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En el recuerdo

Diego Tellechea

Diego Tellechea
Diego Tellechea

18/08/2022 - General Villegas, Argentina

A medianoche del pasado jueves fallecía a los 64 años en capital, donde había sido intervenido por una grave enfermedad, Diego Tellechea, médico veterinario oriundo de La Plata y radicado en Piedritas, en el partido de Villegas. Era una personas muy querida y estimada no solo en el seno de la colectividad vasca, sino en la comunidad en general. Fue activo integrante del Centro Vasco Villegasko Euskaldunak de General Villegas, del que se desempeñó entre otros cargos y labores como presidente. Había sido concejal por la Unión Cívica Radical y también candidato a intendente municipal de General Villegas, aunque en la actualidad estaba alejado de la poítica general y partidaria. Su hermano Calixto es intendente de la cercana localidad de Florentino Ameghino.

Su pérdida ha sido especialmente sentida y desde estas líneas nuestras condolencias a toda su familia, esposa Graciana, hijos Diego Alejandro, Mariela, María y Celina, nietos Ignacio, Juan Pedro, Joaquín y Lucila, a sus cuatro hermanos y demás familia, y a la gran familia vasca del CV Villegasko Euskaldunak a la que él tanto contribuyó.

Goian Bego - Descanse en Paz

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Diego Tellechea, socio fundador de Villegasko Euskaldunak

Entrevista a los hermanos Diego y Calixto Tellechea, 17 de diciembre de 2020 en el medio local Diario Actualidad.

Los Tellechea, un pedacito del País Vasco en Piedritas y Ameghino

La historia de los hermanos Diego y Calixto, los Tellechea, invita a la entrevista y la escritura. ¿Qué es esto de dos llegados de otras tierras que -entre otras cosas- fueron candidato e intendente e intendente electo respectivamente de General Villegas y Florentino Ameghino? ¿Cómo fue que calaron tanto en las comunidades que los recibieron? Nacidos en La Plata, eligieron la misma carrera universitaria y encontraron su lugar en el mundo gracias a ella. Diego en Piedritas. Calixto en Ameghino. Se parecen mucho.

Si le sumamos la obvia herencia cultural vasca en común, Estudiantes de La Plata, la carrera veterinaria, el radicalismo, Chevrolet, la misma visión de país y la admiración reverencial por San Martín y Alfonsín, el vínculo cierra perfecto. Veamos, también, en qué se diferencian.

—¿De dónde vienen los Tellechea? Y no precisamente ustedes sino los padres y abuelos…

Diego: Los abuelos Tellechea vinieron de Montevideo, Uruguay, teniendo la particularidad de que nuestra abuela era sobrina de mi abuelo por lo que nosotros somos Tellechea -Lecubarri – Tellechea. A no extrañarse de esta situación, porque por aquellos tiempos eran muy comunes este tipo de casamientos. Sus antepasados llegaron a Uruguay hacia fines del 1700 desde Navarra, País Vasco. En mi caso tuve la posibilidad en el año 2016 de visitar durante 14 días la tierra de mis antepasados, sea por parte de padre y madre. En Navarra encontré el pueblo llamado Tellechea que significa «casa de tejas». Mi abuelo Calixto Lecubarri, que significa “barrio nuevo», vino del Regado, un pueblito muy cercano a Bilbao. La abuela Angélica Tellechea vino viuda con dos hermanas y tres hijos a la ciudad de Ensenada: Coca, Mariela y Alberto, mi papá. El abuelo Calixto llegó a Argentina en 1892 con 15 años y estuvo un tiempo en Lobos y terminó radicándose en Juan José Paso, donde se casó con Valentina y tuvo cuatro hijos: Paquita, Maruja, Pololo y Gloria, mi madre. Allí vivieron hasta que mi abuelo enfermó y fueron a tratarse a la ciudad de La Plata, donde vivieron definitivamente.

