euskalkultura.eus

Quizás mejor, puesto que --también de las malas experiencias se obtienen a veces ganancias-- en opinión de algunos las nuevas placas resultan más vistosas y se ha aprovechado, además, para actualizar y mejorar algunos de los textos de las placas. Los trabajos de instalación del nuevo material concluyeron este pasado mes de octubre y el Monumento puede ya visitarse, recuperada ya su configuración original en el Parque del Rancho San Rafael a las afueras de la ciudad estadounidense de Reno, en Nevada.

Reno, EEUU. Este monumeno inaugurado en verano de 1989 con toda la parafernalia institucional (además de gobernadores y representantes institucionales al más alto nivel de algunos de los estados del Oeste, participaron --sí, todo es posible cuando se quiere y se intenta-- altos representantes, de signo muy diferente, de Iparralde, Gobierno de Navarra, Gobierno Vasco y diputaciones forales) representando en la Diáspora cada cual a su porción de país, había sido objeto de expolio durante los últimos años de crisis, en que una buena parte de sus placas de bronce desaparecieron, dejando al Monumento incompleto y un tanto desangelado.

Tras la labor y gestiones llevadas a cabo por la propia administración del parque, en las personas de Marie Fong y Andy Mink, junto al profesor Carmelo Urza (USAC), las placas desaparecidas han podido ser repuestas y se han instalado réplicas, esta vez en aluminio, un material que no resulta tan goloso como el bronce original con que estaban elaboradas las placas restauradas.

La ocasión se ha aprovechado, además, para llevar a cabo algunas "mejoras y actualizar los textos de algunas de las placas que completan y comentan la obra del escultor Néstor Basterretxea", fallecido en 2014, según comenta a EuskalKultura.com Carmelo Urza, autor del libro "Solitude: Art and Symbolism in the National Basque Monument" (Soledad: Arte y Simbolismo en el Monumento Nacional al Pastor Vasco). precisamente sobre este trabajo del escultor bermeano.