, motivo por el que le realizan un homenaje. ¿A usted, que ha recibido múltiples reconocimientos, que sensaciones le produce éste?

-Los homenajes siempre gustan y se agradecen. En esta ocasión tiene un carácter especial porque en él han participado, con distintos artículos, personas que han colaborado en la revista, y por tanto conmigo, desde hace mucho tiempo. Munibe es el órgano de difusión de la labor investigadora que realizamos en Aranzadi. En ella no hay publicaciones por hobby, sino que son estudios de muchos años de trabajo de campo y después en el laboratorio. La razón de que vean la luz es fundamental en todo proceso de investigación porque permite a otras personas que se dedican a la misma materia avanzar en sus estudios. También sirve para que se puedan cuestionar nuestros trabajos, porque nadie es infalible; el debate y la duda son herramientas fundamentales para ir desbrozando los caminos. Yo definiría a Munibe como el grano de arena que aporta Aranzadi en el ramo de las publicaciones sobre arqueología.

-¿Cómo ha cambiando la revista desde sus inicios?

-Al principio era una revista única sobre las ciencias naturales, pero con el tiempo vimos que había muchas materias y la dividimos en zoología y botánica, por un lado, y antropología por otro. Quizá ahora, que ya es una referencia, no se perciba tanto, pero ha tenido que ir abriendose camino paso a paso. Ahora estamos integrados en Europa, pero hace cuarenta años, cuando tomé las riendas de Munibe, aunque estaba aquí al lado, en la realidad estaba a miles de kilómetros. Ahora hemos logrado un gran prestigio en los medios europeos y americanos. Intercambiamos números con las mejores publicaciones del mundo, lo que resulta importantísimo para enriquecer nuestra biblioteca.

-La divulgación de las actividades de Aranzadi ha sido una de sus premisas. Siempre ha intentado hacer comprensibles para todo el mundo los descubrimientos que han realizado.

-Sí. Es muy importante que toda la sociedad tome conciencia de lo fundamental que es conocer nuestro pasado. Munibe es una revista muy especializada y se publica en los idiomas en los que escriben los investigadores, por ejemplo en alemán. Como publicación más popular tenemos Aranzadiana, con noticias más sencillas.

-Imagino que durante este tiempo uno de los aspectos más complicados habrá sido lidiar con las instituciones, porque hasta hace poco no se tenía una mentalidad de conservación.

-Sí. Ha sido una batalla continua hasta hace relativamente poco. Uno de los ejemplos más claros es el santuario de Ekain que podía haberse deteriorado como sucedió en Altamira, donde en verano se recibían hasta 3.000 visitas diarias. Al principio, el Ayuntamiento de Zestoa quería atraer turismo masivo. Nosotros nos oponíamos y finalmente todo el mundo entró en razón.

-¿Qué va a suponer la réplica de Ekain, que parece que por fin ya está encaminada ya que se ha anunciado que se inaugurará, previsiblemente, en abril del año que viene?

-Ekain va a difundir conocimiento. Va a permitir descubrir la magnificencia de estos grandes santuarios. En ellos está el origen del arte. Se puede comprobar como el hombre, en todos los tiempos, ha tenido la posibilidad de suscitar emoción. Creo que esto nos ayuda a ser mejores personas.

-¿En esos dibujos se puede encontrar el ADN artístico de figuras de la relevancia de Oteiza o Chillida?

- Hombre, ha pasado mucho tiempo, pero también es cierto que las figuras de Ekain fueron hechas por grandes maestros como lo han sido Oteiza o Chillida. Recuerdo cuando visité Ekain con Eduardo y contemplábamos el oso. No pudo dejar de exclamar: '¿Este hombre sabía un rato de pintura!' Con Oteiza estuve en las cuevas de Altxerri. Se emocionó ante las representaciones del reno y el oso y con esa exaltación suya gritaba que estaba dando la mano a sus ancestros.

-¿Cómo disfruta más, en una excavación o en un laboratorio?

-Es complicado porque todo me apasiona. En una cueva, excavando la tierra soy feliz, pero también ante un microscopio analizando una mandíbula sin saber a qué especie pertenece. Uno de esos momentos estremecedores fue con un glotón. Se trata de un animal que hoy vive en la tundra y yo lo he catalogado en dos ocasiones, una en Lezetxiki, en Arrasate, y la otra en Mairulegorreta, en el macizo del Gorbea. La satisfacción es enorme porque cuando sales de la cueva no sabes realmente qué tienes entre manos. Son pequeñas cosas que algún día aportan un nuevo conocimiento sobre nuestros antepasados y por tanto sobre nosotros mismos. La arqueología tiene ese sublime encanto de la inutilidad. Es una de las ventajas que tenemos los seres humanos, el interés por las cosas. A un niño le das canicas de colores y le atraes, a un chimpacé sólo lo puedes investigar con cacahuetes. Me gusta la frase de Aristóteles en la que dice que de la civilización nace la filosofía.

-Ahora también está trabajando en un museo sobre José Miguel de Barandiaran, de quien usted tomó el testigo en Aranzadi.