Calixto: Yo paso. Diego lo contó a la perfección.

—Y ya en Argentina, ¿dónde se radicaron, cómo está integrada la familia, cuántos hermanos son?

Diego: Como comentaba, llegaron de Uruguay a la ciudad de Ensenada. Mi padre a través de relaciones familiares conoció a mi madre, que vivía en la ciudad de La Plata y donde vivieron después de casarse. Tuvieron cinco hijos, o sea que somos cinco hermanos varones: Bautista, Alberto, Calixto, Juan y yo.

Durante muchísimos años nuestro domicilio fue 56 entre 5 y 6, a una cuadra de la plaza San Martín, muy cerca de la casa de Gobierno y de la legislatura de la provincia de Buenos Aires; y a 5 cuadras del Club Estudiantes de La Plata, del cual soy socio e hincha fanático. Estudié la primaria en el Sagrado Corazón de Jesús, una escuela salesiana clásica, donde además del estudio daban mucha importancia a los deportes, en mi caso principalmente fútbol y pelota paleta.

Continúe los estudios secundarios en la Escuela Normal Nacional N°3. Eran años muy movidos desde lo social y político, pidiendo por más derechos, más libertades. A partir de segundo año creamos el Movimiento de Estudiantes Secundarios Radicales. Fui delegado del curso en 2º, 3º y 4º año. Recuerdo con mucha tristeza lo que hoy se conoce como la Noche de los Lápices. Algunos de los chicos desaparecidos fueron de nuestra escuela, tiempos de mucha violencia, muy triste. A pesar de todo tengo muy buenos recuerdos de mis compañeros de curso con los cuales nos juntamos todos los años. Logramos ganar un torneo interescolar de fútbol en el año 1972, todo un logro. Cada viaje a La Plata significa una asado del equipo campeón, buena carne y vino y cada reunión nuevas anécdotas de ese campeonato. Luego seguí mis estudios en la Facultad de Ciencias Veterinarias de La Plata.

Calixto: Papá murió cuando yo tenía 13 años y Diego 7. Eran momentos muy lindos ir a visitar a la abuela a su casa de Ensenada. Íbamos todos los domingos. Primero a la misa en el Sagrado Corazón y luego en tranvía a la casa de la abuela. Era toda una aventura. Mi viejo, mi vieja y los 5 hermanos. Allá había 5 primos de edades parecidas a las nuestras, así que te imaginas qué domingo nos pasábamos en Ensenada. Después murió papá, más tarde la abuela, y aunque seguimos viendo a los primos la costumbre se fue discontinuando.

—Los dos estudiaron veterinaria. ¿Casualidad o imitación?

Diego: A pesar de vivir en La Plata viajábamos mucho al campo de la familia en Juan José Paso y con mi madre pasábamos veranos en Carmen de Patagones, donde vivían unos tíos que tenían un campo muy grande y majadas de ovejas Merino. Creo que estos contactos desde muy joven con la zona rural y los animales de granja influyeron sobre mi decisión de estudiar Veterinaria. También influyó mucho tener a Calixto estudiando la misma carrera cuando yo estaba terminando el secundario. Eso me posibilitó conocer el ambiente de la facultad y las características de la profesión.

Calixto: siempre estuvimos conectados con el campo por Juan José Paso. Íbamos mucho. Yo pensaba estudiar Agronomía, como mi hermano más grande, pero me encontré con un amigo que se iba a inscribir en veterinaria. Charlando, le tomé el gusto a la veterinaria. La verdad que no me arrepiento en absoluto. En mi caso es algo para toda la vida. No imagino mi vida haciendo otra cosa que no se veterinaria, aunque ya esté jubilado.

— Los dos se radicaron en la zona. ¿Por qué?

Diego: Tres años antes de recibirme me casé con Graciana y mientras cursábamos los últimos años de nuestras carreras tuvimos nuestros dos primeros hijos, Diego y Mariela. Esta situación nos condicionaba mucho para terminar los estudios y conseguir trabajo. Nuestra idea era ir al sur de la Argentina y desarrollar cada uno nuestra profesión, yo Veterinario con cierta especialización en ovinos y Graciana como Profesora en Ciencias de la Educación. Para ese entonces Calixto, ya recibido, se asoció con un colega radicado en la ciudad de Ameghino y trabajaba en la zona. Tenían una sucursal en Piedritas y cuando terminé los estudios me ofrecieron integrar la sociedad y venir a trabajar. Por supuesto acepté y en octubre de 1983 me recibí y viajamos en diciembre del mismo año a Piedritas, lugar en donde vivimos y no dejaría nunca más.

Calixto: Cuando me faltaba poco para recibirme le pregunté a un amigo ya recibido y que trabajaba en el Laboratorio Cooper que me averiguara a través de los viajantes en qué pueblo necesitaban veterinarios. Quería salir de La Plata. Y así fue que había un veterinario de Piedritas y Ameghino al que le hacía falta un socio. Me vine a Ameghino, la tía Maruja me ayudó para que me pueda instalar.

Teníamos la veterinaria de Ameghino y la de Piedritas la atendíamos desde ahí. Pero se fue haciendo necesario tener un veterinario permanente en Piedritas. Al tiempo se recibió Diego, se lo ofrecimos y aceptó. Y ya se quedó ahí. Creo que le fue bien, más allá de los lógicos sinsabores y contratiempos de los primeros años.

—¿Qué son Ameghino y Piedritas, en cada caso, para ustedes?

Diego: Piedritas es mi vida, fue la localidad que nos acogió en los momentos tal vez más difíciles, con el desarraigo de nuestras familias, de nuestras amistades, de nuestras costumbres. Los inicios en nuestras profesiones, con una economía muy acotada, con muchos sacrificios. Con comunicaciones muy limitadas. Les recuerdo que teníamos teléfonos con operadores que normalmente no se podían conectar, sin televisión, sin gas, sin ambulancia, sin cloacas, sin agua corriente, etc. Imaginen venir de la ciudad de La Plata con todos los servicios y encontrarnos en el verano del oeste bonaerense con todas estas carencias. Un gran cambio. No me quejo, y por el contrario creo que estas circunstancias hicieron redoblar el esfuerzo y luchar no sólo por lo personal sino trabajar con el mismo empeño para mi Piedritas. Dicho de otra manera, crecimos juntos, en mi caso participando en distintas comisiones del pueblo.

Fui integrante de la Cooperativa Eléctrica en varios mandatos, presidente en un período, inauguramos el edificio actual, las salas velatorias, el agua corriente, la primera ambulancia (anteriormente los traslados se realizaban en la caja de alguna camioneta, especialmente la del Cholo Penacino), trajimos las primeras antenas parabólicas que nos permitieron ver televisión perfectamente a través de ATC y Canal 9, y posteriormente el Canal de las Estrellas mejicano.

Acá hago un alto para contar una anécdota que nos pasó con canal 9. Luego de 3 o 4 meses de ver el 9 codificaron la señal, dejamos de verlo, y hasta poder viajar a reunirnos con Romay pusimos en su lugar al Canal de las Estrellas, un canal mexicano donde por supuesto hablaban con sus modismos, como rechinar los trastes (limpiar los platos, ollas, etc.) y otros tantos. Fuimos con Pablo Canaparo, también miembro de la comisión, después de concertar cita con el dueño del canal a Capital Federal a discutir la restitución de la señal televisiva. Una vez con el socio de Romay (él no nos pudo atender) comenzamos la charla en principio muy amistosa hasta que no nos dieron ninguna solución por una cuestión legal. La cosa fue subiendo de tono de manera tal que casi a los gritos le planteé lo inconstitucional de la negativa, el estado de derecho estando en democracia y ya sin recursos le dije que por culpa de ellos nuestros niños iban a terminar hablando como los mexicanos y traje a la mesa la propaganda “rechinar los trastes». Por supuesto se terminó la negociación y nosotros seguimos con los mexicanos… Jajaja.

