1. Este año el Centro Navarro cumple 130 años. ¿Cómo describiría la importancia histórica y simbólica que tiene esta institución para la colectividad navarra en Argentina?
Cumplir 130 años es una emoción difícil de poner en palabras. El Centro Navarro de Buenos Aires no es solo un edificio o una institución: es parte de la historia de nuestra colectividad. Para muchas familias, fue el primer lugar de encuentro, de contención y de celebración en un país nuevo. A lo largo de los años, supimos mantener vivas nuestras raíces, nuestras costumbres, nuestro idioma y, sobre todo, el orgullo de ser navarros. Esta casa fue y sigue siendo un refugio de identidad para quienes vinieron y para sus descendientes. Es un testimonio del esfuerzo, la solidaridad y la perseverancia de toda una comunidad. Llegar a los 130 años es también una forma de decir que la cultura navarra sigue viva, presente y con futuro en Argentina.
2. La digitalización del patrimonio cultural es una de las actividades centrales del aniversario. ¿Qué motivó esta decisión y qué objetivos se proponen alcanzar con este proceso?
La decisión de digitalizar nuestro patrimonio cultural nace del compromiso con la memoria y con el futuro. A lo largo de estos 130 años, el Centro Navarro ha acumulado una enorme riqueza documental: actas fundacionales, fotografías, correspondencia, publicaciones y registros de actividades que son parte fundamental de la historia de la colectividad navarra en Argentina. Muchas de esas piezas estaban guardadas en archivos físicos que, con el tiempo, se volvieron frágiles y difíciles de consultar.
Nos propusimos este trabajo no solo para preservar ese legado, sino para hacerlo accesible a las nuevas generaciones, tanto aquí como en Navarra. Queremos que nuestros hijos y nietos —y también investigadores, estudiantes o curiosos— puedan conocer de dónde venimos, cómo se organizó nuestra comunidad y qué valores nos guiaron. Digitalizar es, en definitiva, una manera de cuidar nuestra historia, de proyectarla y de asegurar que el vínculo entre Navarra y Buenos Aires siga creciendo, sin que el tiempo ni la distancia lo debiliten.”
3. ¿Qué tipo de materiales están siendo digitalizados y qué criterios se utilizaron para su selección?
El proyecto propone una catalogación, descripción y digitalización para su posterior puesta en valor de todos aquellos archivos que tengan una relevancia institucional (libros de actas, fichas de socios y otros registros que poseen una función administrativa) pero también aquellos acervos que constituyen una memoria afectiva y un valor cultural para los asociados de la institución, como la revista publicada por el centro, registros fotográficos, programas de fiestas y todo aquello que refleje la vida asociativa de los miembros de la institución a lo largo del tiempo. Entendemos este trabajo no sólo como una tarea de resguardo de la documentación, sino también como una acción destinada a recuperar parte de la memoria colectiva para revalorizar y concienciar acerca de la importancia de estas asociaciones en el pasado y cuál será su tarea futura, en un mundo que ha cambiado radicalmente desde su fundación.
El proyecto contempla, sólo en los casos en donde se estime necesario, intervenciones de conservación y restauración de los documentos. Pero, sobre todo, se apunta a generar condiciones de guarda estabilizada (temperatura, humedad, luz, limpieza periódica, manipulación) para la preservación de los acervos.
4. ¿Cómo se integró Marcelo Garabedian al proyecto y qué aporta su enfoque desde la investigación sobre migraciones y prensa de época?
Marcelo Garabedian, es un académico de la Universidad de Buenos Aires, especializado en el estudio de la inmigración española hacia América Latina y el estudio de la prensa periódica de los inmigrantes españoles. Desde hace más de 15 años desarrolla del proyecto Memoria Viva (www.memoriaviva.com.ar) (en Instagram, Facebook y X se lo encuentra como memoria_viva). El programa está destinado, en primer lugar, a la conservación y preservación de los archivos de las instituciones, pero sobre todo, persigue la divulgación de la historia de las instituciones. Dado su conocimiento y sus estudios sobre las migraciones españolas y la prensa, posee una comprensión general de los procesos, de los protagonistas más influyentes y cómo ha ido evolucionando la vida asociativa que fue moldeando la sociedad civil de la Argentina moderna. Estos saberes, se colocan en función del trabajo con los archivos institucionales, de manera de maximizar las actividades, y generando una sinergia muy interesante entre los saberes académicos (por lo general bastante crípticos) y la sociedad. Podría entenderse toda la propuesta como una tarea de “extensión universitaria” ideada desde los claustros de la Universidad de Oviedo, en Asturias, hacia principios del siglo XX.
5. ¿Qué desafíos han encontrado durante el proceso de digitalización del archivo histórico? ¿Se ha descubierto algún material inédito o especialmente valioso?
Los desafíos son constantes, permanentes y sobre todo cambiantes. Las tareas de búsqueda de material, en instituciones más que centenarias como lo es nuestro centro, debe ser permanente porque la documentación y otros materiales relevantes pueden encontrarse dispersos, o en casas particulares o en sitios inusuales dentro del propio centro. El otro gran desafío es tratar de generar un espacio adecuado para el resguardo de los acervos, en ámbitos en donde los espacios son reducidos.