-Más que trabajar, estoy asesorando. Su sed de conocimiento era inmensa. Vivio una época en la que los mitos todavía estaban muy presentes en la sociedad y si no llega a ser por él habrían desaparecido porque en el mundo en el que vivía no tenían cabida. Barandiaran recuperó gran parte de nuestra memoria etnográfica. El museo va a ser muy interesante.

-Creo que también está preparando la edición de un libro sobre Barandiaran.

-No se trata de una biografía sino de un diario. Barandiaran llevaba tres diarios al mismo tiempo: el primero era arqueológico, el segundo etnográfico, donde recopilaba las costumbres que recogía por los pueblos que recorría, y el último era personal, con sus impresiones sobre el día a día, que es en el que estamos trabajando. El primer tomo está a punto de publicarse, creo que se va a presentar en breve. En él se incluyen los diarios que escribió entre 1917 y el 21 de septiembre de 1936, momento que se tuvo que marchar porque veía que la cosa se estaba poniendo muy fea. La edición tiene dos partes, una en facsimil para que se puedan ver todos los detalles y la otra será una transcripición. Ahora estamos leyendo los textos que compondrán el segundo volumen. Comenzarán con su regreso a Gipuzkoa y se alargarán hasta el año 1953, más o menos.

-En estos meses estamos viviendo un momento en el que se presta una especial atención al pasado. Por un lado está Ekainberri, por otro en Irún se va a inaugurar dentro de poco el museo dedicado a la romanización y también en este municipio la Diputación Foral va a presentar en breve el proyecto Uri, un espacio que será un servidor del patrimonio mueble guipuzcoano, incluido el arqueológico. ¿Por fin gente como usted ha conseguido que la sociedad en general se conciencie de la necesidad de conocer su pasado?

-No sé si ha sido concienciación. Es, en cierto modo, el resultado de la reflexión. No sólo las instituciones, sino también la población se ha percatado de que tenemos que conocer el pasado para poder entendernos mejor. Todos estos proyectos de los que habla vienen de lejos. Mucha gente ha estado involucrada intentando sacarlos adelante y siempre es importante que, tarde o temprano, alguien lo logre plasmar. También es verdad que depende, en parte, de la sensibilidad de los gobernantes. Por ejemplo en Ekain entran la Diputación, el Ayuntamiento de Zestoa y el Gobierno Vasco y en el Museo Oiasso se ha implicado fundamentalmente el Ayuntamiento de Irún. Poner en valor nuestro patrimonio es una de las labores de las instituciones y ahora parece que han asumido ese trabajo. Al resto nos toca realizar la labor de campo.

-Habla de reconocer la labor de nuestro ancestros, ¿pero realmente hemos sido conscientes de la riqueza arqueológica que existe en Gipuzkoa?

-Más de lo que podría parecer a simple vista. El proceso de una excavación es muy largo desde que se encuentran los primeros vestigios hasta que finalmente se comienza a trabajar en ella. Es lógico que deseemos encontrarnos las cosas lo más intactas posibles y en la mayoría de las ocasiones así ha sucedido. En Gipuzkoa hemos sido muy respetuosos, incluso la gente más sencilla. En los caseríos ha habido una especie de instinto, o al menos así lo he constatado yo desde mi primera excavación con Barandiaran en 1958.


BIOGRAFÍA

-Nació en Berastegi en 1932

-Cursó estudios de Filosofía y Teología en los Seminarios de Vitoria y San Sebastián. En 1971 se doctora en ciencias biológicas en la Universidad Complutense de Madrid

-Es especialista en prehistoria y arqueozoología

-Ha realizado más de cuarenta campañas de excavaciones, entre ellas Ekain

-Ha recibido entre otros premios el Eusko Ikazkuntza (1998), el Lan Onari (2001) y el Premio Euskadi de Ciencias Sociales y Humanidades (2003)


EL DISCÍPULO DE BARANDIARAN

El salón de actos de la Kutxa rebosaba ayer de miembros de Aranzadi, amigos y representantes institucionales que querían sumarse al homenaje que la sociedad de ciencias rendía a Jesús Altuna, uno de sus miembros más insignes y que presidió esta entidad, además de dirigir el departamento de Arqueología Prehistórica. El actual presidente de Aranzadi, José Miguel Larrañaga, le impuso la insignia de oro de la sociedad.

Carlos Etxepare, presidente de Kutxa, fue el encargado de abrir el acto y destacó que durante las cuatro últimas décadas Jesús Altuna ha sido referencia interna y externa de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, además señaló su aportación al conocimiento de la prehistoria.

Uno de sus colegas, el antropólogo Francisco Etxeberria, realizó un sentido repaso a la trayectoria del homenajeado e inclusó mostró algunas fotografías en las que se veía a los dos de jóvenes, acompañando a José Miguel de Barandiaran. Este aspecto de discípulo y eslabón entre generaciones de investigadores también fue resaltado por Miren Azkarate y Joxe Joan Gonzalez de Txabarri.


(publicado el 09-03-2006 en El Diario Vasco)


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