Continuando con los logros de la cooperativa se pudo hacer una de las obras más importantes, la electrificación rural de más de 150 kilómetros, porque hasta ese momento sólo había 7. También participé en la comisión de Bomberos Voluntarios, estando de vicepresidente durante 5 años, y luego como presidente durante 11 años más. Creo que lo más significativo durante estos periodos fue la compra de la primer autobomba al cuartel de Tornquist, un camión Ford 350 sin cabina modelo 1960, la construcción del cuartel y la instalación de la Fiesta de la Cerveza.

En una de las fiestas que todavía se hacían en la calle la estrella contratada era Alcides. El representante, una semana antes, nos avisa que por un problema de salud no podía venir y en su lugar nos ofreció a Juan Ramón. Por supuesto que dijimos que sí, no teníamos a esa altura otra solución. El sábado, día de la fiesta, trabajando en la calle acomodando mesas, sillas, etc., me llaman tipo 16 horas a la Guardia del Cuartel para decirme que Juan Ramón no podía venir. Imaginen que momento, nos queríamos matar, se ofreció venir Miguel Ángel Robles y el mismo me llamó para ofrecerse. Por supuesto le dije que no, que era una fiesta de la cerveza y el qué tenía que ver con este tipo de fiestas. Decidimos hacer la fiesta únicamente con un conjunto soporte que habíamos contratado en Berazategui, Mari La Dulzura Tropical. Llegaron tipo 23 horas en un viejo colectivo Mercedes, tardaron como 16 horas y así como llegaron subieron al escenario. Les informamos que iban a ser el número central y nos comentaron que solamente tenían un repertorio de 7 canciones… se imaginan, ¡la fiesta fue un éxito!! entre el disc jockey y Mari, que subió 3 veces al escenario a tocar sus únicas 7 canciones… (risas) Cuando partieron después del show, tipo 8 de la mañana, los vimos a los 4 músicos empujando el micro y a Mari manejando para que arranque y un cartel en el costado que decía SE VENDE… No me voy a olvidar en mi vida… También participé de la comisión del jardín de infantes y de la escuela primaria. Por eso al principio les dije que con Piedritas crecimos juntos.

Calixto: Ni bien llegué la comunidad de Ameghino me recibió de la mejor manera. Es gente de brazos abiertos, que te hace sentir como en tu casa. Ya tenía varios clientes, porque vine con la sociedad instalada, así que no me costó mucho arraigarme. Ya estaba casado, mi señora embrazada, y mi primer hija ya nació en Ameghino. Ya no me van a echar… tengo pensado terminar mi vida en Ameghino. Muy conforme, muy contento con la vida que he tenido en este ciudad.

—¿Y cómo llegaron a la política, a ocupar cargos públicos?

Diego: Yo, como se dice vulgarmente ,desde la cuna soy Radical. Mi abuelo Calixto Lecubarri fue por decirlo de alguna manera fundador de la UCR en Juan José Paso, en donde participó activamente en la política pueblerina. Mi madre continuó con preceptos y fundamentos del partido pero no militó activamente en política, por supuesto identificada y perseguida en algunos períodos históricos difíciles para los radicales, pero nunca negó su pertenencia.

Nosotros, me refiero a los cinco hermanos, seguimos la línea política familiar, algunos militando y otros no. Alberto fue concejal de Juan José Paso en el partido de Pehuajó por varios años. Calixto fue también concejal por varios periodos representando primero a Ameghino en General Pinto y luego en el partido de Ameghino, y actualmente es intendente por segundo mandato. Yo empecé activamente a militar en el secundario creando el MERS (Movimiento de Estudiantes Radicales Secundarios). Nuestro apadrinador era nada menos que el Chino Balbín, con el cual teníamos largas reuniones en su casa, donde nos aconsejaba y retaba (la mayoría de las veces). Al ingresar a la facultad fui miembro de Franja Morada y estuve trabajando en la campaña de Raúl Alfonsín hasta que vine a Piedritas durante el gobierno Radical. En el partido de General Villegas ya es conocida mi trayectoria partidaria, fui concejal en dos oportunidades y candidato a intendente en dos oportunidades. Hoy estoy alejado de la política general y partidaria.

Calixto: En casa se habló siempre de política. En la mesa o en cualquier lado, nunca fue un tabú. En mi casa había que ser radical, de Estudiantes y de Chevrolet. Eran tres cosas que no se negociaban. Por supuesto que había influencia familiar. Todos tiramos siempre parecido. Podías no estar de acuerdo en muchas cosas, pero el eje, la raíz, era el radicalismo, sin dudas.

Yo llegué a Ameghino durante la dictadura. Y ni bien se abrió el juego político, en el 82 pasó Alfonsín presentando un libro. Fui a verlo. Éramos poquitos, porque estaban prohibidas esas reuniones, pero igual se hacían. Al poco tiempo se abrió el comité y al momento de armar la lista me propusieron para concejal. Era todavía partido de General Pinto. Fui candidato en tercer lugar.

Nunca fui un enamorado de los cargos, los tomé como una responsabilidad militante que afrontabas o no. Cuando Ameghino ya tuvo su propio partido fui concejal cuatro años y candidato a intendente por la Alianza. Después dejé un poco y en 2015 me ofrecieron presidir el comité y más tarde la candidatura a intendente. Fui electo por Juntos por el Cambio, y en el 2019 me reeligieron por otros cuatro años.

—¿Y cuál es el balance de esa participación? ¿Qué decir de los adversarios, del ejercicio de la democracia, del debate y las opiniones encontradas?

Diego: No me arrepiento de lo hecho políticamente, pero sí me arrepiento por el tiempo que dejé de compartir con mi familia durante esos años de militancia. En política tuve muchos errores y algunos aciertos. Lamento no haber podido acceder al puesto de intendente. Me creía capacitado y también poder formar un grupo de trabajo preparado teniendo como guía la conducta, ética, honradez y trabajo para mejorar el desarrollo del partido y el acompañamiento solidario del que lo necesitara sin hacer política mezquina con las necesidades de la gente.

De los adversarios tengo buenos recuerdos y muy buena relación con todos ellos. A pesar de haber tenido discusiones muy fuertes en el Concejo creo que nunca le falté el respeto a ninguno y nunca me sentí agraviado por ninguno de ellos. Trabajábamos y nos consultábamos mucho sobre los distintos proyectos presentados por los distintos bloques en las reuniones de trabajo del Concejo Deliberante. Si me sentí muy mal en la época de la conformación de Cambiemos y posterior interna partidaria donde realmente fuimos agredidos en forma verbal y con pintadas en la vía pública por «correligionarios», lo que apresuró mi alejamiento de la actividad política.

Calixto: Me puedo arrepentir de alguna cosa puntual, pero no de haber elegido este camino. En Ameghino el justicialismo fue siempre mayoría, toda la vida. Y desde que Ameghino es autónomo hay dos hermanos, Patricio y Andrea García, que son los adversarios de mayor peso. Soy muy optimista y trato de ver de todo lo mejor. Hay que sacar lo malo afuera enseguida y enfocarse en las cosas buenas. Y seguir para adelante.

—Dejamos la política y les pregunto por la herencia cultural familiar. Como descendientes de vascos… la comida, las costumbres, las tradiciones que continúan, etc.

Diego: Mi abuelo venido del País Vasco a través de sus historias comenzó a introducirme en el tema, no tanto en lo institucional sino en lo que era la vida cotidiana, los paisajes, las costumbres, con contrastes muy diferentes a los que yo vivía acá. Mi madre seguramente fue la que más influyó para que me interesara investigar sobre cultura, costumbres, historias vascas. Un día, hace más de 15 años, hablando con Nieves Castillo Alzuri, nos preguntábamos como habiendo tantos apellidos vascos en el distrito no había un club, centro o asociación que los representará y decidimos convocar por los medios de comunicación locales a una reunión con la finalidad de formar una asociación. Y resultó todo un éxito, de manera tal que al poquito tiempo de esa convocatoria ya se había formado Villegas'ko’Euskaldunak (los Vascos de Villegas), nuestro Centro Vasco. Personalmente me dediqué sobre todo a la cocina tradicional, preparando platos típicos para las cenas mensuales. Posteriormente con María Zatón comenzamos con los cursos de cocina.

Una anécdota muy linda fue cuando realizamos un viaje con amigos del Centro al País Vasco, tuvimos contactos con el gobierno para reunirnos con el ministro del Agua (tipo ministerio de obra pública) para consultarlos y ver la posibilidad de colaboración con nuestro distrito, que en ese momento estaba en emergencia hídrica. Esta reunión indirectamente nos posibilitó ir a dos cenas realizadas en dos sociedades gastronómicas distintas y en cada una de ellas me invitaron a que cocine algún plato. Me entregaban los elementos y un delantal y después a cocinar. Lo tomé casi como un examen (risas), porque después cenamos y venían los comentarios. Creo que salí airoso.

Calixto: Yo me siento muy vasco. A mi veterinaria le había puesto Zaldiak, que en español significa «los caballos». Pero no he sido un gran estudioso de las costumbres vascas, como sí lo es Diego. Conozco las costumbres, las tradiciones, pero no al extremo de Diego o mi mamá, que era vasca fanática. Tremenda.

—Hablemos de los hermanos Tellechea. ¿Cómo se vinculan?

Diego: Somos cinco hermanos. De mayor a menor: Bautista, Alberto, Calixto, Juan y yo. Por suerte siempre hemos tenido una relación muy buena, sin ningún tipo de problemas y a pesar de vivir en distintas localidades distantes continuamos muy relacionados. Hace unos cuantos años, ya más tranquilos por los temas laborales, decidimos hacer un viaje los hermanos solos, sin nuestras esposas. Creo que fue a una cabaña a San Luis, en la ciudad de Trapiche. La verdad que la pasamos muy bien y a partir de ese momento acordamos hacer un viaje al año. Un octubre decidimos ir a Villa General Belgrano para conocer la fiesta de la cerveza ya que ninguno había ido nunca. Coincidentemente se jugaba el clásico platense Estudiantes-Gimnasia y lo fuimos a ver a Villa Carlos Paz porque en Belgrano no lo pasaban. Tuvimos que concurrir a un comedor porque el partido era alrededor de las 14 horas y ese clásico lo ganamos 7 a 0. Inédito en la historia futbolística de Estudiantes de La Plata. A partir de ese partido decidimos ir a verlos cada vez que jugaban y aprovechábamos para pasar un fin de semana juntos, con buenas comidas y largas sobremesas de anécdotas y recuerdos.

Calixto: Ya desde chicos la vida nos fue llevando por distintos lugares, pero siempre mantuvimos una unidad a prueba de balas. Hasta cuando teníamos un negocio entre los cinco nos sentábamos 10 minutos, lo resolvíamos y después nos poníamos a charlar cosas más familiares o más banales. Nunca tuvimos grandes discusiones, quizás porque somos los cinco de Chevrolet, de Estudiantes y radicales…(risas). No hay mucho para discutir.

Una vez nos juntamos en La Plata y decidimos hacer un viaje juntos, del que hablaba Diego. Sin pareja, sin hijos, sin nietos… nada. Solos. Nos fuimos a Carlos Paz para poder ver el 7 a 0 a Gimnasia. Una fiesta tremenda. Y por cábala, el viaje anual de los cinco empezó a coincidir con el clásico. Cosas lindas, entretenidas, que surgen sin pensarlo mucho…

—¿Cómo se cambia este país? ¿Cómo se lo desarrolla? ¿Es posible hacerlo?