Para los objetivos de búsqueda y unificación de materiales, pueden llevarse adelante propuestas institucionales como la invitación a que los socios se acerquen al centro con todos aquellos documentos históricos que conserven en su poder (pueden ser institucionales, así como otros que conserven algún valor documental como fotos, revistas, invitaciones, carné de socios, etc.) para poder digitalizarse e ingresarlo de este modo, al conjunto documental de la institución.
El gran desafío que se persigue y quizás el más complejo, además de la conservación, es la divulgación, encontrar propuestas accesibles para que los públicos puedan disfrutar la documentación, y al mismo tiempo, informarse y concientizarse. Por ejemplo, para el caso de los registros de socios, se contempla cargar todo el material en una base de datos con acceso on line, de manera de hacer accesible a la búsqueda para todos aquellos que deseen verificar la participación de algún allegado, familiar o vecino.
6. ¿Cómo será el acceso a este archivo digital? ¿El público general podrá consultarlo en línea o estará restringido a investigadores?
El programa contempla en primer lugar, la catalogación, descripción y el resguardo controlado para el material institucional físico, luego, se plantea poseer una copia digital para su consulta y también preservación. El formato digital podría ser un hardware o en una nube, o bien en ambas. Luego, el proyecto contempla la consulta gratuita para todos aquellos interesados en la página www.memoriaviva.com.ar y también en la página web de la institución. También parte del material se difundirá a través de las redes sociales del proyecto, en una tarea más de información para favorecer la consulta en la web. La institución también estará en condiciones de ofrecer a los investigadores o socios interesados, la posibilidad de acceder a los mismos a través de la digitalización.
7. ¿Hay colaboración con otras instituciones de la comunidad vasca, navarra o del ámbito académico para este proyecto?
Por el momento no, somos la primera Casa Navarra en Exterior con esta iniciativa. Somos pioneros, y es probable que seamos impulsores para que otros Centros se sumen.
8. Además del archivo, ¿qué otras actividades están previstas para celebrar este aniversario tan especial?
Además de la digitalización del archivo, tenemos una agenda muy rica de actividades culturales para celebrar estos 130 años. Entre ellas, organizaremos charlas abiertas sobre la mitología vasco-navarra y sobre el Camino de Santiago en Navarra, buscando compartir y difundir aspectos centrales de nuestra identidad. También queremos ayudar al público en general —y especialmente a los descendientes de navarros— a descubrir y reconectar con sus orígenes. Nuestra escuela de euskera será parte activa de estas celebraciones, con actividades especiales que acercan la lengua y la cultura a todas las edades. Nos honraremos también con la visita del Coro Lagun Onak, que brindará un concierto muy emotivo, y contaremos con encuentros deportivos de pelota vasca, una tradición que sigue viva entre nosotros. Es una celebración que busca mirar hacia el pasado con gratitud y hacia el futuro con entusiasmo.
9. ¿Cómo imagina el futuro del Centro Navarro en los próximos años, especialmente en lo que respecta a su rol como guardián de la memoria y la identidad navarra en Argentina?
Imagino al Centro Navarro con un futuro activo, abierto y profundamente conectado con las nuevas generaciones. Sabemos que el rol de ser guardianes de la memoria y la identidad navarra en Argentina no es algo del pasado: es una tarea viva, que se renueva con cada hijo, cada nieto y cada bisnieto de navarros que se acerca a conocer su historia. Por eso, el desafío es seguir siendo un puente: entre Navarra y Buenos Aires, entre la tradición y el presente, entre la emoción de los que llegaron y la curiosidad de los que hoy buscan sus raíces.
Queremos que el Centro sea un espacio dinámico, donde la cultura no se conserve solamente, sino que se viva: a través del idioma, la música, la gastronomía, las fiestas, la tecnología y el encuentro. La digitalización es parte de eso, pero también lo es la escucha activa de lo que las nuevas generaciones tienen para aportar. Si logramos que se sientan parte, que hagan suyo este legado, entonces el futuro del Centro Navarro va a estar asegurado por muchos años más.
10. ¿Qué mensaje le gustaría dejar a las nuevas generaciones de descendientes de navarros sobre la importancia de preservar y valorar este legado?
A las nuevas generaciones de descendientes de navarros me gustaría decirles que este legado no es algo distante ni del pasado: es algo vivo, que late en cada historia familiar, en cada apellido, en cada gesto de identidad que heredamos sin darnos cuenta. Ser navarro, incluso a la distancia, es llevar una forma de ser: el valor del esfuerzo, la palabra cumplida, el respeto por la tierra y por la comunidad.
Preservar y valorar este legado no significa mirar atrás con nostalgia, sino mirar adelante con conciencia. El Centro Navarro no es solo para los que vinieron, también es para ustedes: para que lo habiten, lo transformen y lo mantengan vivo. Esta casa es suya. Si la sienten propia, si la abrazan con orgullo y curiosidad, entonces lo que sembraron nuestros abuelos seguirá floreciendo por muchas generaciones más.