euskalkultura.eus

diáspora y cultura vasca

Noticias rss

Cirbie Sangroniz, dantzari de Utah: "Soy vasca y soy, además, vasca de Utah. No lo puedo evitar"

09/06/2016

Cirbie Sangroniz pidiendo matrimonio a su novia Amanda durante el festival Living Traditions de Salt Lake City. Nótense las caras de alegría compartida de los dantzaris y el llanto emocionado de su madre, Cristina (foto Marc Gaztambide-EuskalKultura.com)
Cirbie Sangroniz pidiendo matrimonio a su novia Amanda durante el festival Living Traditions de Salt Lake City. Nótense las caras de alegría compartida de los dantzaris y el llanto emocionado de su madre, Cristina (foto Marc Gaztambide-EuskalKultura.com)

PUBLICIDAD

Cirbie Sangroniz, 31 años, es una vasca norteamericana, directora del grupo dantzari de Utah. Hace un par de semanas sorprendía a su novia Amanda convocándola al escenario frente al público, bailándole un Aurresku y pidiéndole matrimonio.

Joseba Etxarri. Resultó una sorpresa para casi todos. Solo los músicos y unos pocos dantzaris sabían algo. Amanda, la novia de Cirbie, entró en contacto con lo vasco a raíz de conocer a Cirbie y, aunque de origen no euskaldun, siempre le acompaña desde hace año y medio a todas las actuaciones. Poco imaginaba el pasado 22 de mayo lo que se estaba fraguando cuando al finalizar un número del grupo, dos dantzaris le agarraron de la mano y la acompañaron al escenario en pleno festival Living Traditions de Salt Lake City. Vestida de calle, rodeada de dantzaris, vio cómo la txistulari y el acordeonista iniciaban un Aurresku, que Cirbie, nerviosa, bailó frente a ella. No entendía qué era todo aquello. Solo cuando finalizado el baile Cirbie se arrodilló blandiendo en su mano un anillo de compromiso lo entendió y se llevó las mano a la boca mientras de su garganta escapaba un emocionado "oh, my God". Su respuesta afirmativa provocó el aplauso de todos los presentes y los abrazos y felicitaciones se sucedieron. Una sincera emoción generalizada se hizo patente en aquel conjunto de caras sonrientes e iluminadas.

¿Cómo se te ocurrió esta manera de pedir la mano?

-No se me ocurrió mejor lugar y entorno. La cultura vasca es muy importante para mí y los dantzaris y la gente del Club [el Utah Basque Club, la euskal etxea de Utah] son como familia para mí. Nuestros amigos de dentro y fuera del entorno vasco estaban allí y lo hicimos con la complicidad de algunos de ellos. Inicialmente Amanda se extrañó cuando la llevaron al escenario, por el honor que supone el Aurresku, por qué a ella decía con su gesto, y solo cuando me arrodillé supo de qué iba. Llevamos juntas más de año y medio y en este tiempo nos ha ido muy bien, se ha enamorado de nuestra cultura y de nuestra gente... también de nuestra comida (sonríe). El año pasado hasta la llevé a ver al Athletic cuando los leones jugaron en Boise y desde entonces es una athleticzale más. En los festivales en que baila nuestro grupo, Utah-ko Triskalariak, se suele poner mi txapela y dice que le sienta mejor que a mí (sonríe). Ahora vamos juntas a las clases de euskera que imparte en el club Sonia Castañon, nacida aquí, pero que vivió un tiempo en Euskadi. Queremos ser capaces de defendernos con un vocabulario básico cuando viajemos en algún momento a Gernika.

Eres segunda generación nacida en EEUU. Tus abuelos fueron de las familias pioneras que iniciaron el actual Club Vasco de Utah.

-Ellos marcaron la pauta. Nos educaron como hubieran educado a sus hijos y nietos en Euskadi. Tengo fotos mías de dantzari, con la ikurriña, con apenas dos años. Soy muy afortunada de tener los abuelos que tengo. Amuma [Madalena Zatica] y Aitxitxe [Jaime Sangroniz] son de la zona de Gernika y llegaron de Euskadi tras el bombardeo. Empezaron desde cero. En casa hablaron a sus cuatro hijos en euskera y Amuma me sigue hablando así. Me gusta. Son gente de gran fortaleza, gente extraordinaria. Ellos han logrado que la cultura vasca permanezca en nuestra familia y perviva en sus hijos y nietos. Hoy ambos superan ya los 90 años y es una suerte que siga pudiendo disfrutar de ellos.

Tu madre, Cristina, y su tía Pilar te precedieron como instructoras y dantzaris del Utah-ko Triskalariak.

-Creo que enseñar sobre su cultura a jóvenes, y a veces no tan jóvenes, y ver cómo aprenden y disfrutan con ella es muy gratificante. Me motiva mucho ayudar a conservar mi cultura. Quiero asegurarme y hacer lo que esté en mi mano para que siga viva en Utah. Mi madre y mi tía formaron parte del primer grupo de Utah-ko Triskalariak y yo quiero que mis hijos sigan pudiendo decir que todos estamos en el mismo barco y que nuevas generaciones toman el relevo.

Habrá quien se pregunte ¿por qué todo ello? ¿por qué ser vasca en Utah?

-Es algo indisociable a mí, mi cultura vasca soy yo. En el club y entre los dantzaris, todos somos como hermanos o primos, formamos una gran familia. Es lo que nos enseñaron y estoy orgullosa de ello. Soy vasca y soy, además, vasca de Utah. No lo puedo evitar.


Galería de fotos



« anterior
siguiente »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia