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El golfista vizcaíno Jon Rahm subcampeón del Dell WGC Match Play (en Fvgolf.com)

27/03/2017

Jon Rahm obligó al Número 1 del mundo a embocar un último putt de par en el hoyo 18 para ganar el WGC Dell Technologies Match Play en el Austin Country Club de Texas. Hasta ahí fue capaz de llevar a Dustin Johnson el bravo golfista de Barrika a pesar de que no tuvo su mejor día de golf. Ni de lejos…

Enlace: Fvgolf.com

La final no empezó mal, pero se torció pronto, llegó a tenerla perdida y cuando parecía que no quedaba mucho más que sacar la bandera blanca y claudicar con la mejor de las caras y la mayor dignidad, regresó del abismo y se quedó a un palmo de rubricar un milagro de locos. Fue una montaña rusa de golf y emociones. Un canto a la garra. A la mentalidad de campeón.

Jon comenzó la final en el mismo plan de toda la semana. Jugó los hoyos 1 y 2 de libro, templado, con el aplomo de las jornadas anteriores. Se dejó dos opciones muy buenas de birdie de algo más de cuatro metros, pero no las metió… De momento, había empezado mandando, pues Dustin Johnson ni siquiera se había dejado una opción de birdie.

En el hoyo 3 se le escapó un putt de par de metro y medio y se produjo un cortocircuito. Algo había chirriado. Se puso sólo uno abajo, pero algo había cambiado. Fue como un latigazo a la confianza. Le hizo dudar. Perdió cuatro hoyos seguidos. Una mezcla de cosas. Buen juego de Johnson, como los birdies en el 5 y 6 y errores de Jon.

La situación estaba algo más que delicada. Cuatro abajo en seis hoyos antes el Número 1 del mundo. Había que pasar al plan b: la garra, la casta y el corazón. Así metió un putt imposible de par desde el primer corte de rough en el hoyo 7. Parecía que podía ser el principio de algo, pero Johnson metió otro de putt de dos metros para salvar el par y encima se puso cinco arriba en el 8 aprovechando una mala salida de Jon. Aquello ya no era el Tourmalet, sino dos etapas reinas de montaña seguidas y sin avituallamiento…

Pero Jon cree mucho en Rahm. No había llegado hasta la final del Match Play para hacer mutis por el foro. Se remangó y tiró con lo que pudo. Ganó el 9 y 10 con par, aprovechando alguna concesión del Número 1. Empató el 11 y perdió el 12. Fue el otro momento doloroso. Cuatro arriba y seis a jugar. Más de uno cerró la persiana del negocio y colgó el cartel de ‘The End’. Jon, no.

Jon agarró el drive en el hoyo 13 y estampó un golpe soberano. Declaró abiertas de nuevo las hostilidades. El torneo no había terminado. Soltó la adrenalina que necesitaba y se puso a jugar al golf. Tampoco es que lo bordara, porque el viento no permitía grandes florituras, pero puso todo lo que llevaba dentro y apretó. Apretó de lo lindo. Vaya si apretó…

 

Birdie al 13 con un drive de campeón valiente, birdie al 15 con el mejor hierro del día y birdie al 16 con un putt marca de la casa: diez metros. Jon había vuelto y estaba fabricando un milagro de locos. Las persianas de los negocios se volvieron a abrir. Se escuchaba se nuevo jolgorio en las calles… ¿Será posible? Se preguntaba más de uno… Jon sí creía. Siempre creyó. Si la calculadora dice que sí, no seré yo quien le lleve la contraria…

Lo que parecía imposible se hizo real. Jon llegó al 18 con vida. Dustin llegó al 18 con dudas. Ni en la peor de sus pesadillas imaginaba que tendría que llegar tan lejos en la final cuando salió del hoyo 8 con cinco arriba. Rahm no guardó nada. El modo ataque estaba activado y así siguió. Tenía que ganar el hoyo y se tiró al green con el drive. A tumba abierta. Rugiendo como un león…

Era mucho palo y se pasó, pero se dejó una opción de birdie. Tenía un chip endiablado de eagle, con muchísima pendiente sí, pero era posible. Lo analizó con microscopio. Decidió chipear con Dustin Johnson fuera de green para pegar su tercer golpe. Rahm tocó la bola con mimo. El objetivo era dejarla morir en lo más alto de la pendiente y ver cómo mansamente se iba hacia el hoyo. Si clavaba la línea sería un eagle de fábula, sino aún tendría un putt de birdie de vuelta de dos-tres metros. Seguía con vida.

Tocó bien el chip, quizá demasiado. La bola mordió para frenar justo en lo alto de la cima, pero paró muy pronto. Nunca cayó. Jon se quejó de que algo le había molestado, algún ruido parece ser, pero la bola no cayó. Pateó para birdie, no entró, pero sí metió el de vuelta de par. Johnson, tranquilo al ver que Jon no había hecho el birdie, se limitó a acercar la bola al hoyo para asegurarse el par. Eso sí, aún tuvo que tirar ese último putt. Fue el pequeño premio a la garra. Las botas puestas.

Dustin Johnson conquista su particular grand slam de Word Golf Championships. Es el primer jugador de la historia que gana los cuatro (HSBC, México, Dell Match Play y Bridgestone), consolida además su puesto como Número 1 del mundo, suma su sexta victoria desde junio… Sí, es el mejor jugador del mundo ahora mismo y no sólo porque lo diga una clasificación. Consulta aquí los resultados.

Rahm, por su parte, se coloca 14º del mundo, suma ya más de cuatro millones de euros en ganancias en apenas nueve meses como profesional, se pone segundo en la Race to Dubai, conquista su segundo top 3 en dos Campeonatos del Mundo… Sí, quizás no es el Número 1 del mundo ahora mismo, pero está muy cerca… Es el segundo cara a cara que se le escapa con Dustin Johnson. Quién sabe, igual a la tercera va la vencida.



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