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Reacciones al fallecimiento de Isidro Legarreta, un histórico de las euskal etxeas y lo vasco en Argentina

20/06/2016

Isidro Legarreta recibe en 2014 de manos de Marian Elorza, secretaria general de Acción Exterior, el homenaje del Gobierno Vasco, mientras desde atrás aplaude Asier Vallejo, director para la Comunidad Vasca en el Exterior (foto EuskalKultura.com)
Isidro Legarreta recibe en 2014 de manos de Marian Elorza, secretaria general de Acción Exterior, el homenaje del Gobierno Vasco, mientras desde atrás aplaude Asier Vallejo, director para la Comunidad Vasca en el Exterior (foto EuskalKultura.com)

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El fallecimiento el pasado jueves 16 de junio a los 91 años de isidro Legarreta ha suscitado en los últimos días una cascada de notas de duelo, condolencia y recuerdo hacia este hernaniarra y tandilense, desde cuyo Centro Vasco Gure Etxea fue referente para todo el país y la Diáspora, siempre al servicio de Euskadi, su cultura y sus instituciones.

Buenos Aires, Argentina. Hace poco más de año y medio que la Delegación de Euskadi en Argentina y Mercosur le rindió en el marco de la Semana Nacional Vasca homenaje por toda una vida dedicada al apoyo a lo vasco, la cultura vasca y a las instituciones de Euskadi, tanto bajo el franquismo como posteriormente, hasta la actualidad. Referente vasco para muchos, lo fue también para el Gobierno Vasco, apoyo que fue asimismo en las entidades que precedieron a la actual Delegación de Euskadi en Argentina y Mercosur, además de dirigente y pionero que fue tanto a nivel local en Tandil como en FEVA y el movimiento de euskal etxeas y colectividades vascas.

Fue como muchos de su generación militante jeltzale comprometido. Reproducimos a continuación dos artículos publicados el día de ayer en el diario Deia, firmados, uno por Iñaki Aguirre y Josu Legarreta, exsecretario general de Acción Exterior y exdirector para las Colectividades Vascas en el Exterior respectivamente; y otro por quien fuera también exsecretario general de Acción Exterior y es en la actualidad presidente del Euskadi Buru Batzar de EAJ-PNV, Andoni Ortuzar, en recuerdo de Isidro Legarreta.

Un fuerte abrazo a su familia: a Su esposa María del Carmen Dindart de Legarreta; a sus hijos Maite, Javier, Ignacio y Amaya Legarreta; sus hijos políticos Jorge Molinari, María Valeria Aramburu y Diego Caballero; a sus hermanos Luis y Josefa Legarreta; sus nietos Jerónimo y Aitor Legarreta; Camila y Nacho Caballero. A sus colaboradores Elba, Rosa y Ricardo y a todos sus familiares, amigos y personas que le apreciaban, entre ellos a toda la familia vasca de Tandil y Argentina. GB.

Preocupado por la suerte de Euskadi y Argentina

Por Iñaki Aguirre y Josu Legarreta. El pasado jueves fallecía a los 91 años en Argentina, el histórico militante nacionalista Isidro Legarreta. Muy joven, tuvo que exiliarse ya que en 1945, mientras realizaba el servicio militar en plena dictadura franquista fue detenido por su implicación política. Se escapó del juzgado militar número 1 de Bilbao y después de una rocambolesca huida, cruzó la muga por el monte. De inmediato se puso al servicio del PNV (le afilió al instante el propio Doroteo Ziaurritz, Presidente del EBB). Se fue a trabajar a Normandía desde donde viajaba a menudo hasta París para reunirse con otros jóvenes del exilio y atender las instrucciones del Partido y del Gobierno vasco. Todos ellos soñaban con liberar cuanto antes Euskadi.

Sin embargo en 1949, en plena guerra fría y con la situación política vasca atascada, decidió emigrar a la Argentina donde le había reclamado un tío. Allí conoció a la que iba a ser su esposa y cómplice de múltiples aventuras, Mari Carmen Dindart, nieta de vascos de Iparralde. Se fueron a vivir a Tandil donde Isidro se implicó de lleno y hasta sus últimos días en la vida y dirección del Centro Vasco Gure Etxea. En Tandil nacieron además Maite, Javier y Amaya Legarreta Dindart.

Isidro era un emprendedor nato, dotado de una mente inquieta donde pululaban nuevos proyectos y negocios. Montó cantidad de empresas de sectores muy diversos, desde explotaciones agrícolas a mataderos, pasando por concesionarias de automóviles. Uno de los pocos sueños que no logró realizar fue la creación de la Escuela Gastronómica Vasca en Argentina. ¡Se resarció a sus casi 80 años con la apertura de un restaurante vasco en Tandil!

Volvió a Euskadi en 1960 pero hasta la muerte del dictador no pudo regresar a Hegoalde. Isidro Legarreta era un abertzale que seguía preocupado por la suerte de Euskadi y de su segunda patria, Argentina. En 1993, junto con otros vascos de Argentina, fundó el Instituto Vasco Argentino de Cooperación y Desarrollo, para impulsar todo tipo de relaciones institucionales y empresariales, pero también aportar su grano de solidaridad con proyectos de cooperación al desarrollo, como el Instituto de Formación Tecnológica de gran prestigio, que ha impartido formación a miles de jóvenes desfavorecidos, además de otros proyectos destinados a poblaciones marginadas como ex presidiarios. Todo ello ad honorem. Durante años, junto con su inolvidable amigo, Andoni Irazusta, impulsaron decenas de proyectos que acercaron los dos países y pusieron la semilla de lo que hoy es la Delegación de Euskadi en Argentina. Alguna vez que se le insinuó desde el Gobierno Vasco que se entendería que con su edad dejara la actividad que le costaba tiempo y dinero, nos contestó “que todavía no había devuelto a Euskadi y a la Argentina todo lo que le habían dado”.

Así era Isidro: abertzale hasta la médula, recto como una I, impulsor de las relaciones entre sus dos grandes patrias, defensor de la cultura e identidad vasca en Argentina. Isidro, agur eta ohore.

Isidro Legarreta, abertzale, euskaltzale, el roble y el ombú

Por Andoni Ortuzar. Me comunican la muerte de Isidro Legarreta, un pequeño gran hombre por el que siento una admiración inmensa. Por ser aber-tzale y antifranquista tuvo que abandonar muy joven Euskadi, su Hernani natal, y recaló en Argentina, donde se hizo aún más abertzale si cabe. No solo eso: consiguió contagiar su ilusión, su activismo, en pro de la Causa Vasca en decenas y decenas de euskaldunes que vivían, como él, en Argentina. Isidro era quizás el último ‘prohombre’ de aquella generación de abertzales que en tantos puntos del Mundo, pero especialmente en Argentina, batallaron por lo vasco, recreando su Patria a miles de kilómetros de distancia. Ellos montaron las Euskal Etxeak, ellos promovieron la enseñanza del euskera y la expansión de las danzas vascas, ellos marcaron el devenir de la hoy potente Federación de Entidades Vascas en Argentina, la FEVA, y mantuvieron el apoyo al PNV y al Gobierno vasco en los duros años del exilio. En definitiva, se nos ha ido uno de los grandes, uno de los más grandes.

Si tuviera que definir los valores por los que me gustaría que fueran reconocidos los vascos, pondría como ejemplo a Isidro. Trabajador, honesto, positivo, entregado, humilde, tenaz, familiar, creyente en el sentido más profundo de la palabra, porque no solo creía en su fe religiosa: creía en las personas, en su Patria vasca y en su País argentino, en los valores que él había aprendido en Fagollaga y que luego transmitió en Tandil.

Estoy profundamente agradecido a Isidro. Él, junto con su inseparable Andoni Irazusta (que nos abandonó desgraciadamente hace unos años), fueron mi guía, mis embajadores por Argentina cuando ocupé la Secretaría General de Acción Exterior. Con ellos aprendí a entender aquel País, pero sobre todo me sucedió algo que nunca hubiera pensado. De mi convivencia con ellos, al conocerlos y ver su obra, me hice aún más abertzale, me comprometí aún más con la Nación Vasca.

Era lo mínimo que les podía devolver al ver lo gigantesco de su labor por Euskadi a 10.000 kilómetros de distancia. Ambos fueron para mimaixuak. Junto a Isidro y a Andoni, porque eran como el yin y el yang, una pareja perfecta que se complementaba, las dos caras de una misma moneda, una moneda vasca de oro de 24 quilates.

Quiero mandar un abrazo emocionado a las dos familias de Isidro, a la personal y a la de los Centros Vascos. Seguro que Isidro se habrá ido como fue toda su vida. Sin hacer ruido pero dejando las cosas bien hechas. Pero si todos vamos a sentir su pérdida, seguro que los de su gran clan familiar (en Argentina y en Gipuzkoa) y quienes en FEVA tenían en él un cualificado colaborador, van a echarlo de menos de una manera especial. Se suele decir para engrandecer la existencia de una persona que era irrepetible. Creo que conocí un poco a Isidro y a él le gustaría que -modestamente, como era él- su figura y su trayectoria se repitieran, se encarnaran en las nuevas generaciones.

Por eso, todos nosotros, especialmente sus hijos y nietos a los que tenía devoción, pero también toda la juventud vasca de Argentina, el mejor homenaje que podríamos hacer a este gran abertzale y jeltzale es seguir sus pasos, tener el mismo compromiso con nuestra Patria, profesar el mismo amor que él tuvo por lo vasco y replicar también su bonhomía y su generosidad con los demás. Y una mención especial y llena de cariño a ‘su’ Mari Carmen, a la que convirtió en vasca desde el primer día y con la que formó esa gran familia compuesta por Maite, Amaia y Jabier. Era una gozada oírles contar a ambos cómo se conocieron y enamoraron. Isidro, un hombre con dos amores: Euskadi y Mari Carmen. El roble y el ombú.

Goian bego!

(artículos publicados el 19-06-2016 en Deia, ver aquí y aquí)
(Facebook de la Delegación de Euskadi en Argentina-Mercosur, aquí)



Comentarios

  • Sentimiento

    Los vascos del Brasil sentimos mucho el fallecimiento de nuestro grande amigo Isidro Legarreta. Siempre lo recordaremos con cariño.

    Oskar de Goitia-Durana (São Paulo), 21/06/2016 15:33

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