Diego: Siempre cito una reunión con la delegada del Gobierno Vasco en la Argentina que nos comentaba como tuvieron que transformarse, porque 30 años atrás estaban fundidos y sin posibilidades en lo tradicional. Entonces decidieron acordar un trabajo a largo plazo donde al total del presupuesto lo dividieron de la siguiente manera: casi el 70% lo destinaron a Educación y salud pública y el 30% restante a infraestructura y mantenimiento del Estado. Hoy tienen una economía muy sana y una de las más importantes de España, exportan informática, energía hidráulica, eólica, etc. Creo que para poder salir de este momento debe haber un gran acuerdo de todos los sectores políticos y sociales y apostar a la educación, con buenos sueldos, buena infraestructura y buenos planes de estudio dirigidos hacia un desarrollo sostenible.

Calixto: ¡Qué pregunta! Cambiar el país va a llevar mucho tiempo si es que nos ponemos de acuerdo. Yo creo que mientras siga teniendo tanta fuerza el populismo este país no cambia. Al contrario. Vamos a ir para atrás. La única manera que permitió a cualquier país ir hacia adelante es la educación. La sociedad en general tiene que darse cuenta que es ahí donde se debe poner las fichas. A partir de ahí, con un buen sistema de estudio y muchos, muchos años por delante, esto puede cambiar.

—¿Cómo están compuestas sus familias? ¿Sus hijos siguen sus pasos profesionales y políticos?

Diego: Mi familia está compuesta por mi señora Graciana, cuatro hijos -Diego Alejandro, Mariela, María y Celina- y cuatro nietos -Ignacio, Juan Pedro, Joaquín y Lucila-. Tres de ellos viven en Piedritas y la menor en La Plata. Diego jr. es Médico Veterinario como yo; Mariela trabaja en el Banco Provincia de Piedritas; María en la escuela primaria y Celina trabaja en la Universidad y estudia Psicopedagogía y Acompañante Terapéutica. Los nietos están todos en edad escolar, repartidos entre jardín, primaria y secundaria. A ninguno le interesa la política, cumplen con su deber de votar pero ninguno milita en ningún partido.

Calixto: Mi señora es de Juan José Paso y tengo tres hijos y cinco nietos. Estoy por demás de satisfecho. Tenemos un gran vínculo, venimos bien… Ninguno siguió veterinaria pero sí la inclinación política. Dos de ellos son de participar en el comité partidario. Ah… y los tres son radicales, de Estudiantes y de Chevrolet.

—¿Cómo es un día tipo de ustedes?

Diego: Hace varios años que me jubilé como Veterinario y práctico el jubileo a ultranza (risas). No salí más a trabajar. Al campo voy cuando me invitan a comer un asadito y por supuesto siempre estoy dispuesto a hacerlo. Normalmente viajamos mucho a La Plata a visitar parientes, amigos y a mi hija. Estamos una semanita y volvemos a Piedritas. Dos o tres veces al año hacemos viajes a Córdoba, Chubut, Mendoza, etc., ya sea solos con mi señora o con algún hermano y señora. También alguna escapadita con un grupo de amigos de las dos ruedas (motos) sea a un encuentro o para conocer. Diariamente me gusta estar tranquilo en casa sea leyendo. Me gusta mucho la historia novelada, hacero quinta, pintar, etc.

Calixto: De mi profesión de veterinario a la intendencia, mi día a día cambió mucho. La verdad es que es muy lindo porque te saca de tranco, te lleva a otro mundo. Me levanto temprano como siempre, voy a la municipalidad hasta la 1 o 2 de la tarde. Vuelvo a las 5 o recorro el pueblo. Después, la pandemia me frenó muchísimo. Trato de cuidarme yo y cuidar a la gente. Este año viajé una sola vez a La Plata, cuando el gobernador nos entregó unos respiradores. Recién ahora nos estamos juntando un poco más seguido los intendentes que seguimos la misma línea de opinión. Después, esto es como cualquier trabajo. Hay que ponerle garra, sentimiento e ir para adelante.

—Diego, buen cocinero. ¿Calixto también? ¿Qué es la cocina para ustedes?

Diego: La cocina para mi es un placer que puedo compartir con mi familia, con amigos.

Calixto: noooo… Diego es un maestro. Te da clases de cocina. A mi no me sacás del asado, alguna pechuguita al wok, alguna cosa de esas. No puedo competir con Dieguito.


PING PONG

—Si no hubiera sido veterinario sería…

Diego: guardaparque en el sur, y si pudiera elegir sería en el Parque Nacional los Alerces.

Calixto: Cura. No sé que hubiera sido si no hubiera ejercido la veterinaria. Y de cura tuve un intento en cuarto grado pero mi mamá, que lo tenía más claro, me dijo que cuando terminara el secundario me fuera al seminario, pero antes no. Después la vocación fue quedando un poco de lado.

—Una persona que admiren, y por qué.

Diego: Raúl Ricardo Alfonsín, por su tenacidad, convicciones, honradez, ética y tozudez.

Calixto: Los valores de Raúl Alfonsín son inigualables. Parece mentira que todavía haya gente que a la distancia no se haya puesto a ver lo bueno y lo malo de su gobierno. Pero como persona, intachable.

—Vino, cerveza o…

Diego: Vino tinto.

Calixto: Cerveza.

—Un buen asado o una comida típica vasca.

Diego: Un buen asado de costilla ancha, muy jugoso, al pie de la parrilla sobre pan, en lo posible a la sombra al costado de la manga.

Calixto: Los dos. Un buen asado me encanta, y hay comidas vascas muy buenas, sobre todo con pescados. Una merluza a la vizcaína. ¡Papá!

—El mito de la porfía de los vascos. ¿Verdad o mentira?

Diego: Mentira, porfiados son los que nos discuten (risas).

Calixto: Somos bastante porfiaditos. Pero porfiados por derecha, no es que andamos a las vueltas.

—Un libro que los marcó

Diego: El Santo de la espada y Pancracio Moreno, el perito.

Calixto: Cien años de soledad, sin dudas. Lo leí varias veces. Yo hice dos viajes a Venezuela en barco, cuidando unas vaquillonas Holando. Eran viajes de 22, 25 días. en el  primer viaje resulta que a la semana lo había leído. En el segundo viaje lo leí dos veces. En la primera semana y en la última. Una maravilla.

—¿A qué personaje histórico les hubiera gustado conocer?

Diego: A San Martín.

Calixto: A San Martín y a Rosas.

—Agasajan a alguien en casa. ¿Qué le cocinan?

Diego: Todos los domingos a mi familia piedritense, muy seguido a los amigos de la zona y amigos y parientes que nos visitan. La cocina es muy variada: asado a la parrilla con ensalada, papas fritas o puré; pollos al disco en sus distintas variantes (con verduras, en txilindron, a la bilbaína, a la vizcaína, frito, etc.) con fritas o puré; tortillas dependiendo la variedad, con carnes o ensalada; pan de carne y pastel de papas al horno; guiso de lenteja con chorizo colorado; cordero con papá grande y pimentón; pollo con arroz, etc.; pizzas y empanadas al horno o parrilla; hamburguesas, chorizos y salchichas de carnicería al plato o en sándwich, a la parrilla o cocina a leña…

Calixto: Generalmente lo hace mi señora, que hace muy buenas pastas. Yo más que un asado no hago, y cada vez menos porque le enseñé a asar a mi nieto, que tiene 7 años.



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